¿Qué harías si tus dos mejores amigas te apuntan a una escuela de arte sin tu tener ni idea?
¿Y si encima te diesen una beca? ¿Las matarías o las amarías? Bueno... Me llamo Luka Marin y, ya se que pensareis que soy una chica... Pues no, soy un macho...
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¡Maldita sea! Ya era la hora de la entrevista y yo estaba parado frente a la puerta del restaurante. ¡Estoy demasiado nervioso! Pero... ¡De nada me va a servir estar aquí parado sin hacer nada! Eso pensé después de entrar totalmente decidido.
Nada mas entrar una mesera muy amable me recibió.
-Buenas tardes. ¿Su nombre por favor?
-Buenas tardes.- Dije con una sonrisa.- Luka Marin.
-Por aquí, sígame por favor.
Caminamos hacia una especie de zona VIP dentro del restaurante, donde solo había un chico, de mas o menos mi edad, sentado en la mesa del fondo. Nada mas me vió, se levanto rápidamente y se acercó.
Era muy alto, un metro noventa aproximadamente... tenia ojos finos color durazno, nariz romana, labios arqueados y piel pálida que resaltaba perfectamente con su pelo azul marino. En cuanto a la ropa: llevaba unos pantalones negros ajustados, una camiseta básica blanca, unos zapatos gris oscuro y una americana a cuadros negros y rojos.
Tengo que admitir que era como un personaje de los dramas Yaoi que ve Hikari.
-Me llamo Min Daehyun.- Dijo con acento ¿Coreano? extendiéndome una mano.- Un placer.
-Yo Luka Marin. Dije tomando su mano con fuerza, así es como me dice mi hermano que lo haga, y una sonrisa.-¡Igualmente!
Nos sentamos en la mesa y el no paraba de mirarme fijamente. ¡¿Qué esta mal?! ¡La ropa, mi saludo, mi sonrisa! ¡¿Qué es, maldita sea?! La mesera llegó, gracias a dios, antes de que comenzará a sentirme incomodo.
-¿Qué desean tomar?
-Un café extra largo, por favor.- dijo el sin dejar de mirarme.- Y un trozo de pastel de chocolate negro.
-Yo quiero un cappuccino con dos azucarillos y un trozo de tarta de queso con chocolate blanco por favor.- Dije dándole la carta con una sonrisa.
-Ahora mismo.- Dijo la afable mujer cogiendo las cartas y haciendo una reverencia antes de marcharse.
Unos segundos mas tarde, el señor Min comenzó a hablar.- Dígame, señor Marin ¿Por qué quiere ir a la IUA?
Vamos bien... Sabes que, mejor ser sincero.- Si le soy sincero, yo ni siquiera sabía que había pedido esa beca hasta que no me llego la carta, unas amigas se unieron con tal de apuntarme y aquí estoy.
-¿Y aun así a llegado hasta aquí?- Preguntó el intrigado pero sin bajar la intensidad de su mirada.
-¡Eso mismo me he preguntado yo! Pero si le digo la verdad, ya que estoy aquí y si me acaban aceptando, daré todo de mi allí a donde este.- conteste muy orgulloso de mi mismo.
Justo cuando iba a decir algo, la mesera llegó con el pedido interrumpiéndolo momentáneamente. La comida transcurrió en silencio ya que, por mi parte, estaba degustando la comida y el no paraba de mirarme.
-Señor Marin, la última cosa que me gustaría pedirle ¿Podría hacerme un dibujo?- Dijo extendiéndome una hoja de papel y un lápiz, justo antes de pagar la cuenta.
Yo, cumplí su pedido y le dibuje mientras la mujer volvía con el cambió y se lo di antes de despedirme, hacerle una reverencia y intentar marcharme.
-Espere, se olvida de esto.- señaló dándome un sobre para luego girarse y comenzar a caminar.
No pude evitar mirar lo hermoso que se veia él marchando por las concurridas calles de Barcelona. De seguro dibujaría eso mas tarde.
