mi novio posesivo (cap 1)

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Comenzaba a creer qué los chicos me encontraban poco atractiva, aunque eso no debía importarme. Siempre que pasaban cerca de mí optaban por mantenerse en silencio o no mirarme. Tenía presente a mi novio y tal vez hacía mal al desear que otros me miraran, pero eso no era un delito, simplemente es querer sentirse atractiva.

Sin embargo, sabía que era poco probable que lo hicieran, pues mi novio era Ruggero Pasquarelli, aquel chico problemático que prefería manchar sus puños con sangre antes que ver a un chico platicando conmigo.

Durante mucho tiempo quise olvidarme de ese pequeño problema pero desafortunadamente me fue imposible dejarlo a un lado,Ruggero  alejaba a las personas de la peor manera. Ahora mis amigos tenían miedo de acercarse a mí sólo porque Ruggero se enteraría y entonces tomaría cartas en el asunto.

Debo admitir que no era nada fácil, pero cuando se está enamorado es cómo si tuvieses una venda en los ojos, no puedes saber discernir lo bueno de lo malo, y eso era exactamente lo que me pasaba, aunque Karol me hiciera daño a mí me importaba poco, pues lo amaba y mantenía la ilusión de poder lograr un cambio en él.

Sonreí cuando ví a Ruggero, mi novio, esperándome a la hora del recreo fuera de mi clase. Metí los libros en la mochila, corriendo hacia fuera para poder encontrarme con él.

- Hola. - sonreí, él me devolvió la sonrisa, mostrando sus blancos dientes.

Ruggero era el hombre más hermoso que había visto en mi vida. Tenía el pelo castaño y siempre lo llevaba despeinado pero que eso sólo lo hacía más irresistible, ojos color miel que parecían penetrarte y que podía ver más allá de ellos. Una piel perfecta, una fuerte mandíbula y lo mejor de él, sus labios. Era literalmente perfecto.

Se inclinó hacia delante, presionando sus labios contra los míos. Era suave y dulce. Sin embargo, quería más. Sus besos siempre me dejaban sin aliento. Habíamos estado saliendo por más de dos años. Pero todavía se sentía como si fuera el primer beso. Era seguro decir que estábamos profundamente enamorados el uno del otro. Diecisiete podía parecer una edad muy temprana para enamorarse, pero estaba enamorada de él, no importaba cuántas personas dijeran que éramos demasiado jóvenes para saber lo que era el amor. Ruggero tenía diecinueve años por lo que era prácticamente un adulto, aún así decían lo mismo de él.

- Hola, preciosa. ¿Qué tal la clase? - preguntó, me sonrojé un poco a lo que me llamó. Era tan condenadamente dulce. Me cogió la mochila y me agarró la mano.

Caminamos por el pasillo, hacia la cafetería.

- Bien, aburrida como siempre. ¿Y la tuya? - pregunté.

Se encogió de hombros. - Lo mismo de siempre. ¿Cómo es que Malena no está contigo? Tiene clase, ¿verdad?

Malena era su hermana y también mi mejor amiga. Ella era un poco... rebelde, siempre se metía en problemas. Me había dicho que no quería ir a clase de matemáticas. Nunca escuchaba a los profesores, aún así la quería. Y no quería que se metiera en problemas, pero tampoco quería mentirle a Ruggero. Teníamos una relación sincera.

- Sí ¿que tiene?; pero bueno, Sebastian que está en mi clase dijo que iba a hacer una fiesta porque sus padres se han ido durante todo el fin de semana y me invitó, y me dijo que podíamos invitar a cualquier persona que queramos, ¿qué te parece? - solté.

Estaba tratando de distraerlo, pero también de paso preguntaba si me dejaba ir. Ruggero era perfecto, pero tenía un pequeño fallo, era muy protector y un poco posesivo. Lo que era algo malo porque me invitaban a fiestas todo el tiempo. Casi nunca iba por Ruggero tenía miedo de que pudiera pasarme algo, y no me quería cerca de chicos borrachos con muchas más intenciones que una simple conversación. Lo que era algo estúpido porque todo el mundo sabía que estábamos saliendo y los chicos le tenían miedo, por lo que ni siquiera se atreverían a coquetear conmigo si no querían salir mal parados.

- ¿Sebastian Tores? - preguntó, frunciendo el ceño. Asentí y entonces supe cuál iba a ser su respuesta.

- No, es demasiado peligroso, habrá drogas y los chicos tratarán de tener relaciones contigo.

- Pero no voy a beber, y tú sabes que no tomo drogas, ignoraré a los chicos y simplemente bailaré con mis amigas. - supliqué.

- Olvídalo, Karol, no irás. - Ruggero se paró frente a la puerta de la cafetería y me besó. - Te quiero.
Suspiré. Siempre lo hacía. No tenía otra vida social fuera de él y Male.

- Yo también te quiero. - dije.

Él sonrió.

- Vamos. - abrió las puertas y entramos dentro, caminando directamente a la parte delantera de la cola, sin molestarse en pedir disculpas al grupo de personas que esperaba pacientemente.

Me volví hacia el que estaba delante del todo y sonreí disculpándome, vi que era Luis de mi clase de inglés. Él era un nerd, pero era muy amable.

- Hola Luis, lo siento. - dije. Sentí a Ruggero colocar un brazo alrededor de mi cintura.

- N-no pasa nada. - tartamudeó, mirando a Ruggero.

Le sonreí, tratando de calmarlo, parecía como si estuviera a punto de desmayarse. Estaba a punto de hablar cuando Luis habló.

- ¿C-cómo sabes mi nombre?

Lo miré, parecía haber lamentado hablar y se sonrojó profundamente. Sentí pena por él. Sus gafas se deslizaron por su nariz y las empujó hacia arriba.

- ¿Por qué no iba a saberlo? - pregunté, un poco confundida. - Estás en mi clase de inglés, ¿no?

Él asintió y luego vaciló. - Es... es sólo que eres... - su voz se quebró.

- ¿Soy qué? - pregunté.

- Guapa y popular. - soltó, parecía horrorizado por lo que había dicho.

Sus ojos se abrieron y vi que le lanzó una mirada asustada a Ruggero. Ruggero apretó su agarre alrededor de mi cintura.

- ¡Vete a la mierda! - gritó Ruggero. Me di cuenta de que estaba enfadado y molesto. Estaba mostrando su lado posesivo.

Luis dejó caer la bandeja. - L-lo siento.

- ¡Cierra la boca y listo! - gruñó Ruggero molesto.

- Ruggero, déjalo. ¡Luis ven! - grité, al ver que Luis salía huyendo.

Él no me hizo caso y siguió corriendo. Suspiré y me giré hacia Ruggero que me sujetaba con fuerza.

- Ruggero. ¿Por qué lo asustaste? Es un buen chico.

- Sí. Un 'buen' chico que sólo quiere acostarse contigo. - espetó molesto.

Fruncí el ceño. - No todo el mundo es así.

- Sí lo es. Sé cómo son los chicos. Eres mía y todo el mundo debería saberlo. No voy a permitir que un friki ligue contigo.

- No estaba... - me quedé sin habla y entonces me di cuenta de que todo el mundo se había quedado en silencio y estaba mirando nuestra escena.

Ruggero me apretó contra él.

- ¿Quieres apostar? - susurró en mi oído, su voz era hermosa, profunda y ronca. Me estremecí, disfrutando de sus caricias y sus palabras. Maldito su efecto en mí.

Se volvió hacia las personas que nos miraban.

- ¿No tienen otra cosa mejor que hacer? - espetó.

Ruggero se volvió hacia mí, mirándome, me perdí en su mirada. Me encantaba este chico, no me importaba lo que hacía. Pero su actitud posesiva y protectora se estaba convirtiendo en un pequeño problema.
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Hola chic@s aquí les traigo esta nueva novela espero que las disfruten y si es así pero que la agreguen a su lista de lectura me sigan y comenten si le va gustando l@a quiero ~fefa~

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