(cap 2) el plan

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Todos se apartaron y apareció Male. - ¡Vayan a una habitación! - gritó.

Ruggero se rió y yo me sonrojé, no estábamos haciendo nada más que mirarnos el uno al otro. Él me llevó la comida y también la pagó, nos acercamos a Male.

- Hola. - sonreí.

-Karol, ¿qué tal la clase? - preguntó sonriendo.

Fruncí el ceño. - Aburrida, gracias a ti.

Se encogió de hombros y se rió. - Tenía otras cosas que hacer que esa mierda. - miró a Ruggero, asegurándose de que estuviera distraído antes de continuar hablando pero en voz baja. - Quedé con Ryan, y... ya sabes. - dijo guiñándome un ojo.

- Eres una adicta al sexo, ¿faltas a clase para estar con él?

Male era absolutamente guapa y tenía a todos los chicos a su alrededor.

- Sí, tenía que hacerlo, tuve el impulso.

Hice una mueca. - Male demasiada información.

Sonreí a Ruggero, quien empujó un plato de pescado y patatas fritas hacia mí. Estaba sentada junto a Male y Ruggero justo en frente. Comencé a comer, mientras Male cogía algunas patatas fritas, sonrió y guiñó un ojo a alguien por encima del hombro de Ruggero. Seguí su mirada y vi a Matias,un jugador de fútbol de bajo coeficiente intelectual.

- ¿Vas a ir a la fiesta de Sebastian? Escuché que a va a ser épica. - preguntó Male.

Miré a Ruggero, quien tenía el ceño fruncido mientras escribía en su teléfono, pero aún así la oyó.

- No, no irá.

- Vamos, Ruggero, deja de tratarla como si fueras su padre y déjala vivir un poco.

- No la trato como si fuera su padre, y te he dicho que Karol no irá a esa fiesta.

Male se volvió hacia mí. Me encogí de hombros con impotencia. Miró a Ruggero.

- Eres un idiota.

Ruggero se encogió de hombros y se levantó. Empujó su bandeja de comida a Male.

- No empecemos. Me tengo que ir.

Se inclinó hacia mí y me dio un beso en la mejilla, me estremecí cuando sus labios tocaron mi piel.

- Nos vemos más tarde, preciosa.

De repente, se subió a la mesa. Oh no, otra vez no, gemí internamente. Tiré de sus pantalones.

- ¡Ruggero, no te atrevas! - susurré.

Bajó la mirada y sonrió. - Tengo que hacerlo.

Luego levantó la voz, todos pusieron su atención en él. - Escuchen chicos, lo de siempre. No miren a Karol, no hablen con ella, no coqueteen con ella, ni le hagan daño, ni la inviten a fiestas o no hagan nada inapropiado que saben que no me gustará. Porque si lo hacen, personalmente les daré una paliza y les romperé todos los huesos. Y con nadie quiero decir nadie. Ni gays, ni lesbianas, ni transexuales. - agregó lo último de forma jocosa, pero estaba serio. - ¿He sido claro? - preguntó.

Todos asintieron y murmuraron un ''sí''. Me sonrojé al ver que todo el mundo se giró hacia mí. Ruggero sonrió. Se bajó de la mesa, me sonrió y se fue con sus amigos. Hubo un momento de silencio antes de que todos volvieran a lo que estaban haciendo.

- Maldito loco, estoy más harta de esto. - despotricó.

Por mucho que lo quisiera, tenía que admitir que tenía razón. Todo se estaba yendo fuera de control.

- Tenemos que hacer algo, hacerle comprender que no puede decirte lo que tienes que hacer, joder, tiene que darse cuenta de que necesitas divertirte, salir, disfrutar, estar con otros chicos. - dijo.

Asentí. - No estoy segura de lo de los chicos, pero sí a todo lo demás.

- Quiero decir como amigos. - sonrió.

Asentí. Sí, también quería tener a chicos como amigos. No todos eran animales enloquecidos por el sexo. Algunos eran dulces, amables y cariñosos. Me encogí de hombros.

- Pero, ¿qué podemos hacer? Siempre ha sido así.

Male dejó de comer por un momento, pensando. De repente, sus ojos brillaron. Eso significaba que tenía un plan, no estaba segura de qué, pero suponía que tenía que ser algo... de locos.

- ¿Qué? - pregunté.

Ella vaciló. - Bueno, no estoy segura de si te va a gustar esto o no, y a él seguramente que no le gustará. Pero... - se interrumpió. Quería saber de lo que estaba hablando. ¿Qué cosa era tan mala que no nos gustaría a ninguno de los dos? - Bueno, eh...

- Dime.

- Tienes que romper con él. - espetó.

La miré sorprendida. - ¿Cómo?

- Rompe con él, dale una lección, muéstrale que no puede controlarte, de lo contrario, podría ser demasiado tarde. - explicó.

Sentí una agitación desagradable en mi estómago. - No quiero romper con él. Lo quiero.

Male suspiró. - Por supuesto, sólo un tiempo, luego, una vez que se dé cuenta de sus errores, pueden volver a estar juntos.

Pensé en ello durante un tiempo. En realidad, parecía una buena idea. Cuanto más pensaba en ello, más me atraía. Tal vez se daría cuenta de que no podía ser dominada continuamente.

- esta bien.

Male pareció sorprendida. - ¿En serio? No pensé que fueras a estar de acuerdo.

Me reí. Era una buena idea. ¿Qué podría salir mal?

- ¿Cuando tengo que hacerlo? - pregunté.

- Hoy.

- ¿Hoy? ¿Tan pronto?

- Sí. De lo contrario, nunca podremos controlarlo. - dijo con firmeza.

- Está bien. Hoy.

- Entonces vamos. - se levantó de la silla y me cogió de la muñeca, levantándome. - Vamos a buscarlo.

- ¿Qué? ¡No! - me entró el pánico.

Male me miró. - Ahora.

- P-pero... - me interrumpí.

Podía hacerlo. Dejé que Male me arrastrara hasta sacarme de la cafetería, en busca de Ruggero. Tragué saliva, secándome las manos en los pantalones. No tenía ni idea de cómo iba a reaccionar Ruggero.

Romper con un chico posesivo nunca podía tener buenos resultados.

¿O sí?
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¿Que le esta pareciendo la novela?

Dejen sus opiniones, ¿que creen que pasará con ruggero?

L@s quiero no se olviden de votar comentar y seguirme besos😘 ~fefa~

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