Capítulo 4
Esperaba con ansiedad en el aula, esperando a que tocara el timbre para que pudiera salir de allí y evitar a Ruggero. Male había pensado bien esto, ya que sabía a la perfección que Ruggero me iba a esperar justo después de clases.
Cuando quedaban diez minutos para el final de la clase, gemí en voz alta, y la profesora me miró. Gemí de nuevo, poniendo la cabeza entre mis brazos.
- ¿Ocurre algo, Karol? - la profesora se acercó a mi mesa mientras gemía en voz alta otra vez.
Negué, pero puse las manos sobre mi estómago y gemí de dolor. Esperaba que creyera de lo contrario. No sabía lo que iba a hacer si ella no me creía.
La preocupación se dibujó en su cara. - ¿Estás segura, querida?
- Problemas de chicas. - susurré, esperando que mi mirada inocente funcionara.
Evitaba las demás miradas, de alguna forma, todo el mundo se había enterado de mi ruptura con Ruggero. Aunque el almuerzo había terminado hacía una hora, el chisme se propagó a toda velocidad.
Miró el reloj y asintió. - Creo que es mejor que te vayas, ve a la enfermería.
- Esta bien. - murmuré, manteniendo la cabeza hacia abajo, cogí la mochila y corrí hacia la puerta.
- ¿Quieres un pase, querida? - preguntó.
Negué y salí de la clase. Corrí por el pasillo hasta el exterior de la escuela. No podía encender el teléfono para avisar a Male de que ya estaba fuera, ya que constantemente vibraba debido a los mensajes y llamadas de Ruggero. No sabía que iba a tomarlo tan mal.
Sin embargo, no hacía falta el teléfono, ya que vi a Male inclinada contra el coche de Ruggero, balanceando unas llaves. Sonrió cuando me vio.
- ¿Preparada?
Asentí. - ¿Cómo conseguiste las llaves?
Ella sonrió misteriosamente. - Tengo mis trucos.
Levanté una ceja. - Sí, claro. Vámonos que llegará pronto.
Abrió la puerta del coche, inclinándose. - Después de ti, cariño.
Le golpeé en el brazo. - Basta, déjate de tonterías. ¿Vamos a ir a la fiesta de Sebastian?
Me subí y Male hizo lo mismo pero en el asiento de conductor.
- ¡Claro que sí! ¿No estás emocionada? - se echó a reír. Me reí, estaba más que emocionada, no podía esperar, por fin iba a poder ir a una fiesta.
- Obviamente...
De repente, se oyó un grito furioso que venía de la parte frontal de la escuela.
- ¡Karol!
Reconocí la voz de Ruggero iba a girarme, pero Male me detuvo. - No le mires.
Me quedé inmóvil sin saber qué hacer. - Vámonos. - dije en voz baja, sintiendo una pizca de arrepentimiento por dejarlo atrás sin hacerle caso, pero no quería dar marcha atrás en el plan, no hasta que se controlara un poco.
Male puso en marcha el motor y pisó a fondo el acelerador, corrió tan rápido como le fue posible.
- ¡Male! - grité.
Se rió. - ¡Este coche es la caña! - gritó.
Sonreí ante su locura. Pero no podía dejar de reír, esto era divertido. Nunca me había divertido tanto.
******
- ¡Oh, dios mío! Qué sexy estás. - exclamó, mirándome fijamente.
Sentí un calor en mis mejillas, pero no podía estar más de acuerdo, me veía muy bien, no iba a negarlo.
- Gracias, Male.
Llevaba un vestido corto de color azul, el color que ponía énfasis a mis curvas. Había dejado mi pelo suelto con unas leves ondas. Me había puesto una sombra de ojos azul oscuro, también un poco de gloss y un poco de colorete. Male había terminado de vestirme con un par de zapatos de tacones impresionantes.
Me había transformado completamente.
Habían pasado años desde que habíamos hecho una cosa como esta.
- ¿Qué pasa si está Ruggero? - pregunté nerviosa.
- Relájate. No va a estar allí, esta va a ser una fiesta que recordarás para siempre. - dijo con entusiasmo.
Sonreí.
- Los chicos no serán capaces de mantener sus manos lejos de ti. - se echó a reír. - ¡Ahora joyas!
Extendí las muñecas mientras ella las adornaba con pulseras y anillos. Luego me colocó un collar de plata alrededor de mi cuello. Sonreí, aliviada de que por fin había terminado.
- ¿Lista? - preguntó, balanceando su bolso, que contenía una botella de alcohol. La sacó del bolso y tomó un trago. - ¿Quieres? - ofreció, limpiándose la boca con la mano.
Negué, y luego la llevé fuera de la casa, por suerte y por desgracia, Male y Ruggero vivían a dos casas de distancia de mí.
- ¿Vamos a ir caminando? - pregunté.
- No, le pregunté a Ryan si podía llevarnos.
Oímos un pitido y nos volvimos para ver a Ryan en su coche, sin camisa, mostrando su pecho plano.
- Vamos. - Male me cogió la mano, llevándome hacia el coche.
Una vez entramos, Male se inclinó hacia Ryan y le dio un beso en los labios. Miré hacia otro lado mientras ambos parecían devorarse. Ella estaba sentada a su lado y yo estaba detrás. Cuando finalmente decidieron respirar, Ryan me saludó.
- Hola. - sus ojos se encontraron con los míos desde el espejo retrovisor. - Te ves sexy. - dijo.
- Hola. - sonreí, ignorando su otro comentario.
Comenzó a conducir. - Escuché que rompiste con Ruggero.
Me puse tensa y asentí con vacilación. - Sí.
- Así que, ahora estás libre, ¿no?
Apreté los labios, pensando en las cosas no tan agradables que deberían estar pasando por su mente.
- Así es.
- Perfecto, nena, ¿me guardarás un baile? - preguntó, sus ojos vagaron sobre mí.
Me moví incómoda, ocultando mi cuerpo. No contesté. Después de estar un rato escuchando música, él y Male empezaron a hablar de cosas al azar que no importaban en absoluto. Pronto, llegamos a la fiesta. La gente estaba por todas partes. Bailaban, bebían, cantaban, tropezaban, y hacían cualquier cosa.
Ryan aparcó y salimos. Miré la fiesta, sintiendo la adrenalina correr por mi cuerpo.
Male se rió y juntó su brazo con el mío. - Vamos.
Dejé que me guiara a través de la casa, hacia la cocina, ya que fuera había más gente.
- Toma. - dijo y me tendió un vaso de plástico, que estaba lleno de un líquido rojo brillante.
Lo olí y parecía bastante agradable. Tomé un trago. - ¿Qué es?
- Ponche con un poco de alcohol. - contestó.
En un principio había pensado no beber nada que contuviera alcohol, pero bebí un poco más, el calor y la extrañeza me hacían ser curiosa y tomar más, después de un momento, la sensación de ardor se volvió agradable.
- No dejes que nadie te dé una bebida, ¿vale? - advirtió.
Asentí y rodé los ojos. - Lo sé, no soy tonta, ya he ido a más fiestas antes de que saliera con Ruggero, solía ir a todas.
Una vez que Male y yo terminamos de beber, me empujó hacia la sala de estar, donde la mayoría bailaba. La gente me miraba sorprendida, ya que casi nunca iba a las fiestas, no era difícil culparlos por mirarme.
- Ignóralos. - dijo.
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Holaa aquí otro cap espero que le esté gustando la novela.....L@a quiero no se olviden de votar y comentar cualquier sugerencia beso😘 ~fefa~
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mi novio posesivo
FanfictionSinopsis. Karol ha sido novia de Ruggero Pasquarelli por más de dos años. A simple vista parecían una pareja perfecta, incluso para ella Ruggero era el hombre de su vida. Pero había un pequeño problema; los celos y la posesividad de él. Ruggero odia...