Tenemos al diablo de nuestra parte

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Salimos de la sala, torcimos a la derecha y seguimos por el pasillo, camino del patio.
Parecíamos un escuadrón de la muerte, un tanto patético; la mayor parte vedtidos con harapos, con los rostros sucios de carbón y las manos con terrina; pero no era el aspecto lo que nos impregnaba de un aura mortífera, era ese brillo en nuestras miradas, esa sed de sangre que se respiraba en el entorno...
Avanzábamos por los pasillos en un silencio fantasmagórico, yo a la cabeza, con la pistola desenfundada, el dedo en el gatillo y el cuerpo en tensión: no sabíamos si alguien podría notar la ausencia de algún guardia.
En una de las bifurcaciones nos detuvimos.
-Ahora llegaremos al patio, debemos ser rápidos o perderemos el efecto sorpresa; Sergei, ves con Víctor.-Sergei asintió y se colocó a mi lado- Nikolai, tú y yo subiremos por las escaleras laterales que están cerca de las gradas para entrar en el mirador del patio, Erik y Vlad, vosotros iréis a la armería y la abriréis, si todo sale bien empezarán a llegar prisioneros para armarse.-Nos miró detenidamente a todos y finalmente asintió, como si hubiera contestado una pregunta que él mismo se había hecho- Ahora is yendo vosotros, he de hablar una cosa con Víctor.
Todos giraron la esquina y nos quedamos Yuri y yo; un silencio pareció alargarse, no era un silencio incómodo. Finalmente rompió el silencio.
-Entra ahí y causa el caos, quiero que no sepan que está pasando, que el infierno estalle en sus caras y no puedan escapar. La muerte es una vieja conocida para nosotros, lo sé. Haz lo que sabes hacer, haz que el miedo bañe sus corazones y que la llama de la insurrección prenda en nuestros camaradas... Cuando acabes en el patio ves al mirador, os esperaremos.
-Suerte Yuri.
Me miró y río con una carcajada llena de alegría cansada. Apoyó una mano en mi hombro y me dijo:
-No la necesito, tenemos al diablo de nuestra parte.

El francotiradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora