-4 "¿Y ahora que?"

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La familia de Gabriel estaba desconsolada, cuando se estaban preparando para salir al hospital, reciben la noticia de que hay sospechas de que tal vez "alguien" provoco la muerte de su hijo, don José no se olvida de que Gabriel estaba siendo acosado en la escuela por algunos compañeros, así que declara todo cuanto sabe.

* * * * * Mientras tanto * * * * *

La familia de Nadia estaba destrozada también, en un abrir y cerrar de ojos, la vida había dado un vuelco total en esa casa, Raúl se encontraba detenido en la cárcel, y Elba estaba inconsolable por el suicidio de su hija, pretendía ser fuerte pues sus dos pequeños hijos no sabían que estaba sucediendo, la vida de esa familia estaba deshecha.

* * * * * En algún lugar * * * * *

En algúna otra dimensión en el universo, se encontraba el espiritú de Nadia, libre como el viento, ya sin las ataduras de un cuerpo al que ella rechazo seguir viviendo en el, ahora su alma por fin se había desprendido de su cuerpo, como lo hacia cada noche, al entrar a un sueño profundo, también llamado catalepsia, ahí donde somos libres y nuestro espiritú suele viajar mientras dormimos plácidamente.

Donde por medio de sueños, nos trasportamos a lugares desconocidos, el alma no conoce tiempo ni espacio, simplemente experimenta vivencias y las resume en la vida mortal cotidiana.

La gran diferencia era que ya no podría retornar a su cuerpo, estaba destinada a permanecer en la dimensión de las almas con "pendientes por resolver", hasta que fuera llamada a juicio, pero para eso pasarían muchas cosas primero, tendría que ver de cerca la vida de sus seres queridos, de los que odió en vida, y al final, hacer una evaluación de qué verdaderamente significo para ella, la experiencia de vivir una vida humana.

Mientras Gabriel, estaba completamente confundido, veía a varios rescatistas que con dificultad, luchaban por sacar un cuerpo del agua, él se acerco para ver de cerca lo que sucedía, notó que flotaba y era ligero como una pluma, se dio cuenta que cuando sacaron el cuerpo, este se parecía mucho a él.

—¿Que esta sucediendo?— Se preguntaba al ver que cubrían su cuerpo de pies a cabeza con una sabana blanca, todo era muy confuso para él, pensó en regresar a casa, después de todo ya había perdido a sus perseguidores, fue algo extraño, con solo pensar en ir a casa, ya se encontraba en ese lugar.

Vio que sus padres iban de salida, solo les grito:

—¡Esperenme, yo voy con ustedes!— Pero no obtuvo respuesta alguna, pensó que quizás estaban molestos por su tardanza, así que se subió en la parte trasera del auto y viajo con ellos, todos estaban callados, excepto por su padre a quien lo escucho murmurar...

—Hijo, perdóname por no haber llegado a tiempo a tiempo por ti.— Exclamo con mucho dolor don José.

—No te preocupes papá, para la próxima ya tengo un plan en mente para evitar a mis molestos compañeros.— Pero Gabriel no recibió respuesta de su padre, solo vio que su madre rompió en sollozos cuando llegaron a un hospital.

—¿A quien venimos a visitar aquí?— Pregunto Gabriel. —Que yo sepa no conocemos a nadie en este pueblo, pero esta bien, ya no preguntare más.— Y caminó junto con sus padres.

Se entretuvo viendo a un hombre que salio de un quirófano, curiosamente creyó ver que atravesaba la pared, eso no podía ser, tal vez vio mal, se dirigió a donde iban sus padres, alcanzo a escuchar que los mandaron hacia la morgue, pues tenían que reconocer un cuerpo, Gabriel extrañado volvió a preguntar:

—¿Por que estamos aquí? ya se que están molestos porque me tarde hoy después de clases, pero por favor contéstenme, ¿A quien vinimos a ver a este lugar?— Pero sus padres parecían ignorarlo, seguían caminando hacia donde les indicaron que se encontraba la morgue.

Los fantasmas del bullyingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora