–Qué raro, normalmente no suelo encontrarme con pacientes.
Mark seguía sosteniendo la cerradura de la puerta mientras observaba a la joven frente a él.
–¿No vas a preguntarme qué hago aquí? –dijo observándolo con incertidumbre.
Movió un poco su cabeza para acomodar sus pensamientos y le dirigió una suave sonrisa.
–Lo lamento –comenzó–, es sólo que no esperaba que fueras tú.
–Lo noté –rió.
–¿Olvidé algo en el hospital? ¿Algún examen mostró algo horrible dentro de mí?
En realidad sí sentía un poco de nerviosismo. Tener a la doctora que lo había atendido frente a él le hacía pensar que algo malo pasaba con su salud. Otra risa salió de la boca de la muchacha.
–No, tranquilo –intentó calmarlo–. Tengo una vida fuera del hospital.
–Lo siento.
–No te preocupes. Vine por el aviso de Internet, estoy buscando un lugar donde vivir.
Mark se relajó al saber que su cuerpo se encontraba bien. La observó unos segundos con cierta duda.
–Pensé que los médicos ganaban mucho dinero –dijo casi en un susurro.
La joven rodó los ojos y lo volvió a mirar sin ninguna sonrisa en el rostro.
–Soy residente de cuarto año en cirugía –explicó con tono cansado–. Los doctores con experiencia y especialización hecha son los que ganan más dinero. Yo soy muy pobre a su lado.
Mark comenzó a sentir que sus mejillas se empezaban a calentar, estaba seguro que un tono rojizo ya se encontraba sobre ellas.
–Lo siento... yo no... no sabía eso –tartamudeó mientras hacía ademanes con sus manos.
La muchacha rió y eso hizo que la vergüenza aumentara en su cuerpo.
–No hay problema, no eres el primero que me lo dice.
El tono calmado logró que el nerviosismo se comience a dispersar. Ya más calmado recuperó la compostura y la volvió a observar. Carraspeó.
–Entonces –dijo intentado sonar serio–. ¿Te interesa vivir aquí?
–La verdad sí –aseguró–, aunque me hayas mantenido en el pasillo durante más de diez minutos sin permitirme pasar.
Los ojos del chico se abrieron de sobre manera. Muy rápido se hizo a un lado para dejarla adentrarse en su hogar. De nuevo sus mejillas sufrieron su vergonzoso accionar.
La joven miró a su alrededor con total atención. Observando el espacio y los muebles que había. Mark se sintió agradecido de haber ordenado y limpiado todo esa tarde. De no haber sido así seguramente la chica ya se encontraría fuera del edificio.
–Perdón por haber venido a esta hora –dijo llamando la atención de él–. Estuve en el hospital hasta hace un rato y no quería perder la oportunidad de poder ser la primera en ofrecerme como compañera de piso.
–¿Por qué tanto interés? –preguntó mientras se sentaba en el sofá. Ella lo imitó.
–Se encuentra muy cerca del hospital. Donde vivo ahora está a cuarenta minutos, y eso me dificulta demasiado mi trabajo –explicó con simpleza–. La verdad no quiero seguir durmiendo en el hospital, sus camas son muy incómodas.
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Just me (Mark Tuan -GOT7)
Fiksi RemajaLa mente en blanco y la respiración tranquila. Sólo él y la música, su única guía. Cuando un sueño está al alcance de la mano nada ni nadie importa. Todo se vuelve un obstáculo. No hay tiempo para relajarse, tampoco para sentir. Sin otra cosa por l...