Capítulo 8 * Fue Una Emboscada

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Las nubes son tan gruesas y oscuras qué incluso a la una de la tarde, parece más cerca de la noche que del día. Yoongi y Taehyung llegan al hotel de una sola pieza a pesar de la fuerte lluvia. Taehyung conduce a un comedor privado y cuando la puerta se abre, Yoongi se da cuenta que es una emboscada.

Sentada en la mesa esta su abuela y un hombre alto y elegante qué sabe que debe reconocer, pero no logra ubicar.

Se detiene y mira a Taehyung
—Mentiste—.

—Técnicamente no es una
mentira, solo—, Taehyung mueve las manos en el aire, —una especie de omisión—.

La abuela de Yoongi se levanta y saluda. —Yoongi deja de estar ahí como un tonto y ven y únete a nosotros—.

Yoongi tiene una cara de enojo pero Taehyung lo toma del codo y lo acerca a la mesa. Él se sienta, mirando a su abuela.

—Yoongi, este es Seokjin—, dice su abuela, haciendo un gesto al hombre del otro lado de la mesa.

Yoongi dirige su mirada brevemente a Seokjin, observando el traje a medida, el cabello castaño artísticamente labrado, la sonrisa fría y cortes qué no llega a sus ojos. El conoce el nombre y la cara ahora. Cruza los brazos sobre  su pecho y se gira a su abuela.
—Esta es una jodida cita
de matrimonio—, murmura, la ira hirviendo en su estómago.

Su abuela parece imperturbable, arqueando una ceja. —Te crié mejor que eso. Saluda a nuestro invitado—.

Él hace una cara de enojo y dice:
—No me criaste—.

—Modales—

Yoongi mueve su mirada hacia Seokjin y asiente en reconocimiento. —Lamento que hayas tenido que estar en medio de esto, pero claramente recuerdo haberle dicho a mi abuela que ya no había más citas de matrimonio—.

Su abuela sonríe burlonamente.
—Si crees que la rabieta me disuadira, entonces eres tan tonto
como obstinado—.

—Debe darse en la familia—

Seokjin mira nerviosamente a los ocupantes de la mesa, su sonrisa cortes disminuye pero todavía está presente. —Lo siento, esto debe ser un shock para ti—, intenta, pero Yoongi es cuando reconoce la presencia de alguien durante toda la comida.

Yoongi admite que Seokjin intenta, muy difícilmente, mediar en la situación, pero se mantiene obstinadamente silencioso y hosco durante el almuerzo, mirando cada vez a Taehyung o a su abuela intentado llevarlo a la conversación. Finalmente, su abuela suspira frustrada, arrojando el tenedor a su plato.

—Eres imposible Yoongi—, dice, la frustración hecha presente en su voz.

Él se encoge de hombros, poniéndose de pie y deslizando sus manos en los bolsillos de su pantalón.
—Parece que hemos terminado
aquí—. El mira brevemente a Seokjin. —Perdón por el almuerzo. Diría que te compensare, pero no nos volveremos a ver—.

Seokjin lo mira con la boca floja y los hombros rígidos.

Yoongi levanta una mano en señal de despedida y sale de la habitación, dirigiéndose a buscar su auto. Levanta los ojos hacia el cielo desde abajo del toldo, tratando de separar la manta gris oscuro en nubes individuales. Él se estremece cuando una ráfaga de viento azota a su lado, sus dedos helados le arañan el cuello. Él aprieta su chaqueta y levanta los hombros para bloquear el viento.

—Min Yoongi—

Yoongi se sorprende y se gira hacia el sonido, sus ojos se abren con ligera sorpresa al ver a Seokjin corriendo para alcanzarlo. Él traga un frustrado suspiro.

—¿Podemos hablar por un
momento?— Seokjin pregunta finalmente cuando llega a Yoongi. El viento azota su cabello, interrumpiendo las hebras estilizadas en un enredo desordenado. Yoongi piensa fugazmente qué de alguna manera Seokjin todavía se las arregla para verse guapo.

El ceño fruncido de Yoongi se profundiza y se gira para mirar la calle. —Fui claro. No voy a
casarme contigo—. Él se encoge de hombros
—Nada personal, no me voy a casar con nadie—.

—Tu abuela parece pensar
lo contrario—

—Mi abuela no es la que tiene que ir ante un juez y decir acepto—

—¿Podemos simplemente entrar y hablar, por un momento?—

Yoongi mira a Seokjin algo irritado.
—NO—.

Seokjin da un paso más cerca de él pero Yoongi retrocede

—Por el amor de dios—, dice Yoongi, metiendo sus manos profundamente en los bolsillos de su pantalón y saliendo debajo del toldo y bajo la lluvia. Se enoja cuando la lluvia golpea su cabeza, gotas frías y heladas qué le pican la piel.

Él no espera que Seokjin lo siga gritando: —¿Qué tiene de terrible el matrimonio? Tienes que hacerlo eventualmente. Seré un buen
marido—.

—Suenas desesperado—, dice Yoongi girandose sobre sus talones para mirar a Seokjin. Esta sombríamente satisfecho de ver el cabello de Seokjin incomodamente pegado a su cara.

—Lo estoy—, dice Seokjin, parpadeando contra la lluvia
—Estoy desesperado. Necesito este matrimonio—.

Yoongi se sorprende, mirando al cielo.—¿Vas a suplicarme?—, él dice con desprecio en su voz.

—¡Si!— Seokjin responde la desesperación entorpece su voz en nada más que un sonido al aire.
—Si, si funciona, me arrodillare aquí y te suplicare—

Seokjin se mueve para arrodillarse pero Yoongi lo agarra de su brazo por el codo. Tirando de él hacía arriba y más cerca. —No quiero que supliques jodidamente—.

—Te necesito— confiesa Seokjin, girando el brazo. Los dedos de Seokjin se agarran con fuerza al material oscurecido por la lluvia de su chaqueta, delgado y torcido e incorrecto. Las manos de Seokjin no pertenece en su brazo, el aliento de Seokjin no pertenece a su aire, la voz de Seokjin no pertenece a sus oídos, suplicantes y frenética. Yoongi debe de ser como es, con pocos amigos y menos familia. Él no quiere cambiar. Él se niega a cambiar.

La voz de Seokjin se vuelve más fuerte con su mano en la chaqueta de Yoongi, sus palabras penetrantes.
—Te necesito—, repite Seokjin.
—Te necesito tan desesperadamente qué ni siquiera puedes imaginar—. Su agarre se aprieta, las uñas limpias desaparecen en el pesado dril de algodón. —Un año, Yoongi. Te necesito por un año y luego nunca me volverás a ver—.

Yoongi levanta la mirada, fijando sus ojos con Seokjin, por lo que parece ser la primera vez, realmente mira a Seokjin. Los grandes ojos de caramelo se abrieron con desesperación, las mejillas redondas, los labios rojos, los mechones de cabello mojado agrupados a medida que la lluvia y el viento los atacaban a ambos. Siente sus dedos apretarse en el brazo de Seokjin, la acción fuera de control. Ni siquiera sabia que todavía estaba sosteniendo a Seokjin.

—Un año—, repite Seokjin y Yoongi cree oír campanas de advertencia en su cabeza. Él va a arrepentirse de esto.


















Por fin se encontraron estos dos 😍😍 ya era hora

Un Mundo Dorado (YoonJin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora