Capítulo 9 * SeokJin Tiene Que Luchar

7.2K 1K 49
                                    

Por lo que SeokJin había escuchado sobre Min Yoongi esperaba que esté pudiera ser adverso a la idea de una matrimonio arreglado. Él estaba preparado para esto. Estaba listo para encantar y persuadir y seducir, suavizar los bordes de Yoongi hasta que SeokJin consiga un arreglo matrimonial. Él realmente no esperaba que Yoongi fuera verdaderamente hostil a la idea.

SeokJin se sienta, sus dedos se agarran fuertemente a los bordes de su plato, parpadeando rápidamente mientras Yoongi sale corriendo de la habitación, llevándose consigo toda la esperanza, sueño y promesa que SeokJin alguna vez se hizo así mismo. Cada paso que toma Yoongi es el fracaso de SeokJin, la imposibilidad de asegurar un matrimonio, la incapacidad de proteger a Jungkook, la imposibilidad de cumplir su promesa a su madre. Su estómago se resuelve, hay un sabor amargo de ácido en la parte posterior de su garganta.

-Secretaria Park- llama la presidenta, frotándose cansadamente la sien. La secretaria aparece por la puerta trasera y se encuentra atentamente junto a la presidenta.
-Dame una habitación, necesito acostarme-.

Teahyung se levanta de repente de su asiento, rodeando la mesa para ayudar a la presidenta a ponerse de pie.
-Abuelita ¿estas bien?- pregunta, deslizando un brazo alrededor de la presidenta para apoyarla.

Ella mueve sus manos, frunciendo el ceño.
-No estoy bien. Voy a morir y tengo que explicarles a los padres de Yoongi porque su hijo se convirtió en
un idiota-.

Ella empuja a Teahyung.
-Ahora muévete-.

Teahyung desliza su brazo debajo del codo de la presidenta y la acompaña hasta la puerta.

-Te ayudaré-

-No necesito tu ayuda, necesito a un nieto mejor-.
Teahyung mira por encima del hombro a SeokJin y sonríe en tono de disculpa.
-Vuelvo enseguida, lo siento-

Salieron de la sala arrastrando los pies quejándose ruidosamente, pero SeokJin dejo de escuchar, el rugido de sus oídos ahogaba todos los demás sonidos. Él no puede dejar que termine así. No puede dejar que su única esperanza salga por esa puerta, sin poder haber luchado.

SeokJin se para rápidamente y corre hacia la entrada, rezando fervientemente para que Yoongi siga allí, todavía en algún lugar al que pueda llegar. Por favor piensa por favor, por favor, por favor.
El alivio es cambiante y embriagador en su pecho cuando ve a Yoongi a través de las grandes ventanas de vidrio del vestíbulo, con los hombros encorvados y la chaqueta apretada alrededor de su armazón, su cabello revuelto por el fuerte viento. El empuja a través de las puertas giratorias hacia afuera y solo se da cuenta cuando el primer golpe de viento golpea la piel de su cuello qué olvido su abrigo adentro.

Ignora los escalofríos qué le recorren la espalda y se adelanta, levantando la voz al viento y gritando
-¡Min Yoongi!- él esta eternamente agradecido de que su voz se transmita incluso contra el agudo silbido de aire que los rodea.
Yoongi se da la vuelta, sus ojos se abren un poco. Sus labios se tuercen en frustración pero a SeokJin no le importa. Yoongi se detuvo y eso es lo que importa.

-¿Podemos hablar por un
momento?- SeokJin pregunta cuando finalmente llega a Yoongi. Otra ráfaga de viento se siente a su alrededor, los dedos helados se enredan en su cabello de SeokJin y le pican las mejillas. Él presiona sus dedos contra sus muslos para evitar temblar, mantiene su atención centrada únicamente en Yoongi.

El ceño fruncido de Yoongi se profundiza antes de apartar la vista de SeokJin, mirando a la calle con los ojos entrecerrados
-Creo que fui lo suficientemente claro. No me voy a casar contigo-.
El encoge sus hombros.
-Nada personal, no me voy a casar con nadie-.

SeokJin levanta una mano para quitarse el flequillo de sus ojos, luchando contra el viento mientras gira alrededor de su cuerpo otra vez.
-¿Podemos simplemente entrar y hablar, por un minuto?-

Yoongi finalmente se da la vuelta para mirar a SeokJin, pudiéndose ver su irritación y responde
-No-

SeokJin da un paso más cerca de él y éste retrocede.
-Por el amor de Dios- refunfuña Yoongi, metiendo sus manos profundamente en los bolsillos de su pantalón. Salió rápidamente debajo de la tormenta, sin hacer caso de la lluvia que lo empapaba en cuestión de segundos.

SeokJin quiere gritar, quiere regresar al calor, quiere olvidar esa estúpida y ridícula idea. Él quiere que el mismo destino se encargue de su propia elección, no uno equilibrado en las decisiones de los demás. Se traga su insatisfacción y se recuerda a sí mismo el destino que se le asignó a su vida desde su nacimiento. Él sale debajo del toldo, siguiendo a Yoongi
-¿Qué tiene de malo el
matrimonio?-
Pregunta, la frustración se enreda bajo su tono.
-Tienes que hacerlo eventualmente. Voy a ser un buen marido-

Yoongi gira sus talones, sus ojos se entrecerraron contra la lluvia, los labios fruncidos en un ceño ya familiar.
-Suenas desesperado-

-Lo estoy-
Espetó SeokJin las palabras contundentes salieron corriendo antes de que pudiera enmarcarlas en halagos y adulación, diciendo frases dulces como la miel.

-Estoy desesperado. Necesito este matrimonio-

Yoongi pone los ojos en blanco, inmóvil y SeokJin puede sentir ansiedad en su garganta, amenazado con ahogar el aliento de sus pulmones

-¿Vas a suplicarme?-
Pregunta Yoongi con una voz de disgusto pesado y cortante.

-¡Si!-

SeokJin responde, las palabras salen de su garganta, ásperas y asustadas. Joder mendigaria durante días, aquí en la lluvia, congelado, muerto de hambre y humillado si eso significa que Jungkook estaría a salvo, si eso significa que podría cumplir a su madre.

-Si, si funciona. Me arrodillare aquí y te suplicare-.

Él se mueve para arrodillarse, se mueve para inclinarse hacia Yoongi pero se sorprende cuando esté se inclina y agarra su brazo, tirando de él hacía arriba. Él tropieza, tratando de recuperar el equilibrio, acercándose al espacio de Yoongi, deteniéndose a centímetros de la cara de éste mismo. Parpadea, la lluvia borra su visión, un contorno difuso qué distorsiona la forma de su nariz de Yoongi, las sombras de sus ojos oscuros. El flequillo de Yoongi está pegado a su frente, la lluvia adhiere a sus pestañas oscuras y sus manos están firmes sobre el codo de SeokJin, abrigada a través del delgado y empapado material de su camisa. Todo se detiene, el zumbido de un centenar de voces de dudas en su cabeza, el pánico alzando su garganta, el miedo revolviendo su estómago. SeokJin respira profundamente, el calor en su codo en un anclaje pesado.

-No quiero que me supliques jodidamente-
Dice Yoongi alarmado y SeokJin tuerce su brazo para poder agarrar su antebrazo de Yoongi, necesitando acercarse a su calor, más cerca de un espacio que no sabia que existía.

-Te necesito-
Dice SeokJin rápidamente, incluso cuando Yoongi frunce el ceño ante sus brazos entrelazados. SeokJin se agarra con más fuerza, sus uñas se hunden en el pesado dril de mezclilla de la chaqueta de Yoongi, tratando de hundirse más a la piel, la sangre y los huesos.

-Te necesito-
Repite su voz más fuerte más firme.

-Te necesito tan desesperadamente, ni siquiera lo puedes imaginar. Un año Yoongi. Te necesito un año y luego nunca más me volverás a ver-.

Yoongi mueve su mirada hacia arriba y cierra los ojos. Los ojos de SeokJin son amplios, suplicantes. Su mano se aprieta en el codo de Yoongi, el calor se extiende por su brazo hasta sus dedos enterrados en la chaqueta de Yoongi.

-Un año-
Dice nuevamente y observa como los ojos de Yoongi vacilan el ceño fruncido de sus labios se suavizan por un momento. SeokJin se acerca, con la respiración entre sus pulmones espera la respuesta de Yoongi.
Finalmente Yoongi empuja el brazo de SeokJin dando un paso atrás.

-No me voy a casar-
Dice con firmeza. SeokJin retrocede un paso y siente que todo el aire se sale corriendo de sus pulmones. Esta frío y mojado y el viento sigue cortando la piel de su cuello, pero no lo detiene. No hasta que el valet parking se detiene con el auto de Yoongi y éste se desliza en el asiento del conductor, sacudiendo la cabeza para apartar el flequillo de sus ojos. De repente el frio golpea a SeokJin y envuelve sus brazos alrededor de su pecho en busca de calor, sus dedos agarrados inconscientemente por el codo de Yoongi.
Yoongi le da una última mirada, sus ojos parpadean casi con simpatía, antes de salir del camino de entrada y salida de las lluviosas calles de Seúl.

Un Mundo Dorado (YoonJin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora