Silenciados

Prólogo

— Acompáñame arriba, te quiero mostrar algo —susurró en el oído de Mila.

— ¿Ahora? —gritó por encima de la música para hacerse escuchar.

Él asintió y no esperó ni un segundo más, la tomó de la mano y la llevo a las escaleras cerciorándose de que nadie los estuviera mirando, sabía que lo que quería estaba mal por lo que tenía que ser muy cuidadoso. Sin embargo, nunca se dio cuenta que existía un espectador silencioso, alguien que los siguió, una persona que estuvo atenta a cada paso de Camila aquella noche.

Aquel sigiloso seguidor subió unos minutos detrás de ellos, estaba alerta de que nadie lo hubiese notado. Guiado por unos ruidos, se dirigió rápidamente a la habitación de Ale, a pasos cautelosos, como alguien moviéndose en la niebla tratando de no ser visto ni por el mismo Dios. Al asomarse por la puerta, una sonrisa perversa se formó en sus labios. La inocente Camila estaba literalmente tirada en la cama, mientras que aquel chico que la sostenía, batallaba para arrebatarle el pantalón y esta se removía queriendo bajar a la fiesta, no quería estar ahí, estaba incomoda y algo asustada, pero el alcohol que había bebido impedía que fuera capaz de controlar su cuerpo, después de todo, esta era su primera borrachera.

Al darse cuenta que había alguien más en la habitación, entró en pánico, había sido descubierto. Mierda. La persona que entró le hizo un gesto para que guardara silencio ya que no había nadie que pudiese escucharlos, nadie lo sabría, con la música fuerte, todos bailaban, estaban todos pasándola bien.

— Yo te ayudo —murmuró con voz suave, aquello le parecía algo excitante, sabía de sobra que aquella chica en la cama era virgen y eso solo lo hacía más interesante.

Esta, no era la primera vez que lo seguía en sus decisiones, pero seguramente era la mejor de todas, ya que nuestro misterioso observador siempre tuvo una obsesión con Camila y al parecer deseaba esto tanto o más que la persona que la guío a la habitación. Antes de que dijera algo, la tomó de las caderas haciendo que se elevara para que entre ambos le tiraran el pantalón.

Mila miraba con horror lo que estaba pasando, no lo entendía, era como estar viendo toda la escena desde lejos, incapaz de interferir en ella. Después de débiles intentos de apartar al que estaba sobre ella, su alma se rindió, dejando de luchar y bloqueando su mente para dejar de escuchar los gemidos de placer que emitía el contrario. Sus ojos dejaban caer más y más lagrimas cada vez que el dolor se le esparcía de abajo hacia arriba con la única ilusión de que terminara rápido.

Mientras ella sufría, el curioso voyerista de aquella morbosa escena estaba con una enorme sonrisa por lo que sucedía. Una vez que confió en que su compañero la tenía bajo control decidió alejarse para comenzar a sacar fotos con una cámara instantánea, recién estrenándola en el escenario perfecto y que nunca imaginó que sucedería. Las fotografías durarían para recordárselo.

Lo que quedó en las fotos y todo lo que pasó esa noche era una suma de malas decisiones, decisiones que nunca pensaron que cambiaría tanto sus vidas y las de los demás, ya que no fueron los únicos que perdieron el control.

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@javijellyfish gracias por el apoyo y por convencernos a subir esta historia, hecha con mucho cariño. nuestra primera fan <3