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Narra Tae

Hoy me levanté bastante temprano por lo que decidí darme una ducha y luego salir a comprar mercadería. Sí, me mudé hace una semana y todavía no tengo comida, el hecho es que soy bastante servido por así decirlo.
No es nada fácil ser responsable. ¿Saben lo bello que era cuando llegaba a mi hogar luego de la escuela y me esperaba una exquisita cena de fideos con pasta? Incluso estaban hechas por mamá. Todo era muy lindo, pero eso no era todo.
Mis padres siempre peleaban en la cena, claro, una infancia perfecta.

Pero ya, ahora no es hora de hablar de cosas tristes, es hora de galletas, refrescos y sí es que puedo...
¡Nuevos amigos!

Bueno, el supermercado está bastante vacío. Pff, claro que está vacío si son las 7:15 de la mañana.

Qué estúpido soy.

Asssh.

Quiero galletas.

Encontré la sección de dulces y me dispuse a buscar las galletas Sonrisitas. Me gustan esas porque tienen una sonrisa y por que, además, son livianas. Soy un chico que cuida de su panzita, no quiero tener gases por culpa de las cremas o los chocolates.

Cuido mi figura nenas.

Pero yah.

No es tiempo de presumir.

Estaba metiendo muchas Sonrisitas en mi carrito hasta que me llamó la atención a ver alguien de mi edad en el mismo sector, solo que a un extremo de este.

Me acerqué lo más normal que pude, no quería espantar al chico por lo que decidí hablarle de una vez por todas. Justo iba hacerlo hasta que empezó hablar solo.

-¿Pepitos Oreos?- Se preguntó a él mismo. Como queriendo elegir entre una de ellas.

Pensé que era buena idea responderle para entablar una conversación, sí, estoy desesperado. Pero no es mi culpa no tener amigos en Japón.

-Yo que tú me compro unas Sonrisitas- Dije con una sonrisa- No tienen leche y son muy livianas, además de ser ricas.

Oh no, metí la pata, por Dios. Ahora pensará que tengo problemas de estomago. ¡Qué vergüenza!

-¿Disculpa?- Dijo sin entender.

Mal. Tae, estás haciendo todo mal.

-¡Disculpas aceptadas! Soy Taehyung- Traté de hacer una sonrisa- ¿Y tú eres...?

Parece que estaba nervioso. Me sentí mal, ofendido. No sabía que estaba incomodando su espacio, o incluso dándole molestias.

-Pachito Paez- Dijo sin vacilar.

¿En serio? ¿Así se llama? ¿No le hacen burlas con ese nombre? ¿Será que me estaba tomando el pelo?

Pero admito que su nombre, si es que es ese, es muy gracioso pero bonito de cierta manera.

-¿Pachito Paez?- Repetí lo que dijo- Qué extraño nombre, me gusta.

-Em, yo tengo que irme- Me miró nervioso y cortó por completo el contacto visual. Qué ortiva, pensé.

-Oh, entiendo- Dije intentado conectar de nuevo el contacto visual, pero el me esquivaba.-Yo te conozco- No sé porque dije eso pero sentí que era verdad, que lo conocía.
-Na mentira, ni idea de quién eres- Okey, arruine todo.-¡Adiós Pachito!.- Dije y me fui.

Eso fue tan raro.

Pff, Pachito Paéz.

Sí, claro.

Pfff, Pepitos u Oreos.

Sí, claro.

Estaba llegando a mi casa luego de comprar un montón de comida. Me dolían los brazos de tanto cargar las bolsas.
¿Piensan que llevar 3 bolsas en cada mano es agradable? ¡No!
Incluso eran varias cuadras.

Diosito me quiere bastante para que mis brazos, por suerte, hayan alcanzado llegar hasta el edificio con las bolsas.

Tardé 1 hora en acomodar toda la comida, en serio si que compré de más. Por suerte no rompí nada y pude poner todo en su lugar.

Estaba tan aburrido que decidí ver algo en la televisión. No había nada, ash, todo era feo y aburrido.

¿Habrá Internet?

¡Porqué no le pregunté al pendejo de la entrada!

Yah.

Mañana le pregunto.

Todo bien, claro.

¡Patrañas! Tengo casi veinte años. ¡No soy viejo!

Maldito, no me dio la clave.

Enojado, más conmigo mismo que con el pendejo de la entrada, busqué un bote de Nutella que había comprado y me lo comí entero.

"Me lo comí entero"

Hay frijoles, sí que soy todo un pervertido.

Me reí, poquito pero me reí, y decidí ver una serie por YouTube. Era eso o morirme del aburrimiento.

Yaah.

Disculpen gringos.

Pero yo no tengo para un televisor Plux HD Mega Pixeles 3.000

Okey, exagero.

Mente sucia.

Qué asco.

Esperen...

¿Qué estoy diciendo?

Narradora Obnisente

Y así concluyó la noche de Tae. Acostado en la cama de su habitación mientras veía una serie por su móvil. Los dulces no faltaban y era notorio.

Pero el pelirrojo, sin poder más, se durmió con las piernas abiertas, roncando con la boca llena de caramelos y con su móvil tirado en el suelo.

Vaya forma de dormir ¿Eh?

obsessive man ©vhope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora