Luego de lo que pasó ayer con Tae no pude dejar de pensar en su voz. Yah, parezco tonto pero cambió bastante. Todavía no pude verlo pero estoy más que seguro que sigue siendo igual, o incluso más guapo que antes.
Ash, tengo hambre. Pero ¿Qué voy a comer? Ayer comí todas mis frituras mientras veía Victoruis que no me quedó nada.
Mejor voy al supermercado y veo que puedo comprar.
Salí de mi departamento y me sorprendió no ver a nadie. Sé que la mayoría de la gente aquí es adulta pero siempre hay alguien afuera que se me hizo raro que ahora no lo haya.
Busqué mi celular. Claro, las 7:50 de la mañana, es obvio que no iba haber nadie.
Pero que va, iré igual al supermercado, total habre las 24 horas.
-¿Pepitos u Oreos?- Dije sin saber cual elegir. Sí, me encontraba en la sección de dulces y lo primero que vi fueron las santas galletas.
-Yo que tú me compro una sonrisitas- Esa voz...- No tienen leche y son muy livianas, además de ser ricas.
-¿Disculpa?- Todavía no sabía si era ilusión mía o en verdad Tae estaba hablándome.
-¡Disculpas aceptadas! Soy Taehyung- Se presentó con una sonrisa.- ¿Y tú eres...?
-Pachito Paez- Dije cualquier nombre que se me llegó a la cabeza.
-¿Pachito Paez?- Repitió lo que dije.- Qué extraño nombre, me gusta.
-Em, yo tengo que irme- Una sonrisa nerviosa fue lo único que pude mostrar mientras agarraba cualquier galleta y la metía en el carrito.
-Oh, entiendo- me miró unos segundos- Yo te conozco- O no...- Na mentira, ni idea de quién eres. ¡Adiós Pachito!
Santa Ramona. Por un momento pensé que sabría quien soy. Pero que estúpido, el nunca me vio.
No sé que me preocupaba más, el hecho de que hablé con Tae y de la manera más rara, incomoda y estúpida del mundo, o que estaba jodidamente mas hermoso, si antes era hermoso, ahora es un puto Dios.
Esperé unos 20 minutos para volver a mi departamento, no iba a ariesgarme de que me vea y mucho menos si mi cara estaba como un tomate.
Ahora lo único debo tener bastante cuidado. Tae ya me vio y tuvimos una conversión, bueno, una conversación rara pero fue una conversación.
Ahora debo cuidarme más que antes.
Él no se debe enterar.
Será pan comido.
Pero...
¿Cómo voy a salir a comprar o incluso a trabajar?
Debo pensar algo...
