Misteriosa Curiosidad

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      Una semana transcurrió de manera lenta y tranquila. Como siempre Liam se pavoneaba como si nada y Calum se sentía horrible al saber que el castaño guardaba sus comentarios.

Hoy despertó con el objetivo de un nuevo cambio y mostrar a Liam que estaba más que decidido en no caer al abismo otra vez. ¿Su mala suerte? Empezó desde que puso un pie fuera de su cama, como si se aferrara a él y le digiera lo mierda de persona que es. Calum ignoró aquel sentimiento de vacío en su pecho, no se dejaría vencer  y mostraría a Liam que no tenía porque preocuparse más por sus estupideces.

Soltando el aire el morocho miró una última vez el loca donde trabajaba desde hace un par de años, cuando mandó a la mierda los planes de universidad y busco un trabajo para hacerse cargo de los gastos de la casa y que Liam tomara un descanso.

Un grupo de estudiantes entraron y Calum les siguió, la ridícula y típica campanita sonó por todo el lugar. Siguió caminando hasta llegar a la caja registradora donde un chico no más de cuatro años más grande que él le sonrió dejando a la vista sus hoyuelos.

—¡Hey!— Brad recargo su cuerpo en el brillante mostrador rojo, lanzando el trapo rojo en su hombro. —¿Y esa cara que traes?

—Nada, hoy vengo de buenas— fue lo que dijo antes de irse a los vestidores, restándole importancia pero con una sonrisa satisfecha con Brad siguiéndole.

—Ya veo— siseo. —Ya rompiste hielo con el bombón— dice Brad. —Y dime, ¿le has hablado de mí?— jugueteó.

—Hace unos días hablamos de sus gustos— la mirada de su compañero brillo, Calum cerró de golpe su taquilla. — Y tú no completas la lista de requisitos.

—¡Oye!— Brad se hizo el ofendido tocando su pecho, Calum sólo golpea su hombro y le hace una seña indicándole qué hay trabajo por hacer.

—Aún que los tuvieras no te dejaría, sin ofender, pero no quiero ver un idiota retrasado a lado de Liam— farfulleo serio, dejando al chico sin ilusiones.

—¿No será que tú quieres quedártelo?— el morocho le miro molestó, el chico alzó ambas manos con inocencia. —Vale, vale, solo quería saber.

—Él es especial para mí y quiero hacer las cosas bien— sonrío al instante que llegó al mostrador donde el grupo de chicas esperaban.

—Eso es bueno ¿no?— Brad le dio la espalda y dispuso a preparar las órdenes. —Aún no entiendo porque tanto entusiasmo, que te reconcilies con el bombón no es nada nuevo.

—En unos minutos les llevaré su orden— canturreo Calum hacia las chicas. —Eh decidido cambiar, ¡tengo veinte años! no puedo andar en fiesta tras fiesta, pretendiendo que todo me vale mierda.

—¿Qué ha pasado con el Calum que jodia la vida de Liam?— su compañero dejó hacer lo suyo para mirarlo con asombro.

—No es justo para él, además yo no buscaba joderle la vida— aclaró el morocho con molestia.

—No es justo para él, además yo no buscaba joderle la vida— aclaró el morocho con molestia

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