Tu Lo Sabias

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obē oba dannavā! [¡Tú lo sabías!]— rugió el moreno, sus ojos habían obtenido un tinte oscuro y la vena de su cuello sobresalía descomunal. —man̆gulē avajātakayā! [¡Jodido bastardo!]— no dudó en enredar sus dedos callosos en el cuello del hombre, importándole una mierda si lo asesina.

sansun venna! [¡Cálmate!]— gruñó Harry, le empujó en una distancia prudente y toco su piel, haciendo una mueca al sentir la sangre brotar.

Zayn bufo varias veces, cómo si fuese un toro. Limpio el líquido negro de sus comisuras con su puño, su pecho subía y bajaba violentamente y su mándala en la muñeca ardía.

maṭa kiyanna, hærī, mama hæma dæna gænīmaṭa avaśya [Dímelo, Harry, quiero saber todo]— el demonio le fulminó, su respiración aún era agitada y su mirada era sumergida en furia.

mama ē gæna vaga novana [No estaba seguro de ello hasta ahora]— aclaró. —Cuando le dejaste, tú nunca me levantaste la orden de protección hacia Liam.

Harry se puso de píe del sillón, camino hacia la barra y tomó la botella de cerveza. Miró un instante a Zayn y bebió todo el alcohol.

—Un demonio estaba bajo la magia de esas criaturas. Conocí a una chica, Nina, me prometió ayudarlo y tenía que ir a su tribu. ahí le vi, pero lucia diferente.

—¿Que quieres decir?

—Nina no quiso darme detalles, al parecer todos estaban sorprendidos de verlo de vuelta, habían asegurado que Liam se quedaría en la tierra, contigo. Todos creían que le habías abandonado por equivocación de reclamo y que por esa razón había regresado— el demonio encendió un cigarrillo y una profunda calada absorbió. —A diferencia de mi no creí eso. Ambos conocemos a Liam y sabemos la lealtad a la misión que tiene con ayudar a los humanos.

Creí que estaba allí para superarte, esos seres son muy sensibles. Durante el colapso de tiempo que estuve ahí pude darme cuenta que Liam escaseaba de magia, se le notaba pálido y débil, en muchas ocaciones Nina cancelaba nuestros encuentros por atenderlo, decía que había enfermado— Harry suspiro, dejó caerse en el sillón desgastado del bar, podía sentir la mirada del hombre sobre suyo. Peino sus cabellos castaños hacia un lado, tragando saliva y apretó un puño. —Deje de verle, pregunte por su paradero por curiosidad y me enteré que la magia de curación no le hacia de mucha ayuda.

Nina comenzó con una actitud un tanto diferente, hacia todo lo posible para quitar el hechizo del demonio y terminar todo el conflicto cuanto antes, decía que los demás estaban un poco incómodos por mi presencia, pero sabía ante mano que Liam se lo había pedido. Una semana más tarde todo termino y yo tuve que marcharme y fue cuando le vi. Estaba totalmente mal, por poco no le reconozco si no fuera por el mándala en su hombro. Lucia delgado, sin color en su piel y la única parte saludable fue su creciente vientre. Lo confirme por sus ojos, no eran los mismos, era como si la oscuridad se inundara en ellos. Sabía que esperaba un crío, lo sabía perfectamente, había visto esa misma mirada en muchas amantes de mi padre, él había dicho que el apareamiento entre demonios eran las miradas oscuras.

—Harry— sonó amenazante.

— ¿De quién más podría ser ese bebé?— expecto el demonio.

—¿Por que no me lo dijiste?— gruñó.

—¿Y que harías? No estabas en posición de hacer algo— Harry fue quien le recrimino y salió del bar.

. . .

Una vez más la atmósfera se vio interrumpido y esta vez Calum no tenía intención de ver a Liam, ni de reojo. Liam estaba aceptando el dolor del rechazo, había sido su culpa al ver guardado el secreto y tomaría las consecuencias. Su corazón se rompía cada vez más, no había día en que no escuchara la puerta principal abrirse y el suelo crujir cuando Calum entraba en su habitación.

Mándalas en la PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora