Somos Familia

653 96 94
                                    

—Ahora no sé que hacer, Ni— Liam reprocha desde las piernas del hombre.

—En verdad no se qué decirte— el de ojos azules hace una mueca, sus dedos se deslizan dentro de los cabellos castaños de Liam y una sonrisa aparece cuando mira al contrario cerrar los ojos.

—Fui un egoísta...

—No, no lo fuiste— contradice, apretando ligeramente la mejilla del castaño.

—¡Si lo fui!— se sobresalta lanzando sus brazos hacia todos lados, buscando la mirada zafiro del hombre. —Solo pensé en mi y no en el daño que le causaba a mi hijo.

Mi hijo

Las palabras se clavaron en el pecho de Niall, las caricias que brindaba al pequeño hombre mágico en sus piernas, se detuvieron. Por unos segundos, el brillo en su hermosa mirada se apago. ¿Por que de tantos años aún le afectaba?

—¿Ni?— la débil voz le interrumpió sus pensamientos.

El hombre le sonrió forzadamente, percatándose que Liam miraba la falsedad en sus comisuras.

—¿Estás bien?— Liam alzó la cabeza del regazo, se sentó a un lado de él y llevó sus manos cálidas y suaves a las mejillas de Niall. —Estás triste.

Niall negó apartando la mirada.

—No es nada, Lili, solo estoy algo cansado— mintió con el corazón oprimido. Recargo la espalda en el  sofá, sintiendo la mirada preocupada del castaño.

—Lo lamento, olvide que tú protegida había causado problemas y todavía lidias con los míos— los esponjosos labios crearon un puchero, acaricio el brazo del hombre y suspiro.

Liam solo quería desahogarse, esperar una señal de lo que pasaría los próximos años y no por eso su mejor amigo tenía porque escucharle cuando todo la culpa había sido de él.

—No, está bien. Sabes que estoy aquí para ti— comentó estrechando el cuerpo del castaño hacia él, le conforto contra el calor corporal mientras olfateaba el rico aroma de vainilla.

—Te necesito, más que nunca— murmullo Liam sobre la piel blanca bajo su mejilla, rodeo como pudo el cuerpo de Niall y se acurrucó más. —Tengo tanto miedo— un nudo grande comenzó atarse en su garganta, impidiéndole respirar adecuadamente.

—¿Miedo a qué?

—Miedo a Zayn...— un quejido salió por la garganta del castaño, Niall le dejó tomar su tiempo. —Él se lo llevara lejos, lo apartara de mi cómo yo lo hice de él, lo sé.

—Calum ya no es un niño, él no se dejará manipular por él— Niall lo alejó tomándolo de los hombros. —¿Acaso no me dijiste que no le temerías a nada?.

—No cuando se trata de Zayn— bajo la mirada, jugó con sus dedos en el regazo del hombre ojiazul, suspirando grandes bocanadas de aire. —No quiero volver a caer.

—No lo harás, te lo prometo— Niall le alzó la barbilla. —Él no te hará daño mientras Calum o yo estemos ¿de acuerdo?— el castaño asintió.

Las risillas de Michael hicieron eco por toda la casa, Liam sonrío al ver la radiante sonrisa del pequeño, eso le aseguraba que estaba feliz con ellos.

—Hola chicos— saludó Niall, mientras el castaño limpiaba sus ojos húmedos.

Calum alzó su mano, agitándola hacia ellos y Micky cubría la sonrisa de su rostro con las mangas de su suéter azul.

—Me iré a trabajar— el morocho se dirigió a Liam.

—No comas antes de la cena, haré lasaña— se levanto del sofá, acompañando al morocho hacia la puerta.

Mándalas en la PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora