Lo que esconde un gesto

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-Llegaremos a la costa de Paradise al amanecer -dijo el capitán Grunner del barco de Mare.

El segundo a cargo, Katz, asintió con la vista perdida en la oscuridad del océano.

-Último desembarco -suspiró Grunner -Luego de esto, adiós titanes y a disfrutar mi retiro -palmoteó la espalda de Katz -Serás un buen capitán a cargo, muchacho. Yo tendría tu edad cuando comencé. He sido el único capitán de este barco por treinta años. ¿Sabes cómo se llevaban antes a los titanes? ¡En barcos a vela! Eran prácticamente barcazas. Era una empresa peligrosa. Nunca sabías si los titanes te atraparían una vez que eran convertidos. Varios capitanes fueron comidos hasta antes que construyeran esta belleza -palmoteó el timón del barco -Sagradamente, dos veces al año trayendo traidores y prisioneros. Lástima que no podamos deshacernos de todos los enemigos de Mare de esta manera.

-No creo que sigamos trayendo titanes dentro de un tiempo… -respondió Katz pensativo -Ya sabe, por la guerra con medio oriente. Planean llevarse a los titanes hacia allá. Son más efectivos.

-Sí, algo supe, que las cosas están tensas por ese lugar. Sin duda perder al colosal y a la hembra no ha sido buena propaganda para nuestro imperio.

-¿Crees que los estén utilizando? -preguntó Katz con cierta angustia.

-¿Los erdianos? -rió de pronto -Son débiles mentales. Su rey les ha robado todas sus memorias. Ellos no saben qué existe fuera de los muros. Eso lo descubrimos hace varios años. Hay una rama de su ejército que se dedica a explorar fuera del tercer muro. Uno de los cambiantes rescató a uno de morir y lo trasladó a Mare para ser interrogado cuando fue mi tercer viaje a Paradise. Ellos no saben nada, nada de nada. Aun viven como hace doscientos años. No saben nada de la ciencia titán… nada. A veces los compadezco -Katz abrió sus ojos sorprendido -Solo a veces.

-Son una raza maldita -dijo el menor.

-Lo son… deberían buscar una manera para que dejaran de reproducirse. A veces pienso en los niños, no tienen la culpa de nacer siendo demonios. Pero cuando se barajó esa posibilidad con los del guetto estalló la guerra mundial. Son útiles después de todo. Si perdemos a los erdianos, perdemos a nuestra potencia militar… a nuestra arma más eficaz.

-¿Qué pasaría si nuestros enemigos descubrieran cómo hacerles frente? -preguntó Katz al aire.

-Ya no serían de utilidad. Veo ese futuro bastante cerca -suspiró -Pero ya estoy viejo, no veré ese momento llegar. Gracias a Dios -caminó a la salida de la cabina de mando -Me despiertas cuando estemos por llegar. Quiero ver esa isla por última vez.

-Sí, capitán.

Grunner salió de la cabina dejando a Katz a cargo.

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-Atracarán al amanecer -dijo Hange reunida en la sala junto con Levi y el resto de la escuadrón de operaciones especiales, ex reclutas 104 -Según lo que hemos logrado conseguir en los recuerdos de Eren y Armin, esperarán la luz para accionar.

-La tripulación no son más de diez oficiales. El resto son operarios del barco. En total son unos veinte. Los operarios no van armados -agregó Eren recurriendo a sus memorias -No están preparados para atacar, solo para la defensa…

-De todos modos -interrumpió Hange -No sabemos si han cambiado su estrategia después de haber perdido al titán hembra y el colosal. Tenemos que estar preparados para la batalla.

Los muchachos se miraron entre ellos. Ya habían enfrentado humanos alguna vez, no era algo que le gustara en realidad, ninguno de ellos fue entrenado para ello… al menos no originalmente.

El como Mikasa se enamoró de JeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora