-No debiste ponerte a dibujar mapas con los muchachos.
Ya era casi la hora de la cena. El escuadrón de reconocimiento terminaba los últimos detalles, guardando y ordenando los mapas. Jean y Mikasa estaban alejados del ajetreo, sentados uno junto al otro. Frente a ellos una mesa donde descansaba la venda que el chico llevaba en la muñeca y el pote de ungüento de Betza.
-No quiero alargar nuestra presencia en este lugar -murmuró Jean viendo como Mikasa sacaba del pote una buena porción de ungüento y lo dejaba sobre su antebrazo. Estaba frío -Hay algo aquí que me intranquiliza.
Mikasa alzó la vista un segundo para cruzar su mirada con la de Jean. Volvió a expandir el ungüento.
-Entiendo a lo que vas -respondió Mikasa -Pareciera que se rigen por sí mismos, me recuerda a los tiempos antes que Historia se convirtiera en reina -sus manos se movían hábilmente -Aun así, no debes esforzarte algo. Jamás se enfrentarían a nosotros.
-¿Cómo puedes estar segura de eso?
-Valgo por cien soldados, ¿o no?
-Tan humilde -bromeó Jean, notó una leve sonrisa dibujada en su rostro -Y eres la mejor con los masajes también.
-Tonto.
Miller llevaba un alto de carpetas fuera de la oficina cuando notó que los más jóvenes de la misión hablaban en voz baja. Oh, sí. Había visto esos gestos antes. Esas sonrisas medias bobas, esa forma de mirarse.
-Eh, tú, líder de escuadrón -alzó la voz y miró a Jean fijo, el chico lo hizo de regreso -Mantén tus manos lejos de mi chinita.
Sommerville pasaba a su lado con otro alto de carpetas. Se acercó a Miller cómplice.
-Me temo que es tu chinita la que tiene sus manos sobre él.
-Mi pobre e inocente chinita ha caído presa de las artimañas de ese gandul -exclamó Miller melodramático.
Betza le dio un golpe en la nuca. Miller se quejó, Benson quien lo sobó.
-Es algo médico -lo regañó la mujer -Deja tus boberías de una vez.
-Si es algo médico, ¿por qué no lo haces tú?
Y así se instauró una pequeña discusión entre ambos, a la que se sumó el resto de la tropa. A lo lejos Mikasa miraba con curiosidad. Se volteó hacia Jean.
-¿No vas a decirles nada?
-¿Y arriesgarme que el viejo Miller quiera cobrar tu honor? -bromeó -Déjalo ser. Le gusta cuidar de su chinita… e hincharme las pelotas. Es parte de su encanto -Mikasa le sonrió ligero -Hablando de eso… no de Miller, sino del apodo. Hay algo que quiero que veas. Por la mañana, antes de partir a Factua.
-¿Qué cosa? -preguntó la muchacha.
-Walter me habló sobre un pueblo de los primeros que se asentaron en los muros… -comenzó -Vio uno de mis dibujos… el de la marca del muro y dijo que la había visto en ese pueblo…
Mikasa se sobresaltó y retiró las manos de su labor.
-Se lo dijiste… -masculló frunciendo el ceño.
-No. Nunca le diría algo así. Pero se ofreció a llevarme y creí que te interesaría.
-Pues no me interesa.
Su tono fue tajante, duro. Jean se sorprendió, sinceramente esperaba otra reacción. Pero en sus ojos leía el miedo.
-Mikasa… puede que allí haya algunas respuestas. A la marca… al cuarto muro.
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El como Mikasa se enamoró de Jean
FanficUn año después de la recuperación del muro María, la Legión de Reconocimiento se ha establecido en la costa. Nuevas aventuras esperan a los chicos de la 104, mientras Jean decide dejar atrás sus sentimientos por Mikasa sin considerar que el curso de...