Uno; 하나

630 49 33
                                    

Los días se pasaban lentos, y Seokjin tomaba todas las tardes en el hospital de Seúl

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los días se pasaban lentos, y Seokjin tomaba todas las tardes en el hospital de Seúl. Ya estaba acostumbrado, aunque anduviese estresado a veces, e incluso sin ganas. Pero decidió tomar esa vida desde que iba a primaria. Estudiar medicina siempre fue lo que amó, y sinceramente no se arrepiente por nada en el mundo. Pues, era ya un adulto de veinticinco años con una buena carrera, se sentía satisfecho.

Aun así, había algo que le faltaba en esta vida, porque permanecía con un vacío en su corazón; una persona. Quizás podía tenerlo todo, pero lo único que no podía conseguir era amor; el amor de unos padres, el amor de amigos y el amor puro de una persona a quién ame.
Contaba con unos pocos amigos del trabajo, pero digamos que no llegaría al término "amigo" para aquellas personas. Su rutina consistía en levantarse por la mañana para limpiar y hacer labores, ir al trabajo toda la tarde y luego salir a la noche del hospital, exhausto. Apenas tenía días de descanso, ya que la mayor parte de la ciudad lo conocían y le llamaban para atender sus problemas. Eso lo llevaba a pensar que no tenía amigos en esta vida, y si tuviera, tampoco tendría tiempo para dedicarle. Era frustrante.

Esperaba con ansías unas vacaciones.

Hoy era jueves, y ya su miserable cabeza no daba para más, pero podía resistir, él sabía que sí.

Tantos años para dejar su grande carrera, iba en vano, estaba feliz con ello, no quería y no tenía necesidad, de tomar tales medidas.

Se encontraba en su consultorio, haciendo unos papeles pedidos por su jefe.

—Bien— Suspiró estirando sus brazos para arriba luego de terminar de escribir en la computadora—Solo queda una hora para poder irme...—Se decía mirando el reloj de la pared aliviado, y cada vez con más ganas de seguir, para lograr conseguir que el tiempo pasase rápido y retirarse lo antes posible.

Ordenó los papeles que estaban arriba del escritorio y prosiguió escribiendo con sus dedos y manos ya acalambradas.
En ese instante recordó que si llovía -ya que el cielo estaba nublado- no tendría paraguas. Había estado pensando tanto en estos papeles que debía hacer, que no pensó en el clima. Ahora se mojaría todo. Había sido una mala idea estar concentrado tanto en el trabajo a veces.

Al rato, una hora pasó fácil, pero el tiempo empeoró. Ahora llovía el doble, con rayos y relámpagos atormentando la mayor parte de Seúl.

Estábamos en invierno, así que estaba seguro de que afuera, aparte de las fuertes tormentas, también se encontraba el odioso frío de la estación.

—¡Hey! Dr.Kim, su paraguas no está colgado abajo, ¿acaso se lo olvidó de nuevo?— Saltó de la nada, su amada secretaria que estaba a sus espaldas, pegada a la ventana de la habitación.

—Sí... lo olvidé, estuve muy distraído—Respondió apenado.

—Está bien, parece que de nuevo tendré que prestarte el paraguas —Le recordó, riéndose entre dientes la joven mujer.

Let me love you┊jinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora