Si creía que de por sí era una desgracia tener que compartir el mismo espacio que Ezarel, ahora que estaba obligada a formar parte de quién reunía los objetos mágicos que necesitaban para hacer distintas pociones y demás, se dio cuenta que era mejor estar dentro del cuartel que fuera. Tendría pesadillas con las recetas a este paso. Al menos calmaba su estrés que agradeciera su "ligero" esfuerzo por traer un montón de cosas. Solo que seguía en mente por qué no habían dicho la especie de trato que hicieron con los dragones, después de todo, formó parte de la misión también.
Dudaba que fueran a decirle una sola palabra y conociendo lo bien que desviaba el tema su jefe, no estaba con ánimos para acorralo hasta que se hartara de su presencia. Se suponía que entre ellos no podrían mentirse considerando el tiempo que llevaban conociéndose, ¿verdad? Puede que los demás desconocieran la historia de Ezarel y no supieran por qué tenían cierta cercanía, por eso entendían sus asombros cuando "soportaba" ciertos comportamientos de su parte o sabía devolverle las burlas con naturalidad, sin temer sus castigos.
Y si era así, si lo conocía tan bien, sabía dónde estaría el informe de la misión.
Tenía que encontrar su habitación, no sería tan difícil, con esa idea en la cabeza acabó en un tiempo que sería admirable en recolectar cada planta y guardarlas en el frasco que correspondía.
Levantó la mirada hacia el cielo azul, era un buen día para disfrutar y no estar trabajando, lástima que no podía permitirse eso.
En cuanto terminó se dispuso a marcharse donde estaba la sala de alquimia, a este paso, sería su habitación más detestada del cuartel general. Por encima de las mazmorras.
Iba a cruzar la puerta hasta que escuchó las voces de su interior, era una dulce que contrastaba con la voz gruñona y pícara del elfo. De verdad que retenía sus impulsos por no asomarse, al menos, eso se decía mientras que abría unos centímetros para observar mejor el panorama.
Era una humana, o eso parecía, no tenía indicios por fuera de un ser mágico. ¿Sería una bruja? A veces no vestían como solían creer. Además que en su cabello castaño no reconocía ningún cuerno, oreja, marca extraña. Ni el color de sus ojos era... extraño, simplemente, marrones si los apreciaba bien. Ni marcas, ni cicatrices, pero ahí estaba ayudando a Ezarel. No parecía estar incómodo con su presencia, ni mucho menos irritante, más bien estaba sereno.
¿Sería buena idea interrumpir? Tomó aire, y antes de lo pensado, se encontró abriendo totalmente la puerta. Ninguno de los dos parecían alterados, más bien, es como si esperaran su aparición externa.
—Aline, deja las cosas ahí, tengo que presentarte a alguien.—Levantó una ceja preguntándose que estaba tramando el jefe, dejando las cosas en donde correspondía, y entonces, acercarse a los dos.— ¿No sabes quién es?
Intentó descifrar durante unos segundos quién era, sin dar con ningún incentivo, acabando por negar con la cabeza.
—Cierto, es el glamour, será mejor quitarlo.—Habló a la par que visualizaba cierta malicia en sus orbes. En cuanto hizo un movimiento con las manos dejando salir su magia pudo observar qué raza era, y bueno, estuvo apunto de gritar.— Te debemos las gracias, si tienes un favor que pedirme, lo cumpliré.
—¿Las gracias de...? —Estaba confusa por la intromisión de un Daemon, no confiaba plenamente en esas criaturas, quizás porque daban una mala espina en su interior.— No he hecho na-...
—Salvaste un dragón, y ahora, han accedido al plan para conservar Eldarya.—Su mirada azulina se dirigió hacia la verdosa en busca de una explicación, dejando claro así a la nueva llegada que no sabía nada.— Creo que he hablado de más.
Notaba que estaba disfrutando de ese aprieto que había causado por la sonrisa que tenía en los labios, aun así, tenía unos asuntos que arreglar con el que suponía era su jefe de la guardia.
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.—¿Y pensabas contármelo?
—¿No planeabas averiguarlo?
Emitió un gruñido de insatisfacción por atacarla con otra pregunta, desde hacía rato que estaba en la sala del gran cristal, reunidos ahí por la llegada de su nueva compañera provisional. Reconocía que estaba poniéndole de los nervios la situación, ¿iba enterarse por los labios del elfo o en esa reunión cuando la avisaran? No sabía con cuál estaría más molesta.
—Ah, cabeza hueca.—Miró de mala manera a su compañero ganándose una sonrisa burlona.— Te lo iba a decir, impaciente, cuando estuviéramos a solas.
—Hemos estado a solas durante varios días, ¿de verdad crees que me lo trago?
—Los elfos y las hadas no mentimos.
—Pero sabemos como desviar la verdad cuando queremos.—Contraataque con una chispa de molestia en mis palabras.— ¿Se puede saber de que va todo esto?
El de cabello azul estaba dispuesto a hablar sobre que tramaban, sin embargo, mantuvo el silencio cuando vieron la figura del jefe de la guardia brillante aparecer por la puerta, acompañado de la Daemon que daba pequeños saltitos de felicidad y es cuando notó que clavó su vista en ella, dándole una sensación de malestar en el cuerpo.
¿Por qué veía venir que tendría problemas? ¿O eran solo imaginaciones suyas? Ahogó un suspiro, debía centrarse en lo que estaban por decir, al menos ya se iba a enterar por qué tanto revuelo y cruzó los brazos esperando.
—Hoy quiero dar la buena noticia que, gracias al desempeño de unos nuevos reclutas y los jefes, han podido hacer el trato que estábamos esperando.
Empezaba a desesperarse, parecían todos enterados menos ella, así que intentó respirar para tranquilizarse.
—Y es que, podemos gracias a esta unión, hacer que las tres grandes razas hagan un sacrificio para tener portales hacia la tierra, y sobretodo, una estabilidad en estas tierras que ahora nos pertenecen.
Tres grandes razas. Daemon, dragones... ¿Y los Fenguang? Estaba sorprendida, sin creerlo, ahí plantada en medio de la sala mientras los demás parecían vitorear por ello.
Eso significaba que podrían volver a la tierra de donde fueron desterrados. Tenían el poder suficiente. La única contra es que si había un gran sacrificio, significaba que, debía una raza dar su mayor poder.
Y sabía bien, como todos, que en eso solo ganaban los dragones. Ya no estaba pareciéndole algo bueno, ni que celebrar, simplemente dejó la sala en cuanto tuvo oportunidad.
No podía creer que estuvieran dispuestos a cometer tal locura por tener un acceso. Había brujos lo suficientemente poderosos para abrir un montón de portales. Su intuición decía que había más que esas dos simples razones.
No iba a quedarse de brazos cruzados, lo averiguaría como diera lugar.
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.Después de mucho, si alguien sigue leyendo y manteniendo el fic, aquí está. Y quería dar gracias a los leídos ;_;.
Realmente pensé en hacer en algún momento un especial de Aline y Ezarel, cómo se conocieron en verdad y de dónde. Pero más adelante.
También a los que comentaron en su momento. Así como pueden seguir haciéndolo, tanto para decir si esto va bien o lo ven apresurado. Todo es bienvenido aquí. ❤
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Broken
Fanfiction[PAUSADA - PRÓXIMAMENTE EDITAR] Gardienne desconocía al completo el mundo sobre Eldarya, tuvo que aprender desde cero para sobrevivir su día a día sin tener que prescindir de los demás. Por eso mismo aprendió a base de equivocarse, sin rendirse, sig...