Su mandíbula estaba tan tensa que oía ligeramente los dientes hacer una fricción para nada agradable, su mirada azulada había oscurecido al punto que parecían unas olas furiosas con ganas de arremeter contra su persona hasta dejarla sin respiración, aunque ya lo estaba consiguiendo con solo tener esa posición tan defensiva y apretando los cuchillos que sostenían sus delicadas manos, esas mismas que no dudarían en lanzarlos con tal de desfogarse. Debía utilizar sus tácticas de distracción así que poco a poco sacó un frasco del cinturón de alquimia que siempre cargaba para las peleas, sabía cuál era, no tenía necesidad de comprobarlo. En cuanto su compañera se deslizó apunto de clavarle una de sus cuchillas, usó su antebrazo donde cargaba el brazalete de metal y entonces, empujándola hacia un lado, tiró esa poción mientras se cubría parte de la nariz y de un salto, separarse lo máximo posible. Su contrincante en seguida siseó, tosiendo al punto de parecer ahogarse, es ahí, cuando de su garganta salió un aullido de cachorro encontrándose con la sorpresa de ser transformada en un lobo de apenas cuatro meses.
Para nada mal, había servido y con eso se sentía satisfecha, prosiguiendo a dirigirse donde la esperaba Cassiopeia con una libreta para quitársela. Anotó entonces los pasos que había seguido y cómo había reaccionado contra la metamorfa llevándola a su verdadera forma animal, solo que, más mansa e incapaz de hacer daño. Exceptuando por sus caninos afilados que estaban mordiendo la suela de su zapato y aguantó la risa. Sabía que estaba echándole un montón de maldiciones. La pelirroja no se contuvo a la hora de alzar al cachorro llegando a restregar de forma cariñosa su cabeza.
—Servirá en caso de cruzarnos con un gran dragón en su forma humana.—Habló la castaña a la par que iba sacando otro frasco pequeño y abría el hocico del animal vertiendo el líquido rápidamente antes de indicar que la dejara en el suelo.— Con esto volverá a su estado natural en unos minutos, solo que en forma de cría y más mansa.
—¿Cómo es que sabes de esto cuando las dos sois guerreras? —La curiosidad de Cassiopeia no podía ser detenida, menos cuando tenía información escasa sobre las dos recibiendo una reprimenda con la mirada del joven albino sirviendo de nada porque la ignoró.— Ya sé que no debería llevarme por el canon, sólo, que pocos son capaces de aprenderlo tan sumamente bien.
—He convivido con elfos, la mayoría, tienen amplios conocimientos sobre distintos temas y en especial la alquimia. Son muy serios al punto de que, si metías la pata, eran capaz de echarte.
—Por eso es la única que soporta a Ezarel.—Aquel comentario proveniente de la metamorfa que había recuperado ya su cuerpo humano y sonriendo de forma socarrona.— ¿Es por eso o hay una razón oculta?
Aline deseó por una vez que su amiga cerrara la boca porque sabía con exactitud por donde estaba tirando la conversación estando tentada a tirarle otra de sus pócimas teniendo que respirar porque quedaría muy obvia a la hora de ejecutar ese movimiento, por lo que elevó sus comisuras con cierto toque de picardía.
—Sí, tengo que dar de comer a nuestros hijos, ¿o te olvidaste de ellos por este hombre? —Usando el tono más dramático que conocía señaló en dirección del albino, que a pesar de mostrarse levemente sorprendido atinó a reír disimuladamente.— ¡Como te atreves, vos, a robarme a mi prometida!
—Es lo justo, usted no quiso alimentar a mi hermosa Floppy.
—¡Alta traición, que le corten la cabeza!
—¡Cassie, cállese, hablamos del matrimonio de tus futuras madres!
—Entonces... ¡Alta traición, que te pongan una mariquita en la cabeza!
La castaña suspiró al ver que no cambiaba ni un poco con su penitencia, de reojo comprobó que apoyado en una columna estaba el de pelo azul con sus ojos verdosos clavados sobre ella y a pesar de estar lejanos, reconocía la emoción que sentía, estaba orgulloso de que hubiera aprendido bien de la alquimia cuando siempre la había detestado. Parecía que su acompañante azabache se percató de este detalle para pasarle el brazo por el cuello y pegarlo hacia sí, sin saber qué estaba diciéndole para que acabara con un golpe en la cabeza. Negó ante ese comportamiento tan característico de su parte, ya de por sí era extraño que se dejara tocar con esas confianzas por ser un maniático de la limpieza, por algo tenía impecable su instrumental de trabajo.
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Broken
Fanfiction[PAUSADA - PRÓXIMAMENTE EDITAR] Gardienne desconocía al completo el mundo sobre Eldarya, tuvo que aprender desde cero para sobrevivir su día a día sin tener que prescindir de los demás. Por eso mismo aprendió a base de equivocarse, sin rendirse, sig...