Si al menos no te llevaras el aire cuando te vas. Si no estuvieras hecha con todos los sueños que saben abrir cada cerrojo de mi cordura. Tal vez si no hubieras tenido ese acento de beso cuando pronuncias "Quiéreme." Y si yo no hubiera jamás navegado por los mares de ternura que te habitan. Quizás, entonces, podría obligarme a vivir,
-aunque fuera un solo segundo-,
sin desearte.
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Sempiterno.
PoetryCulturalmente lo llaman el hilo rojo del destino. En física de partículas se le conoce como entrelazamiento cuántico. Pero yo, amor, le he puesto tu nombre.