Todo es esperarte. Duermo porque te espero y se hace dulce soñarte. Y me despierto solo por si algún día te encuentro. Leo poemas para invocarte con cada palabra. Las canciones aún no las soporto sin lágrimas. Me da igual comer o no, si no es contigo. No tengo tierra ni hogar, y te espero para saber dónde ir, y dónde quedarme, y plantar rosales que tarden años en hacerse robustos. Me aterra pensar el futuro sin ti, así que sigo acunando tus recuerdos muy dentro, y ellos crecen por mis arterias y se adueñan de toda mi sangre.
Y cuando los demás me dicen que mire al futuro y no piense en ti, no saben que todo yo estoy hecho de tu esperanza.
ESTÁS LEYENDO
Sempiterno.
PoesíaCulturalmente lo llaman el hilo rojo del destino. En física de partículas se le conoce como entrelazamiento cuántico. Pero yo, amor, le he puesto tu nombre.