Capítulo 2

648 39 0
                                    

Mire hacia el otro lado y cerré los ojos con fuerza al sentirme incomoda con lo que estaba presenciando ante mí. Esa escena había sido muy desagradable. Trate de calmarme y respirar profundamente, pero como precaución a que el aroma nauseabundo entrara de golpe a mis pulmones, haciéndome perder el conocimiento por lo desagradable que era. Así dándome unos minutos para poder asimilar todo lo que había ocurrido en esos pequeños segundos que había pasado todo. Algo caliente toco mi brazo haciéndome girar bruscamente a ese lado, por miedo que sea otra de esas cosas. Me di cuenta que no era otro animal ni un lobo, sino un chico, el cuál estaba parado junto a mí mientras me tocaba mi brazo. Él era alto, delgado, fuerte, con cabello negro y su tez era morena casi de color rojizo. Llevaba puestos solamente unos jeans rasgados, sin camisa ni zapatos. Me lo quede observando detenidamente tratando de encontrar las palabras perfectas pero no se me ocurrieron muchas.

– “Hola, ¿tu… quién eres?” – pregunte casi sin saliva en la boca –

– “Hola” –  dijo sonriendo. –  “Pido disculpas por adelantado de lo que voy hacer pero debo hacerlo”. –

– “¿Disculpas? ¿De qué hablas? ¿No te has dado cuenta de lo que está pasando?” – dije mirando al frente. Mientras los lobos despedazaban al animal con sus hocicos. El chico estaba hablándome pero solo pude escuchar lo último que me dijo.

– “Solo quiero que las aceptes”. – dijo al final con una sonrisa. No me parecía nada gracioso para que este sonriendo.

Él sonrió y sentí que sostuvo mi mano fuertemente con la mano de él. Lo miraba fijamente en busca de respuestas o alguna explicación por lo que estaba pasando. Además de querer saber de quién se trataba o que me dijera por qué solo me decía cosas sin sentido. Perdida en muchas más preguntas que tenia para hacerle al chico, no me di cuenta rosaba mi mano con algo de metal. No sentí dolor, solo un pequeño cosquilleo. Baje la mirada y vi mi mano sangrando. Aleje mi mano de la de él rápidamente, llevándola hacia mi pecho de modo de protección. Lo mire sin sentido y buscando respuestas. No sabía por qué lo había hecho, sólo que me había cortado la mano. Él solo se alejo de mí en dirección de donde había sido la pelea, donde se hallaban los dos lobos y el animal tirado en el suelo. Mi mano estaba con sangre por lo que cogí la falda de mi vestido y lo frote contra esta para limpiármela. Quería ver cuánto me había herido pero al darme cuenta ya no había nada en ella. La había limpiado toda pero no había ninguna marca que demostrara que me había cortado. Entonces por qué tenía sangre?. Habría sido sangre de él chico que me había puesto pero por qué?. Entonces mire a mí alrededor en busca de los lobos que estaban conmigo, en busca de ayuda y explicaciones. Junto a mi solo se encontraba el lobo color café marrón con la pulsera en unas de sus patas, los demás estaban en el lugar con ese animal. No me atrevía a mirar en esa dirección pero el chico estaba ahí, por lo que debía hacerlo.

Él se encontraba justo enfrente al animal mirándolo fijamente mientras los lobos lo sostenían. Me percate que faltaba un lobo, el rojo carmesí. Dónde se pudo haber metido. No creo que el animal lo haya atacado aunque todo pudo haber pasado en los segundos o minutos que pase con los ojos cerrados tratando de controlarme y asimilando lo que había sucedido. No creo que lo hayan matado, además quien era ese chico que estaba con los lobos. Por qué él no les tenía miedo a ellos, acaso era un conocido de ellos. Entonces por qué el chico me había puesto sangre en la mano. Acaso era una especie de ritual o una bienvenida. La verdad no podía entender nada de lo que sucedía. Además por qué él estaba cerca del animal. Acaso no le tenía miedo y qué estaba haciendo ahí. Estaría verificando que estuviera muerto o el acabaría con él definitivamente.

Él se arrodillo junto al animal y extendió algo hacia él. Parecía una especie de cuchillo pero más largo y grande. Lo clavo en el cuerpo del animal. Este lanzo unos chillidos y empezó a moverse rápidamente. Como si estuviera teniendo una especie de ataque o convulsiones, luego paro. Comenzó a cambiar de color. Se fue poniendo de un color gris ceniza, como si al ser tocado por el cuchillo este se secara. Parecía una roca. Ahí todo inmóvil en el piso, en lugar del monstruoso animal. El chico se acerco más al animal y lo pateo. Este se desmorono como si solo hubiera sido polvo desde sus inicios.

Memorias OlvidadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora