Capítulo 14

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Hace unas décadas atrás las dos últimas familias de vampiros de sangre real vivía pacíficamente y ocultos entre los humanos, lograron vivir así por varios siglos. Estas familias aún creía en las antiguas tradiciones y poseían un acuerdo entre ellos, como una de las familias había tenido un hijo varón y la otra una hija, se había decidido que sus hijos debían casarse para que siga existiendo la sangre real, por ello debían seguir protegiéndolos a toda costa.

Después de muchas precauciones se fijo la fecha de encuentro entre las familias, el día que habían decidido reunirse para que los jóvenes se conocieran fue todo un caos, alguien los traicionó y los persiguieron para matarlos. Las dos familias escaparon sin haberse podido conocer. Una de ellas busco refugio a la organización que ayudaba y protegía a los de sus especie y la otra llego a la única familia de hombre lobos de sangre real esperando que el acuerdo del pasado siga en pie.

Por años vivieron separados el uno del otro, sabiendo de la existencia del otro pero sin haberse conocido. Obviamente no estaban enamorados pero estaban solos, solo se tenían el uno al otro. Nadie más podía entender lo que les pasaba, ser perseguidos para matarlos, sin otras familias ayudándolas y viviendo en varias partes sin tener un lugar que llamaran hogar. Comenzaron a mandarse cartas por sus familias, para que se conocieran poco a poco. Al principio las cartas eran una cada dos meses pero a medida que el tiempo pasaba estas cartas se volvieron una semanal.

– “Por qué no se fueron al mismo lugar?” – pregunté.

– “Porque cada una fue a pedir refugio al lugar que más cerca les quedaba. No podían ir donde otros vampiros porque uno de ellos los había traicionado, por lo que decidieron ir hacia las otras especies.” –

– “Pero aún no se conocían, por qué no se enviaban fotografías?” –

– “Porque podrían reconocerlos si se perdía o se infiltraban en la correspondencia, por ello utilizaban seudónimos y nunca decían donde se encontraban ni como era el clima y esas cosas. Solo sus gustos o preferencias, o que habían hecho. Cosas cotidianas que no llevaran a suponer alguna localización.” –

– “La tenían difíciles estos chicos.” – dijo Ethan.

– “Así es, ni te imaginas cuanto.” – dijo Al volviendo a la historia.

Pasaron los años y la chica pasaba sus días en la organización como si fuera su hogar, aunque fuera un edificio de oficinas donde en el subterráneo hubieran habitaciones cómodas para vivir; ella no tenia ningún amigo de su edad ya que todos eran agentes que velaban por su seguridad. Una de las agentes era la Srta. Slayer la cual había estado al cuidado de ella desde que nació. Esta agente había sido criada por la mamá de la chica mucho antes de que ella naciera y la trataban como parte de la familia, por este motivo la chica podía pasar sus días de encierro en compañía de su amiga. Ella, además de su madre, le daba clases para que creciera culta y le enseñaba como defenderse y pelear.

El chico por otro lado si había hecho amigos de su edad, con el único hijo de la familia real de lobos que quedaba, pasando sus días divirtiéndose con él. Las aventuras que tenia le servían de aliento a la chica que leí en cartas que él le mandaba, haciéndose amiga también del pequeño lobo. El chico aparte de divertirse con su amigo, tenia clases con las demás personas desde literatura hasta de defensa. Él no vivía en un edificio como lo hacia la chica, el vivía en una especie de comunidad a las afueras de la ciudad donde las familias de lobos vivían tranquilamente entre ellos con clínicas, escuelas, centros de entretenimiento, etc.

Después de un tiempo las familias decidieron otra reunión pero el motivo de esta era conocer a los chicos ya que ninguno conocía al hijo del otro. Se hicieron los preparativos y la familia de la chica viajo hasta donde se encontraba la familia de los lobos, mientras ella se quedaba en la organización. Ellos se quedaron por cinco días, en los cuales conocieron al chico y visitaron a sus antiguos amigos. Conversando y planeando estrategias por si llegara a pasar algo con sus hijos, esto involucraba a los lobos y a la organización. Luego regresaron a la organización y esperaron hasta que sea el turno de la otra familia visitarlos.

Memorias OlvidadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora