El chico del espejo

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A la mañana siguiente Yoongi fue el primero en despertarse, sintiendo un poco de frió recorrer su espalda, pero entre sus brazos emergía una fuente de calor el cual se dio cuenta de que esa fuente de calor era el castaño dormido muy pacifico entre los brazos del pelinegro.

Esa imagen era realmente hermosa la luz del sol reflejado en los vidrios de las ventanas daban unos destellos en el rostro del castaño haciendo lucir realmente como una obra de arte, sus finas facciones parecían talladas por  los mismos ángeles, complementado con una personalidad de oro. Para Yoongi Hoseok era un ser perfecto, como si este fuese una de las mejores pinturas de Da vinci una en la que dedico todo el tiempo necesario y que creo con mucho amor transmitiendo sus conocimientos recogidos en años y que los fuera puesto en este ser.

Hoseok se había convertido en una fuente de confianza para Yoongi, esa persona que lo estaba ayudando a ver el mundo desde otros ojos, esa en la cual sabia que podía confiar en el con los ojos cerrados, esa persona que poco a poco se fue ganando su corazón con cada acción, palabra y gesto que el castaño le dedicaba.

Yoongi sacudió su cabeza a ambos lados alejando todo pensamiento del castaño para solo concentrarse y disfrutar de el momento que compartía con el castaño en sus brazos. Así que el pelinegro se  alejo un poco mas del castaño pero con mucho cuidado de no despertarlo, se apoyo en su codo aun sosteniendo al castaño.

Sintió que el tiempo se detuvo al comenzar a admirar cada rasgo faciales que el castaño poseía desde los mechones despeinados que se posaban su frente, pasando por sus ojos rasgados, siguió bajando hasta llegar  a sus labios esos carnosos labios que tanto deseaba probar y que aunque lo había echo la noche anterior el quería mas.

No dudo ni un momento y comenzó a acercarse de nuevo al castaño pero se detuvo al sentir rosas sus narices y junto sus frentes, tomo aire y termino por deshacerse del poco espacio que los separaba. Al sentir de nuevo esos labios sobres los de el quedo con la mente en blanco de nuevo y una explosión se colores y melodías estallaron en su interior que se volvieron mas intensos al sentir que su compañero comenzaba a mover sus labios sobre los de Yoongi.

Hoseok paso su mano por la nuca de Yoongi logrando intensificar el beso, que sabia que ambos disfrutaban y lo confirmo cuando Yoongi paso su mano bajo su camisa y termino masaje ando su abdomen. Y eso fue como un shot energético que provoco mucho calor entre ambos, luego de las caricias ambos se separaron quedando con un Yoongi que volvió a abrir los ojos.

Hoseok abrió los ojos de a poco acostumbrándose a la luz aun seguía somnoliento, al enfocar bien al pelinegro que tenia enfrente sonrió enternecido soltando -Buenos días mi Sugar- Yoongi le dio algo de ternura ver su reacción contestando.

-Diras muy buenos días, mi solecito- Ni siquiera Yoongi sabia como el castaño podía cambiar su personalidad mostrando le una faceta de el que no conocía y no haba demostrado con alguien mas. Era especialmente para el castañito.

Hoseok asintió lamiéndose los labios -Excelentes diría yo- lo dijo con una sonrisa coqueta y juguetona y al final guiñándole el ojo por la referencia. Yoongi se sonrojado y se acomodo mas para levantarse, impulsando al castaño para que lo imitara, lo cual hizo y en un momento ya estaban sentados estirándose.

Ambos se levantaron y caminaron hasta la cocina donde esta vez Hoseok tomo las riendas y se dispuso a preparar unos wafles con ensalada de frutas y Yoongi se encargo de hacer el café, fue sencillo compartir el ambiente con Hoseok y al final Yoongi termino cortando la fruta también mientras que Hoseok terminaba de hacer los últimos dos wafles.

Ambos terminaron y sirvieron comiendo en la pequeña mesa de la cocina, mientras que hablaban de el día que les esperaba y de las cosas que Yoongi tenia preparadas para los siguientes días. Por ejemplo ese día irían a los campos de cultivo y al Hoseok escuchar eso se emociono porque era algo nuevo que ese lugar le ofrecía.