-Último-"El fin de la aventura"

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La bebé no parecía entender nada de la situación actual en la qué estaban. Fred estaba tirado en el suelo medio muerto y Freddy parecia llorar de cansancio mientras Golden intentaba reanimar a su amigo proporcionándole una cachetada.

—¿Exactamente qué pasó aquí?

La voz de Puppet resonó en toda la sala mientras Freddy se secaba las lágrimas con cuidado. Se creó un silencio qué no hizo más qué poner nerviosos a todos los qué estaban en la escena qué la chica nombró.

—Fred se golpeó el dedo pequeño del pie y ha estado así por más de tres horas. —comentó Golden mientras bostezaba.

Junto a Fred estaba uno de los cachorros, el cuál lamía el rostro del recién nombrado de manera desesperada. Puppet agarró lentamente a Lagarto y lo lanzó hacía Fred, él cuál sintió el esponjoso impacto y se levantó totalmente revivido.

—No lo trates de manera tan brusca. —se quejó el de cabellos azabache tomando a su animal se peluche entre sus manos.

La Joker de magia negra levantó una ceja y se limitó a ver cómo Fred se cubría detrás de su hermano con completo terror.

—Como sea —dijo intentando crear otro tema de conversación.—He venido a decirles qué tenemos todo listo.

El rostro del rubio esbozó una sonrisa cansada qué desviaba la atención de sus enormes ojeras, a causa de Chica.

Caminaron hasta llegar a una habitación ya conocida por todos. Era el cuarto qué Fred y Freddy utilizaban para hacer hechizos e investigar sin dejar solos a Golden y a la pequeña reina, es decir, una habitación de respuesto remodelada.

—Aquí fué cuándo me quemé la pierna—Comentó Fred horrorizado.

—Y la mesa, no te olvides.—Añadió su hermano colocando su mano izquierda en el hombro del de cabellos azabache.

—Por eso y otras razones más no te dejamos usar mágia hasta el mes siguiente—Susurró Puppet fingiendo toser.

Marionette llegó junto a su típico aire de alegría sosteniendo un pequeño tubo transparente, él cuál contenía un líquido color magenta brillante. Golden tragó saliva, no estaba del todo seguro acerca de ese "alimento", si podía considerarse uno.

—¿Es apto para bebés?—Preguntó preocupado.

—Tranquilo, solo hay un sesenta por ciento de probabilidad de qué se tranforme en una cabra.—Le respondió Marionette.

El Rey de Diamantes pareció a punto de desmayarse y eso hubiese sucedido, de no ser porqué Freddy lo sostuvo a tiempo.
Se encargaron de colocarle a la bebé uno de los vestidos de la Chica adulta, el cuál le quedaba sumamente grande, para luego colocarla en el medio de la sala vacía. Se tomaron las manos, algunos conteniendo la respiración y los restantes intentando mantener la calma.

Golden, el cuál era el único con las manos sueltas, sostuvo con fuerza el tubo transparente, lo destapó y luego desparramó el liquído en su mano. Se arrodilló levemente hasta la altura de Chica, mientras ella lo miraba con curiosidad, para después sonreír de lado.

—Adiós. Fué interesante nuestra aventura, mi pequeña reina.

Sostuvo la mano de la bebé con su extremidad manchada del liquído magenta, para luego ver cómo toda la sala comenzaba a brillar con intensidad. Los ojos del chico se cerraron automáticamente intentando qué la luz no dañara sus ojos.

Los minutos en los cuáles él brillo pintó la sala parecieron horas para Freddy, el cuál comenzaba a toser, ya qué un extraño humo estaba saliendo desde el centro de la sala.
Fué unos instantes más tarde cuándo el brillo se apagó lentamente y el humo se desvaneció en el aire, para suerte de todos.

—¿Están todos bien?—Preguntó la voz de Golden.

Los ojos de Fred se abrieron y lograron ver la figura de su hermano sentada en el suelo. Al segundo corrió en su ayuda para preguntarle si estaba en buena condición.
Del centro de la sala emergió la sombra de una mujer. Sus cabellos rubios caían en su pecho de forma desordenada y portaba el mismo vestido qué anteriormente vestía la bebé. Sus orbes magenta se posaron en todos los presentes.

—¿Qué hago aquí?—Dijo en un tono de sorpresa.

Golden esbozó una enorme sonrisa, para después desplomarse lentamente contra la pared, realmente estaba muy cansado.

—Chica, qué bueno es verte.

Freddy se lanzó para poder abrazar a su amiga con cálidez, por primera vez en meses, no tenía qué preocuparse. Extrañaba la tranquilidad qué antes su vida solía tener y por fin volvería.

—¿Escuchaste, Lagarto? Ya no te maltrataran.—Dijo Fred sonriendo de oreja a oreja.

Golden estaba a punto de llorar de la felicidad, habían pasado por tantas cosas. Ya no recordaba sus deberes de Rey y dormía menor de cuatro horas al día. Chica les sonrió a todos con alegría, para luego acompañarlos hasta el comedor del castillo para tomar el té.

—¿Dicen qué me convertí en un bebé?

—Y uno muy ruidoso.—Se quejó Fred comiendo una galleta qué parecía ser de chocolate.

El mundo parecía seguir su curso otra vez sin ningún inconveniente. Este era sin duda, el fin de la aventura.

¿Fin?

Tres Chicos y un Bebé-#FNAFHSCardsKingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora