Ruby

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La salida al cine fue simplemente magnífica.

Recibió muchas miradas acusadoras. Algunas señoras la miraban con desprecio y algún que otro hombre con ojos lujuriosos, Josh hizo todo lo posible para que se sienta cómoda.
En ningún momento le soltó la mano.

Después del cine fueron a cenar.

Cuando entraron al restaurante las pocas personas que habían ahí posaron su vista en Ruby. La miraban de arriba a abajo, algunos murmuraban, otros reían bajito y otros la ignoraban.
El mesero los acompañó a una mesa, estaba muy cerca de otra en donde se encontraba un hombre y su esposa con una niña.
Ruby al verla sonrío encantada, siempre quiso un hijo o una hija.
Josh siempre decía que tenían que esperar a que su economía sea estable, pero aún así no podía evitar sonreír e imaginarse con un bebé al ver un niño.

El mesero pidió su orden.
Y al rato volvió con una bandeja de pan con semillas y mantequilla.

-Oh! Lo siento señor, pero mí esposa es alérgica a los frutos secos.- dijo Josh con cortesía.

-Lo lamento señorita- dijo mirando a Ruby- de inmediato lo retiro.-Dijo y se llevó el pan y la mantequilla.

-Gracias- dijo Ruby con una sonrisa.

-Oh, vamos... ... Ese es un maricon disfrazado, no le sigan el juego. "Señorita" si claro, que permita que le metan un pene por el culo no lo hace mujer... Ya saquenlo de aquí..- el padre de la niñita habló fuerte mirando al mesero y este frunció el ceño.

-Qué mierda estás diciendo? Cómo se te ocurre faltarle el respeto a mí esposa?- Josh se levantó dispuesto a enfrentar al hombre.

-Cariño! Josh! Detente... Vámonos...- Ruby lo miró con súplica.

-Aqui el único que se debe ir es ese hombre, Ruby... Tú no haz hecho nada, cariño él es un imbécil...- Josh abrazó a su esposa.

-Señor Smith sé que es uno de nuestros clientes más habituales, pero lamento pedirle que se retiré del establecimiento...- una mujer de piel chocolate y grandes ojos verdes apareció.

-Y usted quién es?- el hombre preguntó bastante alterado

-Soy las propietaria de este local.- la mujer imponía un aura de respeto, su pasos eran firmes y el "TOC TOC" de su zapatos resonaba por todo el lugar. Los otros comensales miraban las escena con cierta disconformidad.

-Y usted va a permitir que estos maricones estén aquí?- el hombre se levantó de la mesa y se paró frente a la imponente señorita.

-Si, está señora y su esposo vienieron aquí a cenar igual que todos los demas... Usted se tendrá que ir, ahora mismo... Porque yo soy transgénero y no pienso permitir que personas tan asquerosas frecuenten mis locales... Sra Smith lo lamento por usted y su pequeña, pero le pido que se retiren...- la mujer dio media vuelta ignorando las quejas del hombre y se fue.

El hombre de fue y la cena continuó con normalidad. Aunque Josh estaba algo molesto, pero al ver la sonrisa de su esposa tan radiante prefirió tranquilizarse y disfrutar la noche.

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Después de las cena fueron a pasear por el centro comercial, faltaban dos horas para que todo cierre.
Pero Josh quería que su mujer compre lo que le hacía falta. Sabía que Ruby no estaba muy satisfecha con lo que tenía, ya que todas sus pertenencias eran masculinas.

La primera parada fue en una glamourosa tienda de indumentaria femenina.

Ruby estaba muy nerviosa, pero su esposo estaba ahí para darle apoyo.

-Hola bienvenidos a "Women'secret" en que puedo ayudarles?- un chico muy alto y bastante joven los atendió cortésmente.

-Hola, estoy buscando un vestidor completo. Digamos que necesito un cambio..- susurró la chica algo apenada.

-Estás bien señorita yo la puedo ayudar en todo lo que necesite, acompañeme por aquí- el chico le guiñó un ojo y la guió hasta los percheros repletos de prendas.

Zapatos, carteras, faldas, vestidos, camisas, chaquetas, diademas, y accesorios; el chico que resultó llamarse Tomas la ayudó a escoger todo.

Ruby tardaba demasiado en el vestidor, Josh estaba preocupado. Tomas se encaminó al lugar donde estaba la joven y golpeó la puerta.

-Ruby? Estás bien?- Tomas ya conocía estas escenas siempre ocurrian cuando algo no le quedaba bien a una chica. Veía estas situaciones todos los días.
La puerta se abrió un poco y un pequeño "pasa" se escuchó.
Cuando Tomas miró a Ruby supo cual era el problema, el vestido le quedaba divino. Su cuerpo parecía más pequeño en esa tela, pero por los muslos se veía al menos 4 centímetros de boxer negro.

-Ay niña... Solo necesitamos una tanga...- dijo Tomas entre risas.

-Pero no tengo ese tipo de prenda.- Las mejillas de la más baja estaban rojas.

-Yo me encargo, cambiate y sal...- el chico le guiñó un ojo y se fue.
Ruby se puso su ropa y salió.

Luego de inventarle a Josh una escusa llevaron las prendas a la caja,dispuestos a pagar e irse.
Cuando el matrimonio estaba dispuesto a irse un Tomas completamente agitado y con unas bolsas en sus manos llegó.

-Lleva esto también, se que te va a gustar... Eso va por mí cuenta.- el chico sonrío y luego de los agradecimientos y una fugaz despedida las pareja se fue a su hogar.

Al llegar Ruby no se aguantó las ganas y vació todo su lado del ropero. Toda la ropa de Tyler quedó en una bolsa.
La ropa de Ruby ocupó su lugar.

Cuándo la chica ,muy emocionada, revisaba y ordenaba su nueva ropa encontró algo. Las bolsas que Tomas le había obsequiado.
Definitivamente no se esperaba eso.

Bragas, camisones, un extraño brasier con relleno... Eso era lencería. Su rostro se cubrió de un tono rojo. Muchas veces había pensado en comprar ese tipo de ropa, pero el miedo de que Josh la descubriera era más grande que su deseo por usarla.

Se encerró en el baño con la bolsa y saco unas bragas blancas con encaje, se desvistió por completo y se metió a la ducha. Cuando terminó de ducharse se puso la suave prenda blanca, decidió que por ahora solo usaría eso. El extraño brassier lo dejaría para más tarde.

Tomó las prenda y se inclinó para pasarla por sus piernas, se estremeció al sentir el encaje rozar su piel. Cuando se las subió al pubis vino el primer problema. Siempre le gustó su miembro, le gustaba mucho poder satisfacer a Josh y con su tamaño no le era difícil. Pero en ese preciso instante le hubiese encantado que su pene fuese diminuto. Con una mueca de fastidio acomodó su flácido pene y logró que al menos no se sintiese incómodo. Cuando ya estuvo lista se miró. Su trasero se veía impresionante. Esperaba que a su esposo no le disgustase, eso le rompería el corazón.

Cubrió su piel desnuda con una amplia camiseta de su esposo (que usaba más Ruby que Josh) y se dirigió a la cama, en donde se arrojó como peso muerto. Estaba agotada.

-Oye cariño no viste mí...- el pelirrojo se quedó estático ante la escena.

Su ex-esposo ahora su esposa, se encontraba en la cama con los brazos y las piernas extendidas. Sin pantalones, solo con una camiseta (que antes le pertenecía a él) y lo más impactante.... Con unas pequeñas bragas blancas de encaje con lazos y moñitos por doquier. Desde esa posición solo podía ver su trasero. Grande, redondo, grande, firme,¿ya mencionó grande?. Definitivamente esa prenda le hacía ver un trasero fenomenal.

Y entonces el de ojos rasgados lo entendió. Tyler Joseph, a pesar de lo exquisitamente sexy que era, no podría provocarle jamás tanta excitación como Ruby Joseph lo hacía en esos momentos. Definitivamente vivió equivocado mucho tiempo. Los hombres fuertes, musculosos, de voz gruesa y barba frondosa eran ardientes... Pero su esposa en bragas era algo indescriptible, solo llevaba unos segundos observando y ya sentía que su pene iba a estallar.

Aunque Ruby se viera hermosísima con esas prendas se las iba a quitar (o tal vez no, se ve tan bonita con ellas), necesitaba a su esposa. Ya podía sentir su entrada dilatarse de solo imaginar lo que su Ruby le haría.

Editado: 07/03/18

Ruby (Tysh)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora