¡Que no es una cita!

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Finalmente catorce de febrero, eso significa San Valentín y la escuela Holland no se quedó corta ante la celebración de este gran día.
Todo el día fue fiesta, había puestos de comida y las parejas se daban regalos. 

Christina buscó ese día a Travis por todas partes pero no lo encontró.

—Imbécil, ¿por qué me dejas solita?.— Reclamó Christina escribiéndole a Travis por WhatsApp.

—Perdón wey, pero este día apesta. Siempre lo festejo amargado desde una mala experiencia.

—Entiendo, bueno al parecer Ashley, Sasha y Aimé si vinieron. ¿Te veo al rato o también apesto?

—También apestas, pero apestas bonito. Te veo al rato amiga y perdón de nuevo.

—Bueno hasta el rato, morirás solo. Bye guapo.

—Cállate.

Ahí terminó su chat, luego se paró de la banca donde estaba sentada y a lo lejos vio a Ashley.

—Hola. — Saludó Christina al toparse con Ashley

—Hola,¿estás emocionada?

—A ti no te puedo mentir... mucho, ¡la verdad estoy muy emocionada!. — Dijo Christina suspirando.

Su amiga lanzó una risa. —Se nota, ¿qué piensas llevar?

—Mierda, eso no lo pensé. No muy arreglada, digo es Travis en Starbucks.

—Sí, con tu crush en Starbucks.

—Pero no es mi novio.

—No aún. — Añadió con una sonrisa en la cara.

Al cabo de unos segundos llegó Sasha.

—¡Ahhh!— Gritaron sus dos amigas después de haber sido asustadas por Sasha.

—¡Estúpida!— Le gritó Christina.

—Mucho gusto. —  Contestó su amiga irónicamente. —¿Lista para hoy?

—Honestamente, quiero explotar. — Dijo nerviosa.

—Será mejor que no explotes. — Respondió Ashley.

Pasaron todo el día juntas y al llegar la tarde, Christina estaba tan nerviosa que no podía dejar de sudar.

—¿Aimé? — Exclamó Christina llamándole a su amiga sin saber qué ponerse.

—Hola, Tina.

—Escucha, no te dije porque era una sorpresa pero...

—Pero...

—¡Voy a salir con Travis!

—Felicidades, me alegro por tí. No por él. Me cae mal, en serio.

—Lo sé. No es del todo una cita, vamos a ir a Starbucks a reírnos de las parejas que veamos.

—Muy a tu estilo. —Respondió Aimé con una risa corta.

—Sí.

—¿Y qué piensas llevar?

—Mis pants, no es una cita.

—¿Eso qué importa? Es tu crush y hoy es San Valentín. Me voy a parar de esta maldita silla y te voy a vestir para que vallas con él, pero aún lo odio.

—Ok Jaja, gracias Aimé.

—Voy en camino.

Llegó a la casa de Christina después de veinte minutos, y eran las 4:30. La madre de Tina le abrió la puerta a su amiga.

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