Del montón

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El fin de semana siguiente, justo en sábado. Travis se levantó de su cama y decidió que por primera vez en su vida iba a pertenecer al montón de adolescentes sin cabeza en un fin de semana. En pocas palabras, se propuso a tomar en algún club en vez de sentarse en el sofá rojo a jugar videojuegos.

¿Pero por qué Travis haría esto si él no es así? Muy simple, porque de algún modo quería animar a Kenny. Por otro lado, quería desfogar sus nervios con Christina antes del trabajo, ya que si no sacaba una buena nota reprobaría tres materias y eso le traería muchos problemas en casa para entrar a la universidad.

Era la 1:00 de la tarde y Travis llamó a sus amigos.

—Hola Kenny.

—¡Hey Travis! Hermano. ¿Qué onda, qué pasó?

—Escucha, estoy nervioso por la presentación de Víctor porque si no apruebo voy a reprobar tres materias y también quiero animarte un poco por lo de Mónica y todo eso.

—Entiendo, ¿y qué tienes en mente?

—No lo sé. Jugar videojuegos.

Se escuchó una voz chillona al fondo diciendo "Vamos a Bar's". Era Georgina que estaba platicando con su hermano antes de que Travis llamara.

—¿Estás con tu hermana verdad?

—Sí, me dijo que podemos ir a Bar's. ¿Quieres ir?

—¿Qué no es ilegal?

—A nuestra edad solo no es legal. - Dijo Kenny en tono burlón.

—Entonces es ilegal. - Contestó Travis con una risita nerviosa.

—Pues sí, pero ¿no me quieres animar hermano? Vamos Travis es como una fiesta más.

—No soy mucho de fiestas. Pero vamos a donde tú quieras.

—¿No te importaría ir? Es que muchos de la generación dicen que se pone divertido ese lugar.

—Pues... Bueno...Yo creo que no.

—Excelente amigo. Le diré a mi mamá que nos lleve a la entrada, va a pensar que vamos a ir al "Taco Feliz".

—¿Pero a qué hora vendrían por mí?

—Tú tranquilo cabrón, yo te recojo.

—Nadie tarda tanto tiempo en los tacos Kenny.

—Decimos que estamos filosofando profundamente de la vida y ya. - Bromeó.

—¡Diantres! — Contestó Travis lanzando una carcajada.

"Diantres" era para ellos una forma de burlarse del vocabulario de las telenovelas, en donde supuestamente la gente de su edad usa mucho esa palabra. Obviamente en la vida real nadie de su edad habla así, pero era un chiste entre ellos dos.

—¡Diantres!, lo sé. Oye, si quieres llama a Tina para que esté con mi hermana y la mantenga entretenida con su risa de cerdito.

—Le diré a Tina porque quiero verla, pero no para que sea un acto de circo que entretenga a Georgina.

—Ya perdón, sabes que no es lo que quería decir.

—Sí, lo sé.

—En serio, no quería ofender a tu novia.

—¡Cabrón. Qué no es mi novia!

—Prácticamente, ya es tu novia.

—Pero no formalmente.

—Porque no lo quieres hacer formal.

—Porque hasta que Tina deje de tener problemas de carácter y con la comida. Y hasta que yo deje de ser inseguro estaremos juntos.

Last chanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora