Día de trabajo

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Era 6 de abril y a tan solo seis días de presentar en clase de francés. Se reunieron en la casa de Christina, ahora sí iban a trabajar en el proyecto. Acabando la escuela, la mamá de Christina llevó a Travis y a Christina a su casa.

Como era de esperarse; su madre sólo hizo comentarios inoportunos e incómodos en el momento que ambos entraron al Jeep; eso sí, Tina le advirtió a su amigo que eso sucedería cuando se dirigían a la entrada de la escuela.

—Oye Travis, tengo que decirte algo.

—¿Qué?

—Mi mamá es muy inoportuna y a lo mejor te dice algo fuera de lugar o incómodo, perdón.

—Tina, todas las mamás son así.

—Combina a a todas las mamás en ese modo y es la mía.

—Auch.

—Exacto. Lo siento.

—No importa, creo que le puedo caer bien.

—Te va a amar, tiene que.

Cuando ambos se subieron al Jeep vieron a la mamá de Christina. Era una mujer pelirroja (pero no natural) de cabello corto y lacio. Nariz respingada, piel color canela, complexión como la de su hija y ojos cafés. Usaba unos jeans, camisa roja y botas cafés.

—Hola chicos. —Dijo sonriente.

—Hola. —Respondieron los dos.

—Oiga señor Travis, es usted muy guapo, sólo que no dejas de ver al piso. — Agregó la señora.

—Gracias señora. — Respondió nervioso.

—Ma... —Gruñó Christina entre dientes.

—Ay, ¿qué tiene?, el joven Travis es muy guapo. Bueno, ¿qué tal la escuela?

—Bien. —Respondieron ambos.

—¡Qué bueno!. —Ahora les pondré musiquita, ya saben. De la moderna.

Su madre prendió el radio y los puso a escuchar canciones de Britney Spears, Madonna y Backstreet Boys.

Ambos se se estaban muriendo de risa en el fondo por la música y los apodos de la mamá de Christina. Se aguantaban las carcajadas. Pero luego, la mamá se dió cuenta.

—¿De qué sé ríen?

—De nada señora, de algo muy divertido que pasó en francés.

—Sí ma, no es nada.

Su mamá lanzó una risita y luego contestó: "bueno."

Después de veinte minutos, llegaron a la casa de Christina. Era una casa ubicada en el centro cerca de un terreno abandonado. La casa era ladrillos con un patio grande y tenía dos pisos unidos por unas escaleras de madrea que conectaban los cuartos.

Cuando entraron, vieron al papá de Christina y a su hermana que eran bastante parecidos; cabello castaño ondulado, piel tostada, ojos negros y cejas gruesas. La única diferencia es que su hermana era mujer y su cabello era muy largo, por supuesto.

—Mucho gusto Travis. Soy el papá de Tina. —Dijo estrechando su mano.

—Mucho gusto señor. —Contestó Travis.

—¿Eres su novio o qué?—Añadió su hermana en tono arrogante.

—No, soy su mejor amigo. Me dijo Tina que te llamas Samanta, mucho gusto. — Respondió estrechando su mano también.

—Mucho gusto, bueno no me importa. Muero de hambre voy por hot dogs a la cocina y me voy a la universidad. Adiós.

—De antemano una disculpa, voy a dejar a la hermana de Tina y luego voy al trabajo. Pero fue un placer.

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