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ㅡ Ah, ¿tú realmente estás durmiendo?

El pequeño rubio, quien hasta ese momento estaba fingiendo, simulo un ronquido para, según él, hacer más creíble su actuación. Sin embargo, nada de eso resulto pues minutos después el rostro de Jimin resulto empapado de agua.

Hace solo unas horas Jungkook había dado una grandiosa idea, un maratón de películas, todo bien hasta ahí, Jimin no pudo estar más fascinado. Llegada la noche y con ella la actividad propuesta por Jungkook, quiso huir del lugar, razón: el castaño no había especificado que tipo de películas serían las que verían y como si el universo hubiera conspirado en contra del rubio, las dichosas películas eran de terror.

ㅡ ¡Jeon Jungkook! ¿Qué diablos?

Jimin seco su rostro con las mangas de su playera, mientras que el castaño soltaba unas suaves carcajadas, él sabía que Jimin no estaba realmente enfadado, pero tampoco quería provocarlo más. Ese pequeño chico podía ser tan transparente que solo falto unos cuantos días para saber mucho de él, no todo, pero si un gran porcentaje y eso ayudo a Jungkook a poder sobrellevar la increíble personalidad del rubio.

ㅡ Estabas engañándome, no estabas durmiendo ¿Eso es una buena excusa?, además... yo realmente quiero ver esta películaㅡJungkook miró la portada de la película mencionada, Jimin pudo identificarla como una de zombis, no era la gran cosa, además de ello sabia de sobra que ese tipo de películas le encantaban al castaño pues las mencionaba cada que podía.

ㅡ Bien, tú ganas, pero la siguiente la escojo yo.

Sin esperar más, Jungkook puso play para que la película empezara. Para Jimin el inicio no fue tan malo, los primeros minutos el paso tranquilo mientras comía golosinas a montón, por otro lado, Jungkook no se perdía ni un detalle de lo que veía, Jimin.

Había pasado ya una semana desde su llegada y era increíble el modo en que su corazón se agitaba de sobre manera al verlo o con solo escucharlo, asocio ello con el gran cariño que le había tomado y es que después de mucho tiempo muchos sentimientos habían vuelto, así como muchos otros que eran descubiertos.

Su único mejor amigo estaba demasiado concentrado en sus clases de baile, él quería ejercer profesionalmente en ello, es por eso que sus horas libres las ocupaba para perfeccionar su baile, Jungkook no estaba nada alejado de eso, pues estaba demasiado metido en los estudios como para saber que a su alrededor también había vida humana además de su mejor amigo, Hoseok. Era raro como, a pesar de no estar mucho tiempo juntos, seguían siendo amigos. Jungkook en ocasiones pensaba que ambos se juntaron solo para hacerse compañía, su relación de amistad no se extendía más allá de la escuela, y era así porque ambos lo querían de esa forma. De todas formas, agradecía el hecho de tener a alguien con quien conversar en las horas libres dentro de la escuela.

Ahora era donde Jimin se convertía en su personaje principal, el muchacho de cabellos rubios y rizados había llegado a él de la manera más inesperada, no podía dejar de agradecerle al destino por su encuentro. En esa corta semana, no podía estar más feliz, sus personas favoritas se habían juntado y como si él fuera el rey de esa casa, diariamente recibía amor de todas ellas como un tipo de ofrenda, pero ¿a cambio de qué? Jungkook se sentía incapaz de dar algo, había pasado tantos años estudiando diferentes tipos de ámbitos ¿para qué? ¿eso realmente le ayudaba en algo además de sus calificaciones? todo lo aprendido en la escuela no podía emplearlo en casa, no podía dar amor con números, o decir te quiero con la historia. Con la llegada de Jimin pudo darse cuenta de tantas cosas, de tanto tiempo desperdiciado, tampoco es que haya hecho mal en esforzarse en sus estudios, pero enfrascarse solo en eso había causado su inexperiencia en tantas cosas. Tal vez Hoseok y él podrían tener una amistad más estrecha, tal vez podría esforzarse en crear bonitos recuerdos con su madre a pesar de sus apretados horarios, había tantas cosas que podría reparar y por supuesto que estaba a tiempo.

Jimin supo escuchar una de sus tantas historias con tristes comienzos y él lo abrazo, en esos momentos ambos odiaban la estatura del rubio, pero a pesar de eso encontraron una dulce forma de reconfortarse, y es que a ambos les encantaba las caricias. Jimin se encargó de mimar al castaño ese día a pesar de que este dijera que estaba bien, el pequeño no se quedó tranquilo y no lo dejo en paz hasta que el castaño cayó dormido gracias a sus caricias.

ㅡ Siento un agujero en mi rostro, Jungkook-ah, deja de mirarme.

Jimin volteo su mirada encontrándose con la del castaño, por poco pierde el equilibrio debido a lo profunda que era. Se quedaron de esa forma unos segundos, segundos en los que pareció no haber reloj para ambos, a pesar de estar totalmente a oscuras, obviando por supuesto la luz que reflejaba la televisión, los ojos de Jungkook desprendían un brillo que Jimin no supo interpretar, él estaba muy confundido y entre toda esa confusión había calidez, hubo un pequeño impulso dentro suyo que lo empujaba a acercarse más al cuerpo ajeno pero supo controlarlo, fue entonces que quiso cortar tan extraño ambiente pero antes de hablar, el castaño se le adelanto.

ㅡ ¿Alguna vez te dijeron que eres muy lindo? ㅡdijo Jungkook despreocupadamente.

No, Jimin no estaba soñando.

Y sí, Jungkook quería que el sofá lo tragara y lo dejara en medio del desierto.





¿Tardé mucho?🌈💖

Little; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora