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La cena transcurrió con normalidad, Jimin ya no estaba tan nervioso como antes y la causa estaba a su costado, Jungkook. Aún el castaño mantenía su rostro sereno, pero, aunque intento, no pudo no regalarle una pequeña sonrisa a Jimin. El aun pequeño rubio se sintió recargado, aquel simple gesto causo, y causaba, tanto en él.

Luego de unas cortas explicaciones por parte de la mujer que los recibió, cumplió con lo dicho, se llevó a Jimin por unos largos minutos donde todos esperaban ansiosos por el dulce rubio. Los abuelos intentaron entablar una conversación con su preocupado nieto, pero nada lograron, a pesar de eso seguían hablándole de diferentes temas ajenos a Jimin.

El asiento donde se encontraba Jungkook se le hacía cada vez más incómodo conforme las manecillas del reloj avanzaban, su cuerpo empezaba a reaccionar con movimientos que delataban su nerviosismo y desespero, sus uñas eran maltratadas también, pero todo aquello era en parte involuntario. El chico entonces, como un flashback, recordó los días de convivencia junto a Jimin, pero el recuerdo que llamo toda su atención fue un extraño sueño de, apenas, la noche anterior.

No era el primer sueño donde Jimin tomaba protagonismo, tuvo dos o tres antes de ese, la única y gran diferencia fue... un beso. Él recordaba poco, pero esos vagos recuerdos del sueño eran él junto a Jimin en el campo, cabe destacar que el rubio tenía una estatura normal, estaban tomados de las manos y miraban el horizonte esperando que el sol se escondiera, Jimin recitó unas palabras y luego beso tímidamente sus labios. Su cerebro no le permitió recordar más de ese evento, pero se sentía satisfecho con lo que tenia del sueño. Sin embargo, aquel beso se sintió tan real que sintió escalofríos, quería comprobar si sus labios se sentían igual de suaves como en su sueño.

La hora pasó y Jungkook no paraba de lastimar sus uñas, recibió un par de regaños de su abuela, pero no se detuvo, estaba a punto de pararse e ir a la habitación donde la mujer junto a Jimin se habían dirigido, pero no fue necesario, fue segundos antes que la dichosa mujer hiciera acto de presencia, Jungkook busco a Jimin con la mirada pero ella estaba sola.

ㅡ ¿Dónde está Jimin? ㅡpreguntó el castaño.

Los abuelos también la miraron preguntando lo mismo con la mirada, una risa aguda fue la respuesta.

Un joven apareció tras la mujer, caminaba con la cabeza gacha pero su sola cabellera lo delataba. Era Jimin y ya no era un pequeño humano.

La primera persona en acercase a Jimin fue la abuela, con una sonrisa radiante levanto su rostro con delicadeza confirmando así que era el travieso rubio que amaba la cocina, lo abrazo e incito a los presentes a unirse, la única persona que no lo hizo fue Jungkook y Jimin lo noto, así que se separó del empalagoso abrazo y camino hacia el castaño con su cálida sonrisa de siempre.

ㅡ ¿Qué tal me veo?ㅡ Jimin elevo un poco su brazos y dio una rápida vuelta en su lugar.

ㅡ Bueno...

Jimin perdió su sonrisa al escucharlo dudar; sin embargo, Jungkook no perdió más tiempo y lo atrapó entre sus brazos, para ese entonces el rubio se sentía demasiado confundido.

ㅡ Sigues siendo igual de lindo. Te ves muy bien, Jiminie.

Jungkook rio luego de que Jimin jalara unas de sus orejas. El abrazo no se rompió hasta que el abuelo empezó a hacer los típicos sonidos de cuando intentas molestar a alguien cuando esta con la persona que le gusta, ambas mujeres siguieron con el juego haciendo que ambos chicos se separaran demasiado avergonzados.

Little; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora