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El viaje hasta casa de sus abuelos no estaba siendo para nada fácil, y puede que muchos piensen en Jimin, pero el chico no era el problema, Jungkook era el verdadero problema.

El rubio se hallaba escondido dentro de la amplia mochila de Jungkook, estaba un poco sofocado por lo que aprovechaba momentos en los que los abuelos del castaño estaban distraídos y sacaba su pequeña cabecita por una de las aberturas. He aquí el problema. JungKook se había emocionado demasiado con la situación y tenía una especie de fascinación por el rubio, pues conforme las horas pasaban no podía evitar querer tomar sus mejillas y apretarlas, hablar con él, jugar y entre muchas cosas más, era la primera vez que tenía compañía lejos de la escuela y ser hijo único no ayudaba en nada, ahora que tenía a alguien quería hacer tantas cosas que una vida no le alcanzaría para hacer todo ello con el rubio.

ㅡ ...mi abuela hace las mejores galletas del mundo, sé que es algo cliché eso de las abuelas y las galletas, pero te aseguro que no te vas a arrepentir ㅡ Una vez el castaño acabo de contar su largo relato sobre todas las cosas que hace cuando va a casa de sus abuelos, Jimin lo miro agotado. Durante esos 20 minutos de viaje Jungkook no había parado de hablar o hacer todo lo posible para llamar su atención, por un lado eso le parecía muy lindo de su parte, pero por otro lado quería pegar cinta americana en su gran boca. Jimin no era un buen oyente, el prefería ser el que era escuchado, y con lo que estaba pasando esa idea quedó más que clara.

ㅡ Eres un tonto, Jeon Jungkook ㅡ Jimin volvió a esconderse, aunque en vano. La causa de su insulto no era directamente con lo de su larga charla, iba referente a la abuela del castaño, pues está ya lo había visto. Tampoco es que fuera tan tonta y dejara pasar a su nieto hablando "solo". Lo extraño fue la reacción de la anciana, pues esta ni se inmuto ante la presencia del rubio, o mejor dicho a su imagen. Esta solo frunció el ceño durante uno segundos y luego desvió la mirada intentando procesar o hilar ideas

Cuando llegaron a una casa mucho más grande que la anterior, Jungkook rápidamente se instaló en su habitación encontrando en esta el querido gato de su abuelo: Bú. A pesar de ser ya un gato algo viejo sus instintos hacían actuar a su cuerpo como si aún fuera un gato joven, y ello lo comprobó cuando se abalanzo sobre el rubio una vez este salió de la incómoda mochila. Agradeció a sus reflejos, pues logro tomar a Jimin antes de que ese longevo gato se lo devorara. El lugar estuvo seguro luego de que el gato se marchó, aunque con un poco de ayuda por parte de Jungkook.

ㅡ Creo que ya no me gustan tanto los gatos. ㅡ Jimin abrazo su propio cuerpo, mientras trataba de esconder su rostro.

ㅡ Mi abuela te vio ¿cierto? ㅡ por mas que quisiera reconfortar a Jimin en ese momento, su preocupación por el descubrimiento de su abuela lo superaba.

ㅡ Sí, me vio. Pero su reacción no fue mala, no del todo.

La habitación se quedó en silencio por unos largos segundos que estaban próximos a convertirse en minutos. Jungkook se sintió completamente estúpido, él fue el que había iniciado con el tema y ahora no podía decir nada de lo que en su cabeza se proyectaba, era como si el gato longevo se hubiera llevado su lengua. Y aquel dicho que su madre repetía en cada discusión pudo encajar perfectamente en esa situación. "¿El gato te comió la lengua?"

ㅡ Jungkookie, necesito hablar contigo... con ambos ㅡ La anciana le dio una suave sonrisa a Jimin y luego se retiró.

Jungkook había estado tan sumido en sí mismo que no se había percatado de cuando su puerta había sido abierta, no obstante, la reacción de la anciana había sido tal y como Jimin lo había descrito. No pudo ser más extraño.



Did you see my bag?

Little; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora