Miel

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Yoongi había invitado a Jimin a merendar a su casa porque éste le había pedido por favor el poder ver su colección completa de insectos.

Por lo visto, esta "extraña" afición de Yoongi venía de la mano de su padre, quien por lo visto era un entomólogo, es decir, alguien que estudia entomología, una rama de la zoología emcargada del estudio de los insectos, y le había transmitido su pasión a su pequeño hijo.

La casa estaba llena de vitrinas de cristal llenas de arriba a abajo de insectos disecados, de todos los tamaños, colores y belleza.

A Jimin le daba algo de miedo estar tan rodeado de esos pequeños seres, pero Yoongi le tomó de la mano y dijo:

No temas Jimin, están muertos, no pueden hacerte nada, además, si alguno reviviese yo te defendería.

Aquello hizo mostrar a Jimin la ausencia de uno de sus dientes con un amplia sonrisa.

Merendaron unos bocadillos de chocolate y un vaso de leche. Al acabar, Yoongicogió un tarro de miel.

Sígueme Jimin, te enseñaré algo.

Jimin siguió al mayor hasta el jardín de la casa.
Yoongi se tumbó en el suelo boca abajo. De un modo u otro, Yoongi no conseguía no llevar siempre un poco de tierra en su ropa.

Jimin le imitó, pegándose a él y le observó.

Yoongi abrió la tapa del tarro y con su dedo cogió un poco y la dejó gotear en la tierra.
Su dedo estaba pegajoso, de modo que se lo chupó.

¡Yo tambien quiero miel! -admitió Jimin formando un puchero.
Yoongi sonrió y metió su dedo de nuevo en el tarro para ofrecérselo a su amigo, con toda la inocencia de dos niños de 8 y 10 años.

¡Oh! ¡Mira!- dijo Jimin alegre, viendo que muchos insectos habían acudido a la mancha de miel debido a su olor y ahora se hallaban atrapados sin remedio en ella.

Los que tenían alas, las agitaban efusivamente, intentando escapar, pero la miel era demasiado espesa.

Yoongi, no me gusta...esto es cruel...les tendiste una trampa dulce para atraparles...

El pecho de Yoongi dolió mucho en ese momento. No por que le llamasen cruel, sino por que Jimin se lo había llamado.

Lo siento...sólo quería enseñarte...

¡¡No!! -le interrumpió Jimin. Yoongi se sobresaltó y miró la mancha de miel. Una mariquita acababa de posarse allí y batía sus frágiles alas inutilmente. Jimin comenzó a llorar -¡¡Sálvala Yoongi!! ¡¡Sálvala!!

Yoongi se sentía idiota en ese momento, no era capaz de reaccionar, no sabía que hacer.

Sin saber si daría resultado o no, cogió con mucho cuidado con sus dedos pulgar e índice el cuerpo del pequeño bichito, y tiró lentamente hacia arriba, sin la certeza de que todas las delgadas patitas se mantuviesen en el cuerpo, pues la miel era muy fuerte.

Jimin le miraba con los ojos enormes, atento a sus movimientos.

Yoongi consiguió sacar a la mariquita y enseguida le echó agua con el dedo para intentar deshacer los restos de miel en sus patitas.

Finalmente, la mariquita fue libre y escapó de allí, a diferencia de sus pobres compañeros.

Jimin se secó las lágrimas.

No vuelvas a hacer eso nunca más Yoongi.

Jimin jamás se había sentido tan culpable en su vida, y un nudo había aparecido en su garganta.

¿Aún te gusto?

Jimin miró al suelo antes de asentir con su cabeza.

Mucho.

Mariquita 《Yoonmin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora