Insomnio Placentero

·Capítulo 12·

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Me despierto una mañana más, son las ocho, y nadie se ha levantado aun. Voy a mi armario, cojo una camisa blanca y unos vaqueros y me voy a la ducha. Hoy hace ya tres meses desde que Victoria entro en coma, daños físicos ya no tiene, pero sigue igual que siempre. Entro al baño y abro la ducha, me ducho rápidamente sigo cansado ayer justo después de llegar a casa, Antonio nos dijo que estábamos invitados a una cena y no podíamos faltar así que llegamos a las cuatro de la mañana. Solo he dormido cuatro horas, tenemos el día libre y podría seguir durmiendo, pero no pienso faltar ni un día más al hospital.

Salgo del baño, y me dirijo a la cocina, no tengo tiempo de hacerme el desayuno así que me cojo la cartera, el móvil y las llaves del coche, ya me tomare algo en la cafetería del hospital.

Me meto en el coche, un día más...tres meses así, pero sé que si tengo que estar años los estaré. Arranco y me voy dirección al hospital, paso antes por una floristería y compro una rosa, las flores que hay allí ya se están marchitando. Llego al hospital, bajo al parking y aparco en mi plaza.

Entro al hospital y parece mentira tan temprano como es cuantísima gente hay ya cada uno con sus problemas y sus soluciones. En recepción veo a la misma chica de siempre Marta, nos hemos hecho amigos, tres meses dan para mucho.

-Hola Lucas-me saluda.

-Hola Marta ¿Qué tal?

-Pues nada aquí trabajando como de costumbre ¿Y tú? pareces cansado.

-Anoche no dormí mucho, tuvimos una cena y llegamos a las cuatro de la madrugada así que levantarse a las ocho, no ayuda mucho a descansar-le explico.

-La verdad, es que no, pero aún quedan diez minutos para que puedas entrar, están arreglando su habitación-me informa.

-Ya pero no he desayunado todavía, así que me voy a la cafetería.

-Vale, y espero que hoy haya más suerte.

-No lo creo, pero gracias por el optimismo.

Me dirijo a la cafetería, le pido a Javi un café y me siento en la mesa más apartada de la cafetería ya que está reservada para mí, eso de conocerse a casi todos los trabajadores del hospital tiene sus ventajas. Termino y le pago, cojo el ascensor hasta la planta de Victoria, no tarda en llegar y por suerte está vacío no tengo ganas de fingir más sonrisas. Llego a la planta y voy directo a la habitación.

La veo allí tumbada, no se ha movido en tres meses, pero eso no quita que yo le hable, es más, si me escucha, está al tanto de todo. Como ayer estuve en la cena, se lo tengo que contar.

-Ayer, cuando llegue a casa, Antonio nos dijo que teníamos una cena...-nada, no hay respuesta-...Y luego cuando llegamos Miguel se atranco con el cinturón y no se lo podía quitar...-me mata verla así...-La cena no era nada del otro mundo, pero la gente iba muy arreglada, y a Raúl le molestaba la corbata...-creo que se ha movido, es increíble ya empiezo a tener alucinaciones-...Cuando repartieron la bebida una chica morena se me acerco, y...-no es posible, está abriendo los ojos- Victoria, Victoria ¿Estás despierta?

-Em... ¿Qué?...

No puede ser verdad, tres meses, tres meses han pasado, tres meses pero he vuelto a oír su voz. Me levanto corriendo del sillón y salgo al pasillo, en ese momento veo a un medico de espaldas y me acerco a él.