▪Capítulo 5▪

16 1 2
                                    

24/08/17

—Gale Sivan —pronuncié sin aire por el largo beso.

—Aden McCleary —respondió con una tierna sonrisa encantadora.

—Me haz dado mi primer beso y eres... La primer persona por la que sienta algo así —el recuerdo de mi madre llegó a mi mente.

—Aden, yo debo confesarte algo —se mordió el labio levemente pero alcanzé a notarlo.

—Dime Gale —. Por favor no digas cáncer, por favor no me digas que tienes una enfermedad terminal.

—Yo, tengo... —no por Dios no, tú no Gale —. Yo tengo que salir de aquí —por un momento casi me daba un paro cardíaco en pleno hospital psiquiátrico.

—No puedo sacarte Gale, hay muchos guardias, y... Tú necesitas terapia —rasqué mi cabeza en forma de duda.

—Por favor Aden, sácame de aquí, seremos felices, estaremos juntos —me tomó las manos y rogó —. Necesito salir de este manicomio.

—En cualquier momento podrías tener un ataque, podrías ver un espejismo salir corriendo y ser atropellado, no puedo arriesgarme Gale —bajé la mirada, no podía verlo a los ojos cuando se ponía triste.

—Si tú no me sacas, yo mismo escaparé —soltó mi mano y se sentó de espaldas a mi.

—Gale no puedes amenazarme

—Oh mierda, mierda, mierda, lo siento —me abrazó —. ¡No pretendía amenazarte!, Perdóname Aden, perdón, lo lamento —se puso a llorar tan espontáneamente que realmente me asusté.

—No Gale, no llores —lo abrazé más fuerte, Aden recuerda su trastorno de personalidad múltiple, sólo recuérdalo, me decía a sí mismo —Te sacaré de aquí.

—Fallarás y no te dejarán volver —sentía sus húmedas lágrimas en mi hombro.

—No voy a fallar, tengo una sola oportunidad, es como si tuviera un arma con una sola bala para matar al enemigo. No puedo fallar y si lo hago estaría muerto y no permitiré eso —lo solté y tomé mi mochila —. Te traje esto —saqué de ella una foto mía —. Para que siempre me recuerdes, sólo procura que no la vean.

—Pronto no tendré que anhelar una fotografía Aden, pero gracias —la tomó como un niño pequeño y la guardó bajo su almohada.

—Vendré por ti el sábado, no fallaré Gale —estaba totalmente decidido.

—Te espero, y Aden —me besó la mejilla tiernamente —. No fallarás.

—Debo irme Gale —le devolví el pequeño beso y tomé las llaves.

—Hasta siempre Aden McCleary —citó.

—Hasta siempre Gale Sivan —lo miré y cerré la puerta, dejé las llaves con Donna y salí del hospital.

Camino a casa mi mente estaba echa un asco.

Mi hermana sabe que soy gay
Gale sabe que me gusta
Y tengo que sacarlo de ahí.

Llegué al parque y me senté en un columpio, después me recosté sobre el pasto.

Delusion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora