¡Enfrentar los Temores!

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El comienzo del día fue normal, con la excepción de todas las miradas de odio de las chicas que sentí al llegar a la universidad y las miradas lascivas de los chicos, pero dejando eso de lado todo fue bien, aunque llegue a mi primera clase de este maravilloso jueves y todos me miraron, entre y me senté con Andres, como siempre lo hacíamos en esta clase, con el pequeño detalle que ahora era mujer.

-bien alumnos, tomen asiento- dijo el profesor entrando

¿Cómo sabia que estaban algunos parados al llegar recién?

Bueno, como sea, aunque tuvo razón.

-hoy tenemos a una alumna nueva, señorita por favor, ¿Podría presentarse?- dice el profesor

-sí- dije y me pare al frente, ya estaba acostumbrado a la presión por lo que no me incomodo que me vieran todos -mucho gusto, mi nombre es Alejandra  Martinez pero me llaman Ale, llámenme Ale, y no digan: ¿Es el mismo apodo que tiene Alex?,  ya que la respuesta es sí, soy su prima y eso es todo- dije y me quede callado frente a todas las personas que estaban en silencio -¿ya me puedo sentar?

-si, bien, comencemos la clase-dijo el profesor sorprendido por mi presentación y empezó a escribir.

Se que fue un poco borde pero no tengo mucho que decir.

Preste atención a la clase, como Andres, y tome apuntes.

Estoy seguro que cualquier persona que viera mi vida diaria como Ale, el chico, diría que soy un jugador de baloncesto, que esta con diferentes chicas cada día y que es torpe, pues están equivocados, soy un chico que es inteligente, solo estuve con dos chicas en toda mi vida y me gusta leer, a que nadie se lo esperaba ¿verdad?, pero soy perfecto con cuerpo y cerebro, si lo supieran todas las chicas me amarían o pensarían que es mentira, pero nadie lo sabe, hasta ahora.

-correcto, señorita Martinez- dijo el profesor

Es obvio que ahora que soy Ale, la chica, voy a lucirme.

Ya paso mi primera hora con Andres y ahora estaba  sentada con Luis en la misma carpeta en Historia, aunque él estaba durmiendo y yo contestando todas las preguntas del profe, fue una clase tranquila, y así toco el timbre, el profe dejo la tarea y todos se fueron del salón excepto Luis y yo.

-despierta Luis

Yo me quede con Luis porque no podía dejarlo aquí durmiendo.

-...

Pero él no despertaba para nada.

-te golpeare con el libro de historia que tengo

-...

-sabes que, adiós

Me pare con mis cosas para irme pero alguien agarro mi muñeca, voltio y estaba Luis sonriendo.

-quería que me despertaras con un beso- dijo con voz ronca

-por lo visto estas despierto, vámonos que los chicos nos esperan

Intente irme pero él aun agarraba mi muñeca

-suéltame

-eres muy inteligente, amor- dijo parándose y agarrando sus cosas aun con mi muñeca agarrada - vamos

Me soltó la muñeca solo para agarrar mi mano

-¿que crees que estas...?

-eres la chica nueva y eres el objetivo de muchos chicos, solo te protejo- dijo cuando salimos del salón aun agarrados de la mano

Escuche todos los comentarios de las personas, tanto como que soy su juguete, una apuesta o una chica que quiere acostarse con todos.

-dejare ahora mismo las cosas claras- dije en un susurro

Entramos a la cafetería y todos nos miraron, no los culpo por que es raro ver al mujeriego y la chica nueva juntos, él sonreía como un galán y yo estaba seria.

Llegamos a la mesa de los chicos donde se sentaban los populares chicos del club de baloncesto y ahora yo también, cuando Luis me soltó y antes de que fueran a bombardearme con preguntas los demás chicos, golpeé la mesa.
Todas las personas de la cafetería me miraron y yo hable

-¡todos ustedes me molestan!¡creen que soy una chica fácil pero no lo soy!¡ellos son solo mis amigos y nada más!¡me molesta que crean que tengo algo más que amistad con ellos!¡y si me fastidian se volverán mis enemigos, y eso no les gustara!- dije cansada de que sea mi primer día y todos hablen a mis espaldas.

En serio son molestos los susurros a tus espaldas.

Me senté y los chicos me vieron asombrados.

-es su culpa, me junto con ustedes y esto pasa- digo estresada

-eres genial- dice Mario aplaudiendo

-mi ídolo, amor- dice Luis

-ya cállense- digo comiendo mi manzana

-como si pudieran- dice Andres

-te respeto más ahora- dice Samuel

-¿quieres que te ayudemos en algo?- dijo Gabriel

-no, estoy bien- dije nerviosa desviando mi mirada de la de Gabriel

-¿quieres que te acompañe a tu clase?- dijo Sebas

-no, no te preocupes- dije ahora desviando mi mirada de Sebas

Estos dos chicos son los que me preocupan, más que cualquier cosa, debo hablar con ellos sobre lo que paso en la fiesta.


¡No puedo seguir esquivándolo!, debo de, ¡enfrentarlo los temores!

Cambio de SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora