La peor suerte

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GABRIEL

-¿Con esas manos de muñeca piensas ganarme?- dije con superioridad -Yo no lo creo.

-¡Cabrón de mierda!

El tipo frente a mí intenta volver a darme un puñetazo en la cara después de insultarme.

Este idiota en verdad quiere golpearme.

-¡Ya déjalo, Gabriel!

Sebas me grita entre el público que nos esta rodeándo y viendo pero lo ignoro.

Quiero jugar un poco más con este tipo.

Sus intentos de golpes del tipo siguen fallando logrando solo que se enoje aun más.

-¡¡¿Solo piensas esquivar?!!

El tipo me grita mientras sonríe con superioridad.

¿Ahora quiere provocarme? Imbécil.

-¡¡No lo golpees, Gabriel!!

Jódete.

Golpeo al tipo en la mandíbula.

Uno de mis golpees es suficiente para que pierda su equilibrio.

Aprovecho su abertura y le golpeo cerca de la barriga para después darle una patada.

-¡¡Ya detente!!

Sebas me agarra por detrás y me obliga a separarme.

-¡¡Solo déjalo!!

-¡No te metas en esto, Sebas!

Le contesto a Sebas al ya cansarme de sus repetidas palabras que dicen que me detenga.

Otros tipos también aparecen para detener al tipo que golpeé.

Solo quiero darle un par de golpees más.

-Solo vete, Sebas

Aparto a Sebas y me dirijo a donde esta el tipo.

-Discúlpenme, queridos invitados, pero debo pedirles que se detengan

Una sirvienta aparece entre el tipo que quiero golpear y yo.

Una sirvienta.

¿Cuándo llego aquí?

Intento seguir avanzado pero siento como si algo agarrara mis piernas.

¿Pero que...?

-Por favor, dejen de causar caos en la fiesta de la señorita Alice si no quieren sufrir las consecuencias.

La sirvienta vuelve a hablar y todas las personas que nos estaban viendo empiezan a irse por diferentes lados, incluyendo el tipo que quería golpear y quienes lo detuvieron.

Solo yo quedo en mi lugar ya que no puedo moverme.

-No vuelva a provocar disturbios, joven Gabriel- dice la sirvienta -No quiero lastimar a uno de los preciados compañeros de nuestra señorita.

La sirvienta sonríe y después siento como mis piernas son liberadas.

...¿Qué acaba de pasar?

Miro a la sirvienta solo para sentir un escalofrío cuando nuestros ojos se encuentran.

-¿Estas bien, Gabriel?

Sebas se para a mi lado y mira a la sirvienta.

Supongo que piensa lo mismo que yo.

Que esta rara sirvienta oculta algo tras esa sonrisa, algo raro.

Cambio de SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora