Culpable

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Reporte policial (2)
La habitación olía a polvo y humedad por la falta de mantenimiento. Era como la quinta vez que se usaba la sala de interrogatorio. La mesa era de puro concreto, con unas largas  esposas alas que estaba apresado se encontraban al  centro que estaban unidas a este mismo,  la silla era incomoda de por sí, y le ponía nervioso ver la ventanilla oscura frente a él, esta se asemejaba a una gigantesca televisión de plasma, aunque esta vez no sería para entretenimiento de él.
Estaba furioso al saber porque estaba ahí, no hizo nada malo, su unido delito era trabajar duro en una zapatería, con todo el estrés que conllevaba hacer llegar los pedidos a las tiendas y tener con suerte tiempo para comer, para al final llegar a la escuela para recoger a su pequeña de siete años, regresar a casa dedicarle el tiempo necesario a escucharla y finalmente caer rendido junto a ella para dormir.
El lugar estaba insonoro y solo escuchaba su respiración, junto con su conciencia que parecía subir el volumen de su estrés. Alguien entro por la puerta, era un hombre canoso de traje gris con unos portafolios negro en su mano, su rostro se veía demasiado joven para cargar con canas pero tenía un porte gallardo que lo hacía asemejar a un soldado con cada movimiento calculado y acompasado. Este se sentó frente a él sin mirarlo, como si no estuviese ahí, mientras colocaba sus portafolios en la mesa de concreto. Saco varios papeles y algunas carpetas y las hojeaba cuidadosamente, en lo que pareció ser una eternidad, estuvo a punto de apremiarlo, cuando este por fin lo miro.
-Buenas tardes señor Green Macauley, me presento soy el detective Desmond Gers, sé que no sabe por qué esta aquí, así que le daré un breve recuento de lo que paso en estos días, ¿está de acuerdo?-Green se quedó en silencio todavía molesto y el detective tomo esta respuesta como un si- La policía local recibió una denuncia hace una semana, en la que se reportaba una casa en que sucedieron una serie de homicidios.
-¿Que tengo que ver yo con todo eso?-le espeto Green airado
El detective Desmond lo miro inmutable, como un profesional acostumbrado a esas reacciones, le extendió un folder amarillo que saco de su portafolios. Green abrió el sobre cómo pudo y saco de el una serie de fotos en las que se podía apreciar, varios cadáveres mutilados y otras fotos en las que se encontraban fotografías en las paredes que parecían estar escritas con sangre a su parecer.
-¿Qué significa todo esto?, esto no tiene nada que ver conmigo-Esta vez había perdido la compostura y tiro varias veces de las esposas con la esperanza de poder liberarse.
-Conserve la calma señor Green, nadie está diciendo algo en su contra-espero a que Green consérvasela calma, está aquí, porque al parecer una de las víctimas  de la foto era su esposa.
-¿Qué?- Nunca le hubiera pasado por su cabeza que existía esa mera posibilidad, había enterrado el recuerdo de ella en el pasado y así estuvo oculto hasta ahora.
-Según los testigos, afirman que  usted la incito a cometer los homicidios que ve usted en la foto- Todo lo que escuchaba lo hizo ahitarse y pronto sintió nauseas ante la idea- encontramos varios correos y telegramas que provienen de usted y muchos de sus propios vecinos afirman que se le ve salir de noche de su casa.
-No tienen pruebas, están locos, trabajo en una zapatería y recojo a mi pequeña de la escuela, que por cierto debería estar en camino allá, no me conoce-se puso de pie como pudo de la silla y le escupió en el rostro, el detective guardo la compostura en su asiento y saco de manera calmada de su portafolio un folder beige, lo extendió de manera inmediata y espero el tiempo necesario hasta que este guardara la compostura. Green se negó a abrirlo, ya había visto suficiente por el día de hoy. El detective se quedó un poco más de tiempo con la mano extendida, cuando vio que este no lo tomaba, decidió abrirlo el. Saco de el una serie de fotos y los rego en la mesa para que pudiera apreciarlas.
-¿Cómo explica esto?-dijo con voz calmada e impasible
Miro de manera instintiva las fotos, eran varias fotos de el con  su esposa, en una se encontraban charlando dentro de un auto y en otra estaban fuera de una casa, en esa foto él se encontraba con un arma de una mano  amenazando a su esposa, junto a un cadáver, de un niño que aparentaba estar entre los diez y once años, la última foto solo le dio un vistazo pero con ese vistazo tuvo para perder el control, definitivamente ese no era él.
-Ese no soy yo-consiguió decir, sabiendo lo ridículo que sonaba, aun con las pruebas frente a sus narices.
-Las pruebas son contundentes- el detective tamborileo los dedos en la mesa-espero que los nuevos padre que reciban a su hija no sean como usted-sonrió ante eso ultimo
Green tiro de las esposas una y otra vez, sin importar lo que fuera a pasar  tenía que liberarse, no podía estar ahí, no lo merecía, no era justo, no soportaría estar en una celda y dejar que su pequeña pensara que el la abandono,  tiraba y tiraba delas esposas sin conseguir que cediera, estas se enterraban en sus muñecas y provocaban un escozor en ellas. El detective lo miraba desde su asiento disfrutando el espectáculo que este ofrecía, hasta que entraron un par de guardias con macanas en mano, pero este seguía debatiéndose en sus esposas, uno de los guardias se acercó lo suficiente como para asestarle una patada en el estómago y tirarlo de nalgas ala suelo, el otro se lo pensó dos veces y mejor saco de su bolsillo una pistola de electroshock. Un choque eléctrico recorrió todo su cuerpo y le hizo perder las energías, el guardia al que pateo se incorporó y asesto un golpe con su macana en la nuca de Green. Fue al fin que durmió.

¿Yo soy?Where stories live. Discover now