Camino hasta el lugar que le habían señalado, sabía lo que le sucedería, si no se reportaba pronto. Toco con temor su mano donde otrora había estado su dedo índice, sabía que él se lo había buscado, y no quería volver a hacerlos enfadar. El camino estaba oscuro, pero a medida que se iba acercando veía como una pequeña luz titila de lo que parecía ser una fogata. Apresuro más el paso nervioso, hasta llegar a lo que en realidad pudo comprobar si era una fogata.
Miro alrededor en busca de alguien, sin encontrar una señal aparente.
<<se habrán ido-pensó-estoy seguro que no llegue tarde esta vez>>
Reviso su reloj, inquieto, y noto que había llegado exactamente cinco minutos antes de lo acordado. Aspiro hondo aire fresco y exhalo, enseguida se sentó en un tronco frente a la fogata, puso su mochila por un lado y abrió el cierre, para sacar un bote donde guardaba su licor. Dio un gran trago y espiro, el calor al pasarse el whisky, le ayudo a olvidar el frio. Bebió otro trago largo, para estar lo menos consiente posible, sabía que no le agradaría lo que pasaría. Nunca le había agradado.
Cerro los ojos un momento, hasta que una mano le paso por los hombros, hacia círculos en su cabeza, hasta terminar apretándole la mejilla, sus manos eran tan frías como siempre.
-Llegaste puntual cariño- dijo con dulzura a su oído.
Asintió, incluso a pesar de tenerla cerca, no podía sentir el vaho de su voz.
-Y lo tienes- pregunto una voz ronca, frente a el
-S-s-si...aquí esta-rebusco entre las cosas de su mochila, hasta que encontró una pequeña caja de cumpleaños, donde había guardado lo que le pidieron.
-Bonita caja- dijo otra vez a su oído – parece que tu esposa tiene buen gusto.
-M-m-mi es-s-spo-s-sa ella-trago saliva – contesto con gran temor
-Qué pasaría si digamos un día nos la presentas- acaricio su mejilla haciendo círculos suaves- y digamos que, le presento a uno de mis niños...
-¡Ya basta!- protesto
-Creo que alguien, esta de mal humor, mmm, pero nada cambia la expresión de tu rostro
-Solo llévense el paquete- la aparto hacia un lado
-Está bien cariño, solo venimos por el contenido de la caja- ella se levantó del tronco y camino hacia el corpulento hombre, que tenía la caja.
El hombre corpulento, alzo lo que era una pequeña llave, de color cobre. La examino como si fuera la última maravilla.
-Vaya que haces bien tu trabajo- sus ojos brillaron al ver la llave – debiste haberte ensuciado las manos- soltó una carcajada y después lo miro fijamente de arriba abajo.
Su mirada era fría y penetrante, era fácil sentirse hipnotizado para cualquiera ver esos ojos rojos y brillantes.
-Miren...hasta ese grado llegan los hombres, que lo dan todo por una mujer.
Él se miró las ropas, estaban llenas de sangre, y pronto lo volvió a embargar la culpa, por lo que había hecho. Pocas veces se sentía tan mal, hasta que los veía a ellos. Pero sabía que estaba atado a su voluntad, le gustara o no, no podía desobedecerles.
-Dime amas a tu esposa- pregunto la mujer con sorna
-Y-y-yo es-t-t-te si
-Sabias acaso lo que ocurrió recientemente- dijo en tono divertido
-No ¿a qué te refieres?
-No lo sabe- miro al hombre corpulento y ambos rompieron a risas
Estaban mintiendo, estaba seguro, no era la primera vez que querían causarle tormento. Pero esta vez no caería en su juego, sabía lo que eran ellos. Su esposa estaba bien, había hablado con ella hace una semana, platico con ella y quedaron de verse mañana para salir a cenar a su restaurant favorito, era obvio que ellos solo querían jugar con su mente.
-Mi esposa...esta b-b-bien- se forzó a decir
-Te hace falta leer más- arrojo un periódico a sus pies, donde en la primera plana veía el nombre de Mary Clark, el tomo el periódico y leyó las primeras líneas, donde no hizo falta leer todo el articulo completo para saber, que ella había fallecido
-Pero ustedes- rompió en llanto- prometieron que la cuidarían
-No fuimos nosotros cariño- La mujer se volvió a acercar a el- sabes que nosotros nunca romperíamos una promesa, con nuestros allegados.
Esto debe ser mentira, tenía que serlo, no era más que un vil engaño, una manipulación de una cadena periódica. Estaba totalmente seguro, ella estaba viva y lo estaba esperando en casa, con la cena ya preparada, unas velas aromáticas. Esto era mentira, que otra cosa podía ser.
-¿Que paso?- pregunto incrédulo
-Bueno parece que un policía la arrojo de la ventana, ya sabes estas cosas pasan cuando, alguien se opone a la justicia y ese tipo de tonterías que se tienen por aquí.
-Un... policía- rompió a llorar nuevamente- pe-pe-pero, yo me iba a casar con ella, yo-yo
-Estas cosas pasan, y estamos igual de molestos que tú, pero que crees, conocemos donde vive el policía.
-¿De verdad?- Los ojos le brillaron
-Así es solo hay algo que nos gustaría que hicieras por nosotros.
-Que es lo que quieren, que debo de hacer
-Ser solamente lo que siempre has sido- Su voz se volvió casi un susurro inaudible, pero fue lo suficientemente fuerte como para que él lo entendiera- una bestia.
El hombre entendió el mensaje, por lo que casi instintivamente corrió hacia la oscuridad del bosque, corrió hasta perder todo rasgo de conciencia. Entonces cuando lo logro, aulló.
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¿Yo soy?
Roman d'amourSet un joven de preparatoria, tiene un accidente que lo lleva al borde la muerte. Tal accidente tiene repercusión en su vida, al enterarse de que no recuerda parte de su juventud. ¿Que sucedió todo este tiempo ? ... ¿Quien es Set en realidad?