II Capítulo

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-Sargento Emilia, primera parte completa-

La Sargento Emilia, nombrada hace poco tras la muerte de su padre, era la máxima autoridad del grupo "Camino a la luz". Estaba vestida completamente de blanco así como su cargo lo establecía, su cabello rubio recogido como una cola se movía de un lado a otro mientras caminaba y dos rizos pequeños caían como pendientes cada uno a un costado de sus mejillas. Sus ojos verdes expresaban satisfacción tras oír la noticia que estaba esperando por parte de su asistente Cristina.

Cristina cuando tenía trece años se encontraba pidiendo dinero para alimentarse, había decidido abandonar su hogar a temprana edad debido a que su padre pasaba la mayor parte del tiempo alcoholizado mientras su mamá pasaba fuera de la casa trabajando para satisfacer el vicio de su esposo. En la oscuridad de una noche, desde el fondo de un callejón, Cristina pareció ver un ángel que caminaba hacia ella, se detuvo junto a ella, la miró y sonrió. Desde ese día Antonio Phillips adoptó a Cristina como una hija más, la educó de la misma manera que a Emilia, intentando en ambas crear una relación como hermanas. 

Emilia nunca toleró compartir el amor de su padre, por eso, siempre trató a Cristina como una empleada más que trabajaba para "Camino a la luz", y más desde que asumió el papel que desempañaba su padre, comenzó a tratarla con desprecio, pero aún así sabía que en ella podría contar como su mano derecha ya que tenía una deuda con su familia. Por su parte, Cristina prefería seguir sus pasos y ganarse la confianza de la nueva Sargento, más aún después de la decisión que tomó sin consultar previamente al consejo, sabía que traería consecuencias, pero no le importaba, quería ser testigo de como la imagen de la persona más desagradable que conocía se derrumbaba ante sus ojos.

-Muy bien Cristina, ahora apresúrate y comunícame con los pilotos por favor-

-Emilia, el consejo quiere hablar cont...-

-Cristina, te recuerdo que yo quedé al mando, en estos momentos te estoy pidiendo comunicarme con los pilotos a cargo de la misión, es lo que debes hacer ¿Te queda claro?-

-Bien, lo haré enseguida-

-Y recuerda por favor dirigirte ante mí como Sargento Emilia, no somos del mismo cargo ni de la misma clase como para que me llames sólo por mi nombre-

Cristina se limitó a asentir, en su mente sólo podía pensar: "Ella no debería estar a cargo, nunca tuvo el entrenamiento que tuve, estoy segura que yo lo haría mejor".

-Cristina - Interrumpió Emilia sus pensamientos - No olvides que mi papá murió, ya no tienes quien te pueda proteger, así que mucho cuidado con lo que piensas, haces o hables ¿Entendido? Las paredes pueden tener oídos y ojos, me enteraré de todo ¿Lo comprendes verdad?-

-Sí Sargento Emilia-

-Retírate-

Con lágrimas en los ojos de rabia e impotencia, salió Cristina de la sala de estrategia, en el pasillo la esperaban los cuatro integrantes del consejo.

-¿Le dijiste que es una locura?- Preguntó uno de ellos.

-No pude, no quiere hablar con ustedes por ahora-

-¡Está loca! Arruinará todo lo que construyó su padre, nuestro trabajo de años en este proyecto se irá a la borda por sus locuras de adolescente con aires de grandeza, no entiendo cómo Antonio pudo dejarla a ella al mando y no a ti- Reclamó el más anciano del consejo.

-Lo sé, pero ustedes fueron testigos en la lectura de testamento...Y yo no puedo romper mi juramento que tengo, debo protegerla y obedecerla, sólo si es que el tiempo me lo permite, trataré de aconsejarla, no les puedo prometer nada más por el momento, ahora si me disculpan, debo hacer una llamada-

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