Algunas personas hablan de ese amor a primera vista, mierda.
Para mantenerlo real, no sé si creo que es verdad, pero si es así, dime si estoy equivocado o no. Si me enamoré de ti antes de siquiera saberlo.
―J. Cole.
Justin se sentía como la peor personas de el mundo, desde esa noche en que Sophie y él habían hecho el amor, no habían vuelto ni a tocarse. Pero no era porque él no lo quisiera, sino porque ella ya no quería que él se le acercarse para nada. Justin se sentía desesperado por salvar su relación, pero parecía que Sophie lo que en realidad quería era olvidarse de todo y alejarse de él de la manera mas fea que podía existir, dandole en el orgullo. Sabía lo despiadada que podía llegar a ser su novia.
Cuando llegó a su casa, se sentía un silencio mortífero, casi como si hubiese entrado en la mansión de los Locos Addams o en el Castillo de Canterville, aunque no se sentía precisamente Homero Addams ni mucho menos Hiram B. Otis, y eso que Oscar Wilde no era correctamente su autor favorito. Ni siquiera su tipo de autor.
La casa estaba más oscura de lo normal, y mientras Justin iba subiendo las escaleras comenzó a sentirse nervioso, pues era claustrofóbico y la oscuridad lo hacia sentir mas encerrado, así que procuró no pensar y se preocupó más por no caer.
Al llegar a su habitación vio que esta solamente estaba alumbrada con la lámpara de la mesilla de noche.
Se quedó parado debajo del umbral de la puerta y empezó a visualizar por toda la habitación observando señales de Sophie por alguna parte, pero por más que buscaba no la veía.
Escuchó un sollozo proveniente del lago derecho de la cama y al entrar al cuarto vio a Sophie en el suelo llorando desconsolada, con el maquillaje corrido a lo largo de sus mejillas.
Sostenía algo entre sus manos, parecía un termómetro y se preguntó qué diablos pasaba ahí.
Justin se arrodilló a su lado.
―Sophie, cariño, ¿Qué pasa? ―Le preguntó dulcemente.
La chica lo miró a los ojos y Justin vio en ellos decepción y desesperación, como si algo le preocupase demasiado.
―Justin... ―susurró entre sollozos. ―Te juro que no quería que esto pasara. No lo quería. ―Sollozó.
―¿Qué está pasando, Sophie? No te entiendo.
La chica se limpió una lágrima con el dorso de la mano. Miró hacia abajo y le mostró el tubito que tenía entre las manos.
Justin se quedó paralizado. Era una prueba de embarazo.
―¿Qué significa esto, Sophie? ―Preguntó.
―Justin, no seas tonto. Estoy embarazada―. Respondió ella como si fuera la respuesta más obvia del mundo. ―Vas a ser papá, Justin.
Justin se quedó pensativo por un segundo, luego frunció el ceño con confusión.
―¿Y por eso estás llorando? ―Preguntó y una brillante sonrisa se posó en sus labios. Él se encontraba feliz.
―¿Y cómo no estarlo? ―Preguntó esta vez Sophie. ―¿Acaso no te das cuenta, Justin? Esta bebé va a destruir mi vida, mi carrera profesional se va a ir al carajo. ―Protestó.
―No digas eso, Sophie. Un bebé es una bendición, Sophie. No debes decir ese tipo de cosas tan denigrantes y horribles. Él o ella no va a destruir tu vida, Sophie. ―Le espetó Justin. Estaba enojado por la reacción de Sophie hacia su hijo. Porque era su hijo de quien ella estaba hablando.
―Sabes que es cierto Justin. Ni siquiera he terminado la universidad, por Dios, ¿qué voy hacer con un bebé?
Sophie se soltó a llorar aún más como si su vida dependiera de eso.
―Lo dices como si fueras una adolescente a quien su inmaduro novio la dejó embarazada. No seas tonta Sophie. Es nuestro hijo. Y porque es un bebé, lo vamos a amar muchísimo y no le va a faltar nada ni a ti él ni a ti.
Justin parpadeó confundido cuando Sophie lo miró como si tuviera dos cabezas. Después esta se le arrojó a los brazos y comenzó a llorar entre ellos desconsoladamente.
El Lunes por la mañana Justin estaba dando los últimos detalles de su clase.
Había dormido muy poco la noche anterior porque Sophie lo había despertado a las tres de la mañana y lo había mandado a la tienda a comprar fresas porque se le habían antojado. Agreguemos que esta mañana las fresas se habían ido al carajo por el inodoro gracias al vómito mañanero.
Sophie ya tenía cinco meses de embarazo y esa tarde irían a hacer la ecografia para saber el sexo de su bebé. Estaba emocionado, porque hablarle a un bebé sin identidad era raro. Sobre todo en esos momentos en los que Sophie le decía que se callara, que de todos modos el "feto" no podía oírlo.
Aún no sabía qué seguía haciendo con esa mujer. Sin embargo lo soportaba. Una parte de él ya se había acostumbrado a ella.
De todos modos, Justin comenzó a volverse un poco frío, más reservado, incluso malhumorado y algo gritón. Alegaba todo el día con Sophie y dejó de hacer el amor con ella.
Sophie empezó a creer que Justin la engañaba, porque a veces llegaba más tarde de lo habitual a casa, mientras ella "dormía". Sin embargo ella siempre lograba escucharlo porque siempre lo esperaba despierta aunque él nunca se hubiese dado cuenta. Eso era algo que Sophie sabía, por eso lo torturaba mandandolo a las tres de la mañanas a que le complaciera todos sus antojos. Era una cierta forma de venganza hacia él.
Ciertamente Sophie era una arpía. Y ella misma lo sabía. Guardaba más secretos que el Vaticano, FBI y la CIA juntos, eso sin exagerar, lo disimulaba muy bien. Como si nunca hubiese hecho nada malo. ella misma estaba echando las cosas a perder y ese era un factor del que se encontraba totalmente consciente.
―Justin, apúrate. Debemos llegar rápido con la ginecóloga. No podemos perder la cita porque no tendré tiempo de ir después. ―Apuró Sophie, mientras gesticulaba círculos con sus manos en señal de desesperación.
Justin rodó los ojos y entró al auto, en el cual Sophie ya se encontraba poniéndose el cinturón de seguridad.
Ya dentro del coche y en marcha al consultorio de la Doctora Path, el silencio dentro era grande. Un silencio incómodo que hacía que quisieras arrancarte la piel. Demasiada tensión hacía que Justin quisiera dar marcha atrás rumbo a casa y no ir a ver a la ginecóloga. Sin embargo se recordó que todo aquello lo hacía por su hijo o hija que Sophie llevaba en el vientre, así que se tragó todo el coraje y siguió manejando hacia el consultorio.
―Parece ser que todo va muy bien, Sophie.
La Doctora Path sonreía hacia el monitor donde se podía apreciar la silueta casi perfecta del bebé de Justin. Este estaba casi en lágrimas viendo a su pequeño hijo o hija. Estaba ansiosos por saber el sexo.
Sophie miraba seria el monitor. En su rostro se notaba la impaciencia por salir del lugar.
―¿Quisieran saber el sexo? ―preguntó la Doctora.
―¡Por supuesto que sí! ¡Estoy ansioso! ―dijo Justin.
Sophie se limitó a hacer un asentimiento de cabeza totalmente fuera de lugar. La Doctora Path estuvo a punto de hacer una mueca y gritarle que se comportara como una adulta y no como una niña mimada que no ha obtenido lo que quieren; en verdad a veces se preguntaba cómo es que esas mujeres podían soportarse a sí mismas.
―Muy bien... veamos que es este pequeñín. ―Dijo la Doctora Path moviendo su aparato sobre la barriga de cinco meses de Sophie. ―Veo que está en perfecta posición para saber su sexo... ―se quedó callada un momento, revisando hasta que al final logró su cometido y sonrió ampliamente.
―Felicidades, muchachos. Serán los padres de un hermoso niño.
Justin se quedó pasmado viendo hacia el monitor... un niño. Un bello y hermoso niño. Su hijo, su bebé, su todo desde ese momento. Se prometió que siempre iba a cuidarlo, para toda la vida.
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ACTIVITIES J.B. (New version)
FanficJustin Bieber es un profesor de literatura universitaria, su vida era de lo más aburrida hasta que ella se atrevió a entrar en su clase, sentarse en ese pupitre y ser tan... tan... tan ella. ¿Quién demonios se creía ella para hacerle perder los nerv...