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Observando el paisaje desde mi balcón, aquel ocaso que estaba llegando a su fin, Italia era sencillamente bella.

》¡Bruh! ¿Que haremos
cuando lleguemos?

Aquella voz aterciopelada y varonil había acompañado ese tranquilo paisaje, estropeandolo un poco con el suave toque de entusiasmo. Runo, un kwami en forma de tigre blanco con la atenta y curiosa mirada se fija en mi desde la cómoda cama donde se encontraba recostado.

-Simplemente ir a clases, supongo.

Gruñe por lo bajo, sin embargo, se acerca caminando suavemente sobre el cómodo colchón y luego saltar a mis brazos, correspondiendo su acción en un abrazo ligero.

¿Sabes hace tiempo no
ayudas al mundo? Podría-
mos ayudar en París

Un suspiro agotado se desliza entre mis labios, beso sutilmente en su cabeza de pelaje esponjoso, dando unos pasos llego a la cama, dejándome caer de espaldas a ella, sin despegarme de él.

Las maletas ya estaban listas, éste era el último día en Italia.

-No lo sé, Runo, no soy una heroína y lo sabes.

Mi tono neutral no podía leerse con alguna emoción identificada, la voz suave y femenina tan solo salía tan neutro como mi rostro inexpresivo lo demostraba.

Bruna, intenta vivir y
recobrar tus emociones
faciales, no todos serán
como yo, que te entienden
perfectamente -dice Runo.

Resoplo con fastidioogrando a su vez mover mi flequillo aqua verde, era exasperante durante todo esta excusa de "vacaciones" me ha estado diciendo lo mismo. Por lo que lo dejo en la cama.

-shht, Silenzio, non voglio sentire un'altra parola(Silencio, no quiero escuchar una palabra más), que no me interesa Runo.

Terminando la conversación al salir de la habitación en dirección al despacho de Björn, mi hermano. Quizás podría convencerlo en que no fuera necesario ir.

□☆••••••••••☆□

Al llegar tan solo por educación golpeteo suavemente mis nudillos por una fina puerta de caoba.

-Adelante-se escucha tras la puerta, una voz varonil.

Firme tan cual fui, ingreso al lugar, para empezar mi actuación mas creíble para al menos intentar zafarme de ese lío.

-Björn... ¡Que bueno verte!-digo fingiendo una sonrisa.

Intentando hacer que vea que tengo emociones faciales, ya que he estado viendo novelas italiana y practicado su actuación de cada uno de los personajes, pero al hacerlo el joven frente a mi enarca una ceja.

-Igualmente se nota falso, pequeña irás y con fingir no arreglarás nada -dice serio.

-Ya voy a cumplir la edad necesaria para independizarme. Tengo mis derechos-comento.

Björn se carcajea.
Mentalmente me imaginaba con un tic en el ojo derecho, con una expresión de "really?".

-¿Crees que con cumplir 16 lo harás mi pequeña? Estarás en París no aquí, allá debes cumplir 18 para serlo, además no creo que no quieras tomarte unas vacaciones.

Lo miro aburrida, o seria o no se cómo el me vea. Pero desde que mis padres murieron no soy expresiva con nada.

-Bien, me voy.

Justo cuando iba saliendo una mano me agarra de la cintura, y luego me abraza.

-Bruna... Cálmate, sólo quiero verte feliz no en esa burbuja que has creado desd-...

-No sigas.

No me digno a mirarlo ,solo a cerrar mis párpados pero al poco tiempo escucho el aire salir por sus labios pero de igual manera besa suavemente la sien, con cariño.

-Ti amo così tanto, piccola mia (te quiero mucho, mi pequeña)-dice Björn soltando me.

-Anch'io, fratello (Tambien yo, hermano)-corresponda el querer.


□☆••••••••••☆□

Unas horas más tarde, llego de nuevo a mi habitación ordeno lo último en mi maleta, y saco un paquete de Pringles (papas fritas) para Runo, sus favoritas y sin más lo dejo en mi escritorio por si despierte. Me acuesto, y me dejo llevar por el sueño de manera completa, a su lado.

Mañana sería un día largo.


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En otro lado.
París, Francia.

Dos superhéroes iban concluyendo la noche de vigilancia, estaban sumamente cansados, y mas LadyBug ya que había peleado con Chat por seguir coqueteando a las chicas, por lo que decidió que sólo su relación quedaría en amistad.

Chat o Adrien se encontraba triste, pero Plagg por alguna razón se encontraba muy tranquilo.

¡Dame queso!

Bueno no muy tranquilo.
Eso quita un rato a Chat de su tristeza y le sonríe en dirección a casa se lo daría. Sin embargo, Plagg mira al cielo. Con un presentimiento de que mañana será un nuevo comienzo.

Inexpresiva. [Chat Noir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora