Prólogo

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La silueta de un hombre apareció al final del pasillo. Con un aspecto apurado se acercaba a la sala de reuniones de lo que pronto se convertiría en el ministerio. En esa tarde de lluvia había varios temas por discutir.

Cuanto más se acercaba a aquella sala era más capaz de percibir la tensión entre los asistentes. Voces altas reclamaban por justicia en las situaciones a evaluar.

Después de la destrucción masiva en muchos lugares del mundo los sobrevivientes intentaban reconstruir la civilización quebrada. Basándose en estudios de la historia habían decidido ya, que los problemas serían más fáciles de manejar en un contexto medieval, con variaciones que mejorarían la calidad de vida como sociedad; dentro de estas la creación de un ministerio en cada provincia del futuro reino que tendría una locación aislada de la destrucción y el dolor de los continentes.

- ¿Así que habrá un soldado en jefe en cada provincia? - preguntó una mujer al costado de la sala con intenciones de verificar lo anteriormente dicho. El hombre que había estado hablando por casi media hora para exponer su idea dudo por un momento- Sí, es lo que intento decir-

Apenas pronuncio aquellas palabras un hombre al otro lado de la sala protegido por la sombra de la multitud salto de su silla rechazando apasionadamente esa idea- ¡Me opongo totalmente a esa idea! ¿No es esto lo que hemos discutido toda la tarde? No podemos dejar a la sociedad en manos de unas cuantas personas que tarde o temprano tomaran beneficio sobre las decisiones de nuestro pueblo, no deberíamos repetir la misma historia que nos trajo aquí en primer lugar- hubo un silencio en la sala y entonces el hombre continuó- Es evidente que la mayoría de ustedes no entienden lo bastante bien lo que digo como para defender esta idea, por lo tanto les propongo un trato- muchas personas se miraron entre sí dudando- Ustedes pueden crear la sociedad que tanto anhelan con soldados en jefe, provincias y un reino divido; pero aquellos que no quieran dar paso a una civilización que pueda caer en la corrupción de nuevo, tienen todo el derecho de salir de la isla y vivir a las afueras de Eden, mientras respeten los territorios ya definidos de este. No podremos intervenir de ninguna forma, ni violar la organización que determinen, a la vez, los que se queden dentro deberán proveer cada cierto tiempo a nuestro barco de provisiones. -

Aquel día, se acordaría el futuro del reino en construcción, Eden. Las siguientes generaciones dentro de Eden no conocerían la verdad sobre la fundación de su civilización e ignorarían la existencia de otras sociedades además de ellos.

Con el pasar de los años el acuerdo propuesto por el hombre en aquella sala seguiría en pie, pero algunas cosas habrían cambiado. Las personas que ahora habitaban fuera serían denominadas como "piratas"; personas que violaban la ley, robaban provisiones y mujeres.

Y así esta sociedad prosperaría años adelante...

EdenWhere stories live. Discover now