Capítulo IV

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-Despierta Lena... ¡Despierta! - grita de repente una voz en mi cabeza y desubicada abro mis ojos y salto de la cama donde estaba recostada.

No reconozco nada de lo que veo a mi alrededor, ni tampoco recuerdo cómo llegué a este lugar. El salón de recepciones de la mansión Murish se ha esfumado, y en su lugar veo un lugar pequeño lleno de camas individuales y camarotes donde puedo difícilmente distinguir un aproximado de 20 chicas. El ambiente está polvoriento y tiene un insoportable olor a humedad.

Me levanto exaltada de la cama y siento como el piso se mueve al son de las olas. Estoy en el barco pirata.

Miro a mi alrededor con una sensación de pánico tratando de buscar una puerta o alguna salida al aire fresco del exterior puesto que me he comenzado a sentir repentinamente mareada. Ubico con la mirada una ventana y salgo corriendo hacia ella, la abro y el aire del mar abierto me abraza mientras reúno el suficiente valor para volver la cabeza al interior del cuarto y comenzar a entender bien la situación en la que me encuentro. Sin embargo, cuando miro de nuevo al interior del barco me siento peor y mi cabeza empieza a dolerme hasta el punto que se me nubla la vista y caigo en una cama vacía cercana a la ventana.

Los rayos de sol que se filtran en la oscuridad de la habitación me incomodan. Puedo ver siluetas alrededor, aun así, no logro distinguirlas, una punzada de dolor en la cabeza evita que pueda enfocar bien. Tomo aire entrecortadamente y recuesto mi cabeza esperando que mi estado normal regrese.

Después de varios minutos el dolor disminuye y soy capaz de seguir estudiando, desde la cama en la que he caído, mi alrededor. Noto que en las camas que había logrado brevemente ver hay siluetas acostadas que sin duda pertenecen a varias de las jóvenes que se encontraban en la fiesta de compromiso de Robert Murish; el recuerdo de lo que pasó en esta aún parece un rompecabezas sin sentido en mi cerebro. Pienso un poco y trato de recordar los sucesos más detalladamente.

De repente todas las memorias de la fiesta llegan a mi cabeza como una ráfaga de agua fría y siento un escalofrío mientras con debilidad intento levantarme de nuevo; el salón, la biblioteca, los libros, los piratas y las niñas resistiéndose a ser llevadas por los piratas, la niña con la mejilla roja, mi puño, las palabras del pirata líder, la expresión de mi madre, la aguja en mi cuello...

- ¿Te encuentras bien? - Una chica que parece tener unos 13 años me saca de mis pensamientos con esta pregunta. Está sentada en una de las camas cerca de donde me he parado mientras me atropellan las sensaciones y lo recuerdos.

- Sí - le digo pausadamente. Además de mí, es la única que se encuentra despierta; o por lo menos, eso parece.

- ¿Como te llamas? - me pregunta y por alguna razón tardo en responder.

- Lena... ese es mi nombre-

- Eres una chica valiente, aunque muchos aquí no piensen lo mismo-

- ¿A qué te refieres? -

- ¡Le lanzaste un puño a un pirata! - dice como si fuera algo obvio. - Aunque no sirvió de mucho, yo creo que tienes muchas agallas- menciona con inocencia.

A mi mente llega la imagen de la niña a la que el pirata había golpeado por resistirse. Ojos color miel y cabello café oscuro liso hasta la cintura, de mediana estatura y piel un poco más clara que la canela... exactamente igual a la niña que ahora tengo en frente. Es claro que la razón por la que me ha dicho "valiente" es que mi puño se ha dirigido al pirata que la golpeó.

Decido no decirle que sé quién es ella, sé que utiliza mi supuesto desconocimiento sobre la situación para hacerme sentir mejor... y quiero permitírselo.

- ¿Cómo te llamas? - le pregunto intentando sonreír un poco.

- Alice- dice dirigiendo sus ojos a sus pies.

Su rápida vista a sí misma me hace querer verme a mí también. Observo que traigo puesto el mismo vestido con el que recordaba haber caído en el sueño que me trajo aquí, mi cabello sigue atado en la trenza que llevaba puesta, pero este está enredado y despeinado, mi cuerpo está lleno de polvo y al pasar mis dedos por mi cuello noto que tengo una pequeña cicatriz, posiblemente de la aguja que me han inyectado los piratas.

- ¿Cuánto llevamos aquí? - le pregunto a Alice

-Casi un día, nos han enviado pan y un líquido refrescante con burbujas que nadie sabe que es, pero es delicioso. De resto, no han hecho ni nos han dicho nada en absoluto-

Nos quedamos un momento en silencio y sentí como mi estómago crujía, todas las chicas a mi alrededor habían comido, yo no, desde hace un día.

Entonces un pirata entró en la habitación y todas las chicas parecieron despertar de golpe.

-Deben dirigirse al comedor... ¡Ahora! -

Miré de reojo a Alice mientras todas las demás jóvenes se paraban de sus camas y seguían al pirata que había dado la instrucción. Nos quedamos de ultimas, y al salir di un pequeño vistazo a la ventana que permanecía abierta desde mi turbulento despertar. Los rayos de sol que habían entrado en la habitación eran de la tarde, ahora el ocaso se acercaba.

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⏰ Last updated: Feb 07, 2018 ⏰

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