De cara con la reina

11 2 3
                                    

Akramger nos condujo a una especie de sala de estar, la habitación está amueblada con dos sofás, uno enfrente del otro, con una mesa rústica rectangular en el medio de ambos, las paredes están totalmente llenas de estantes con libros, a excepción de dos puertas, la entrada y otra y la chimenea, a los lados hay dos grandes globos terráqueos, uno con el mapamundi tan conocido por todos, y otro con continentes distribuidos de manera extraña, como nunca había visto, por el piso de alfombra hay diversos pergaminos abiertos escritos en distintos idiomas y algunas piezas de ajedrez talladas en madera y pintadas en color blanco, sobre la mesa hay tres tazas de té

-Por favor, tomen asiento-indica el señor, señalando uno de los sofás- Así que los persigue Safira, ¿no es así?, dice tomando su taza

-Así es-dice Noah imitandolo- queremos saber qué podemos hacer

El anciano tomó un sorbo del humeante té, con aire pensativo, yo tomo el mío, tiene un sabor delicioso, mi mamá trabaja en una tienda de especias, y por lo general se de que se tratan la mayor parte de ellas, pero no se identificar de que es está

-Vengan, tengo algo que quizás los ayude-dice levantándose y entrando por la otra puerta

Lo seguimos, y al entrar, veo una inmensa biblioteca, la más grande que haya visto, caminamos por ella, el anciano se detiene frente a una de las estanterías que llegan hasta el techo, se apoya en una escalera y baja un libro con una hermosa portada con flores en relieve

Lo coloca sobre una mesa, y dice en voz alta:

-Dinos quién es Safira

El libro se abre y nos muestra una página con dibujos y párrafos en ella, en un idioma que no se 

Noah empieza a leer, y después de pasar varias páginas, acaba, y el libro se cierra

-¿Que decía?-digo

-Ya se lo que debemos hacer-Dice él en tono frío y seguro

-Ten-dice Akramger entregandole una pulsera igual a la que él me dio y unas extrañas tijeras-con ellas podrás quitarle la pulsera

-Gracias- dice Noah estrechando la mano del señor

-Laylah, irás con Noah al palacio, allá él te dira lo que deben hacer, tengan mucho cuidado y les deseo la mayor de las suertes

Yo asiento con la cabeza y acto seguido, el anciano agita un cetro que agarró de uno de los estantes, y veo como nos envuelven estelas de colores brillantes

Enseguida nos encontramos en un pasillo, el piso es de cerámica negra y blanca, cubierto en el medio por una alfombra roja con detalles dorados, las paredes de un rosa opaco, ocultadas en algunas partes por cortinas rojas, y ventanales con vitrales de distintas figuras

Antes de que pueda decir algo, Noah exclama:

-Creo que estamos en la parte oeste del castillo, espérame un momento aquí, debo ver si no hay moros en la costa

Entró por una puerta, y ya no le ví más

No se desde hace cuanto estoy parada aquí, pero me parecen siglos y él aún no da señal alguna

Entro por la misma puerta por la que le ví salir, llego a otro pasillo esta vez mucho más largo que el anterior y corro a través de él

A punto de llegar a la otra puerta, está se abre... y veo a Noah entrar

Suspiro de alivio

-¡Que susto me diste!- digo- pensé que te había pasado algo

Él no me dice nada, toma mi mano y me conduce por el pasillo donde acababa de entrar, levanta una de las cortinas y aparece una puerta negra por la que entramos

La habitación o donde sea que estamos está completamente a oscuras y no veo nada, pero él parece conocer el camino muy bien porque camina como si estuvieramos a plena luz del día, por fin, llegamos a otra puerta, mucho más grande que todas las anteriores, llegamos a una inmensa sala perfectamente iluminada, al final está veo a Safira sentada en su trono, con la espantosa criatura en la que cabalgaba la primera vez que la vi echada a su lado

La mujer clava en mí una mirada penetrante y no puedo menos que estremecerme

-Noah ¿qué haces?

Él me agarra por el brazo y me arrastra hasta llegar a ella, me suelta de un empujón 

Al estar en el piso alzó la mirada para verlo espantada por lo que hizo, al ver la cara de Noah esta se va transformando en algo horroroso, hasta llegar a todo el cuerpo, y reconozco a las horrendas criaturas que ví en el bosque

-Fue una trampa- Pienso

La reina suelta una escalofriante carcajada, y exclama

-¿En serio creyó que se podía infiltrar en mi castillo sin que me diera cuenta?-dice con voz calmada adoptando un semblante serio

-¿Dónde está Noah?- es lo unico que alcanzo a decir, mientras me levanto

-Oh, tu amigo, ¡Traiganlo!

Dos bestias, trajeron al chico arrastrándolo, tenía la boca tapada con una venda, atado con cadenas en las muñecas y tobillos

Al verme, se retorció y trato de decir algo

Se me salieron lagrimas al verlo en ese estado, sabiendo además que algo mucho peor me aguardaba

-Tu amigo se estaba volviendo demasiado... peligroso- dijo ella mostrándome burlonamente las tijeras

Trato de correr hacia ella, pero una de las criaturas me hace caer antes de poder dar dos pasos, me apunta con una lanza y ruge contra mi

-No correrás la misma suerte que tu amiguito, el será mi prisionero, por otro lado, tu-dijo señalando- estas expulsada del país de los sueños

Mis ojos debieron abrirse como platos, pero antes de que pudiera hacer algo, sentí como si me desvaneciera, no sabia si estaba en el mundo real o soñaba, mi cabeza no paraba de dar vueltas, y cuando por fin logró recobrarme, grite

-¡Noah!

Pero, estoy de nuevo en mi habitación...










El país de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora