5.

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Shion se encontraba solo en la celda que tenían a Kanon, el Guardián estaba atado de pies, manos y alas para evitar cualquier ataque.

- Quiero toda la información posible sobre los Arcángeles, ¿Cuantos quedan con vida?

- ¿Realmente crees que te voy a revelar esa informacion así como así?, ¡Ja, estas loco!- rió con burla, pero no se dio  cuenta de la sonrisa ladeada del Demonio frente a él.

Shion hizo crecer  sus garras frente a los ojos de Kanon, logrando que el Ángel temiera por su vida. Comenzó a rodearlo y pasar sus filosas uñas por las alas de su prisionero.

- Seria una lastima que estas alitas sean cortadas.

Levanto su mano listo para sacarle aunque sea unas cuantas plumas, pero justo que bajaba su mano un agudo dolor en las costillas del lado derecho le ataco, llevo su otra mano a ese lugar, notado que una herida de su ultimo entrenamiento se volvió a abrir. No le había dicho nada de esa herida a Dohko, porque sabía que el castaño buscaria por todas partes al responsable y lo haría añicos sin importarle quién fuera. Para su suerte Kanon no se dio cuenta de su malestar.

- Esta bien voy a hablar, por puro que no quiero morir todavía.- miro fijo al Demonio que se encontraba frente de él nuevamente- Quedan dos Arcángeles con vida, Asmita y Suikyo, eso si el primero siempre es protegido por Deuteros...

Tardo una hora en sacarle la mayor informacion posible, estrategias de batallas, puntos débiles, cantidad de guerreros. En todo ese tiempo no había quitado su mano de la costilla afectada, tratando de hacer presión para no perder sangre, aunque estaba seguro que sus ropas ya estaban manchadas.

Dejo ir al Guardián de la forma más rapida posible, apenas se vio solo quito su mano, sus sospechas eran ciertas, tenia la mano y parte de su ropa manchada con el negro de su sangre. Maldijo por lo bajo, seria mejor que se cambiara antes de que Dohko llegara y lo viera. 

Por otra parte, en una cabaña cerca de un lago estaban hospedadas las familias de Milo y Camus, estarían en ese lugar por lo menos unos tres días, los menores llegarían a la mañana siguiente por lo que Kardia y Dégel dormirían cada uno en una habitación, ese era el plan, pero se vería afectado por un pequeño malestar del peliazul.

Kardia no había podido dormir en casi nada de la noche, ya pasaban de las tres de la mañana y él seguía despierto. Su corazón comenzaba a dar problemas otra vez, sentía como si ese órgano dejara de funcionar unos segundos, incluso no lo sentía palpitar, cuando esa sensacion pasaba una corriente extraña lo hacia tiritar pero de no de frío.

En esos momentos le daba miedo la muerte, irse tan joven. Estaba seguro que no eran ataques, porque estos no tenían los típicos dolores característicos de ellos. Ahora maldecía a Milo por haberse quedado en su casa, cuando eso ocurría era él el que lo acompañaba y calmaba sus temores, pero esta vez al no hallarse el menor tendría que buscar a otra persona, a sus padres ni locos le hablaba no los quería preocupar con algo que para él era casi normal, solo le quedaba Dégel.

Cruzo el pasillo, tratando de hacer el menor ruido posible entro a la habitación del pelirrojo, encontrandolo dormido.

- ¿Dégel?- iba a moverlo para que despertara, pero al verlo dormir tan tranquilo se arrepintió, dio la vuelta para volver a su cuarto.

- Kardia... ¿Que estas haciendo a esta hora? Es tarde.

- Lo sé pero...- justo que iba a darle sus razones ese malestar volvió haciéndolo tiritar un poco.

- Oye, ¿Que tienes?

De la manera más corta y precisa le explico lo que le pasaba, la cara de preocupación de Dégel no le gusto, aun sabiendo que no diría nada no quería darle el peso de sus malestares.

- Kardia, sé porque viniste conmigo... para no sentirte solo. Ven aquí- sin que el menor de lo esperara lo rodeo de la cintura, luego dejar su cabeza en el pecho, mas precisamente donde se haya su corazon, y así acomodarse los dos en el lecho- No te preocupes, yo lo escucho palpitar, estará todo bien.

- Gracias.

Frontera Territorial.

Kanon estaba apunto de cruzar la frontera entre los territorios, creyendo que los Demonios eran en verdad tan tontos como para dejarlo ir como si nada.

- Son unos idio...- sus palabras se vieron cortadas al sentir un peso sobre él, como pudo giro su cabeza para encontrarse cara a cara con un Demonio.- ¿El Guardaespaldas de Shion?

- Comienza a despedirte de tu vida, maldita alimaña.

Dohko sonrió de una manera muy sádica, dejando ver sus colmillo que habían crecido junto con sus garras, ademas sus ojos amarillos verdosos brillaban sedientos de sangre.

- ¡Esto es por haber golpeado a Shion!

Sin piedad alguna comenzo a desgarrarle las alas, pluma por pluma. Los gritos de dolor de su presa lo invitaban a seguir. Ahora no solo atacaba las alas, la espalda, los brazos e incluso sus piernas sufrieron daño. Cartílagos, músculos, huesos nada quedo sano. Dohko veia su obra maestra, la sangre azul del Guardián había salpicado por todos lados.

- Tu hermano hubiera soportado más.

Desde lejos otro Demonio había visto todo y lo más rápido que pudo dejo el lugar en busca de un Caido.

Una vez que lo encontró tomo la apariencia humana.

- Acabaron con él.

- Kanon siempre a dado problemas.

- No creo que sea conveniente seguir con esto.

- Ya lo iniciamos no pudemos terminarlo como si nada. Fue una orden y hay que cumplirla, ¿o no? -el Caido le sonrió de una manera digna de un Demonio.

- A mi no me da ordenes un puto Ángel, ese desgraciado se estaba aprovechando.

- De todos modos, por lo menos yo voy a seguir, esos dos no deben estar juntos.

- Diablos, ¿porque no fuiste un Demonio? Eres bastante malo. Tu cara de borrego a medio morir engaña.

- ¿Por que crees que soy un Caido?- sonrió de medio lado- nos vemos otro día Io.

🔹🔹🔹

Hola!

He vuelto! Ya no me voy a desaparecer de nuevo xD

Hay alguien más metiendo su mano por hay, para que cierto Ángel y Demonio no se vuelvan a juntar. ¿Adivinaron quién es?

Chaito.

ScorpioNoMilo. ✌

El Recuerdo De Un Ángel. [2.Temp.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora