25.

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- Voy contigo.

- ¡Claro que no!

- Entiendo que no quieras ponerme en peligro, Milo. Pero es mi hermano, no puedo quedarme de brazos cruzados.

El griego suspiro, sabía que tan testarudo era su pareja y prefería ahorrarse una pelea en esos momentos. Tenía razón, no podía negarlo, es su hermano el que se encuentra en peligro, pero en el fondo de su corazón aún guardaba la angustia y pena que sintió al perderlo en esa despiadada guerra. Tomo sus manos entre las suyas con cariño para luego besarlas.

- Cam, prometeme que si las cosas se ponen peligrosas, vas a escapar.

- ¡No pienso dejarte atrás!

- Por favor, ya te perdí una vez no quiero hacerlo de nuevo, es lo único que necesito para ir tranquilo.

No teniendo de otra se lo prometió pero muy en el fondo ambos sabían que esa promesa no seria cumplida, y por lo mismo, Milo trataria de ponerlo en el menor riesgo posible.

Siguieron las indicaciones dadas por Shijima, el pequeño pelirrojo les describió con lujo de detalles como era el lugar al que debia ir. Llegaron a una casa grande casi al centro de la ciudad, algo demasiado extraño si bien para estas cosas siempre se escongian casas ocultas y abandonadas. El Demonio llego después de ellos solo por precaución, sentía vibras malignas demasiado fuertes saliendo de esa casa.

Camus y Milo rodearon la casa para encontar alguna entrada que no fuera tan obvia. La puerta de la cocina fue la mejor opción. Cuando al fin entraron encontraron todo en un perfecto orden, pero no parecía estar habitada.

- Esto es extraño, no hay señales de vida aquí.- Milo, miraba en todas direcciones en busca de una cámara o algo parecido- Shijima, ¿Estas seguro que es aquí?

- Si, sus energías se sienten aquí.

- Sera mejor que...- Camus quedo con la frase a medio decir por culpa de un grito de dolor que se escucho en alguna de las habitaciones.-¡ Dégel!

Sin pensarlo siquiera corrio en busca de su hermano mayor, dejando a Milo preocupado de que algo pudiera pasarle a él, prefirió seguirlo cuanto antes, pero, para su desgracia, su amado Ángel de la Muerte corría muy rápido y lo perdio de vista.

- ¡Hay que encontrarlos, rápido!

~•~

Camus por su parte, busco en cada una de las habitaciones que se cruzaban en su camino, hasta que al pasar por al frente de una escucho un gemido de dolor, sin pensar siquiera en el peligro que corría abrió la puerta.

- ¡Dégel!- la habitación se encontraba a oscuras, al fondo se podía ver la silueta de alguien amarrado. Con el corazón en la mano se acerco para ayudarlo- hermano, ¿Estas bien?

- Habitación equivocada, Ángel Negro.

Un joven de cabellos lilas se levanto del suelo empujandolo lejos. El Caído sonreía con evidente maldad, su plan al fin se estaba llevando a cabo.

- ¿Quien eres tú?

- A mi no me conoces, pero de seguro debe sonarte el nombre Saga.

Camus palideció, el solo acordarse de lo que ese supuesto Ángel le habia hecho en su vida pasada le daba escalosfrios. Una duda le nacio ¿que tenia que  ver ese Guardián en todo esto?

- Tu rostro dice que si.- lo tomo con fuerza de los cabellos para poder ver bien su rostro- Je!, No sé que vio en ti... ¿Que hiciste para quitarmelo?, ¡él era mío hasta que tú, maldita escoria, apareciste!

El Recuerdo De Un Ángel. [2.Temp.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora