CUERDAS DE AMOR

Capítulo 19

Y así fueron meses, en los cuales mi tristeza se apodero de mi. Mis dudas de saber que era lo que quería siguieron día con día. Ya no escuchaba música al  peinarme, ni me interesaba seguir aprendiendo guitarra.
El 22 de Septiembre, llego Raul con una guitarra y me dijo que ambos íbamos a tocar todas estas canciones que habíamos hecho nuestras. Su guitarra era hermosa, color madera, matte y con una textura hermosa, y el sonido era tan melódico.

Regina, la música es un medicamento para sanar el alma, quiero ser tu música siempre-, dijo Raul.
Yo la verdad no supe que decir porque todavía estaba en esos momentos en los cuales no quería ser un daño para los demás con mi amargura; pero le prometí a mamá intentar dejar todos mis traumas y salir, y así fue, comencé a rehacer mi vida.

Ese mismo día salí con Raul a un parque cerca de mi casa, que tiene forma de glorieta pero gigantesca y a su alrededor un pequeño río artificial con lanchas y cosas así. Ese parque me encanta porque venden cosas mus exóticas como malteada de mazapan o paletas de hielo de aguacate, nieves sabor bombón e incluso aguas de diversos cereales.
Íbamos tan casuales, yo con una blusa blanca u una chamarra de mezclilla, un pantalón negro y unos tenis, y Raul una sudadera (que le acababa de dar porque llevaba en mi casa como dos meses), y un pantalón negro y su tenis, ah por cierto no me había percatado que con lentes se ve mejor.
La verdad ese día si me olvide de mi miles de cosas, tomar malteadas de miles de sabores hizo que me olvidará de todo, pero más el hecho fe estar con Raul me hizo entender que los momentos son del hoy, no del mañana ni del ayer.