El día comenzaba, eran alrededor de las 7 de la mañana, había un clima fresco y en una mini mansión de estilo minimalista, una joven morena estaba en la cocina terminando de preparar el desayuno, estaba terminando de cocinar los huevos revuelto en la estufa eléctrica cuando tomo el control remoto para encender el reproductor de música y presionar un botón para que se colocara el disco número 3, pronto la música comenzó a invadir la espaciosa cocina llena de luz natural gracias a los ventanales de vidrio.
Una mujer de tez blanca como porcelana y de ojos esmeralda entraba en la cocina, a diferencia de la morena, quien vestía una camisa de baloncesto negra con el número 7 y short de pijama blanco con cuadros azules, la mujer de ojos verdes llevaba una bata de dormir color roja abrochada a su cintura que la cubría poco más arriba de la rodilla y bajo esta un corto vestido de dormir del mismo color.
La mujer de ojos esmeralda sonrió al ver a la morena cantando, se acercó despacio sin hacer ruido tomando asiento en una silla detrás de la encimera de granito que mayormente usaban para un desayuno rápido pues quienes vivían allí eran personas ocupadas y casi no desayunaban juntos. Posó su mentón sobre la palma de su mano mirando como esa morena cantaba con tanto sentimiento la canción.
Cuando termino la canción la morena apago el reproductor. Había terminado de cocinar, se dio la vuelta encontrándose con esa hermosa sonrisa y ojos verdes mirándola.
– por favor dime que no me escuchaste cantar – hablo la morena sonrojada
– podría decirte lo que quieres escuchar pero eso no significa que sea cierto – respondía la mujer – buenos días korra -
– buenos días señora asami – dijo la morena a lo que el rostro de asami cambio
– sabes que puedes decirme asami – reprendía ligeramente – nunca me gusto como se escucha cuando me dices señora -
– bueno ... – korra fue por una taza de café caliente entregándoselo asami – es que nunca me acostumbre a llamarte solo por tu nombre de pila -
– gracias por el café – asami lleno sus fosas nasales con el olor de este para luego beber un poco, miro a korra quien estaba algo preocupada y supo el por qué – korra, el café está perfecto como siempre que lo haces, solo tú sabes cómo me gusta el café – dio otro sorbo – no sé por qué no te acostumbras a llamarme solo asami, te conozco desde que tienes 10 años, desde allí tú y mi hijo han sido inseparables, incluso ahora que están por acabar la carrera de medicina -
– lo sé, y me disculpo – korra sirvió el desayuno para asami – isam me dijo que le avisaste que llegarías tarde, ¿hay mucho trabajo en industrias futuro? -
– sí, estamos trabajando en un nuevo vehículo, el prototipo está teniendo algunos percances pero hacemos todo lo posible – tomo el tocino que había en el plato para probarlo – me gustaría que en un tiempo libre mi hijo isam y tú se pasen por la compañía, la opinión de dos genios nos ayudaría mucho-
– tampoco somos tan buenos – decía korra caminando hacia el refrigerador por un poco de jugo y así evitar que asami la viera sonrojarse – tuvimos suerte de nacer con buenos genes -
– en parte es cierto, pero no te sobrestimes, isam y tú solo tiene 19 años y conocen de ingeniería tanto como yo, incluso están por terminar la carrera de medicina -

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el tercer amor.
Fiksi Penggemar- asami - susurró antes de besar esos labios. Por unos segundos se dejaron llevar por ese sentimiento, korra nunca pensó que besar a alguien pudiera sentirse así y nunca se permitió imaginar que podría llegar a besar los labios de esa mujer, simplem...